Los aranceles sitúan la inflación de agosto en el mayor nivel desde enero. EEUU registra las mayores peticiones de subsidio por paro desde octubre de 2021.
El impacto negativo de los aranceles de Trump sobre la economía es ahora innegable, ya que el empleo en el sector manufacturero se ha reducido por cuarto mes consecutivo y las encuestas empresariales mencionan siempre los trastornos relacionados con los aranceles como un importante obstáculo.
El día siguiente de que el Reino Unido tenga que pagar el tipo de interés más alto desde 1998 para captar inversión para su bono soberano a 30 años, el bono francés a 10 años se coloca solo a 7 puntos básicos de los italianos.
Payden & Rygel avisa que las deportaciones de inmigrantes reducirán el crecimiento del PIB real en torno a un 0,4% a partir de 2025, al tiempo que contribuyen a reducir el tamaño de la población activa entre un 1% y un 1,5%.
En su afán por atraer inversiones chinas —como una posible planta de vehículos eléctricos—, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se muestra como un socio más próximo a los intereses de Pekín que a los del bloque europeo.
Las empresas extranjeras están asumiendo una mayor parte del coste de las tasas impuestas por Trump, ya que en algunos casos están bajando los precios previos a los aranceles para evitar perder cuota de mercado.
Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de JP Morgan AM España y Portugal, recomienda "abstraerse del ruido político, lo importante, sobre todo a medio y largo plazo, es si las empresas crecen o no".
Los mercados se preparan para nuevos ataques de represalia y la posibilidad de un conflicto más amplio.
El escenario de incertidumbre actual provocado por la guerra arancelaria que Donald Trump desató en abril supone un alto riesgo de recesión.
Después de algunas reuniones con altos ejecutivos de compañías americanas, que han advertido los potenciales efectos de los aranceles en las cadenas de suministro, y de las presiones del lobby de Wall Street, Trump lanza mensajes de moderación sobre la guerra comercial.
Dentro de las grandes automovilísticas europeas, Volkswagen y Mercedes-Benz resultarían muy afectadas ya que EE.UU. importa el 80% y 63% de los coches vendidos en territorio estadounidense de ambas marcas.