Miguel Ángel Valero
El sábado 12 de julio Trump comunicó la imposición de aranceles del 30% a la Unión Europea y a México a partir del 1 de agosto. Anteriormente, ya había anunciado gravámenes del 35% a Canadá y del 25% a Japón y Corea del Sur, además de haber mandado cartas otros veinte países más. Con esto, quedan anunciados los gravámenes a los diez principales socios comerciales, excepto India: en primer lugar, se encuentra la UE, que representa el 18,5% de las importaciones totales estadounidenses, seguido por México (15,5%), China (13,4%) y Canadá (12,6%).
En la carta dirigida a la Unión Europea, la administración Trump señala que no se aplicarán aranceles si las empresas europeas trasladan su producción a territorio estadounidense. Además, propone un mercado completamente abierto entre ambas regiones, sin ningún tipo de arancel, unas exigencias que resultan poco creíbles.
Tras más de tres meses de intensas negociaciones entre la UE y Estados Unidos –en las que, hasta la semana pasada, se hablaba de un posible acuerdo preliminar para fijar un arancel del 10% más allá del 1 de agosto mientras se negociaba un pacto definitivo–, la entrada en vigor de estos nuevos aranceles supondría una derrota para la estrategia negociadora de Trump. Además, Estados Unidos difícilmente puede permitirse imponer gravámenes tan elevados a su principal socio comercial, la Unión Europea. La fuerte dependencia de ciertos productos europeos, como hormonas y vacunas, hace inviable encontrar proveedores alternativos en el corto plazo, lo que añade presión a la administración estadounidense.
En lo que respecta a Canadá y México, las importaciones estadounidenses excluidas de gravamen son aquellas que se encuentran bajo el tratado comercial USMCA (además de aquellos bienes ya sujetos a aranceles específicos). El 46,6% de las importaciones desde México se realizan bajo el marco del USMCA, mientras que, en el caso de Canadá, esta proporción ha aumentado del 38% en 2024 al 56,2% en mayo, y el efecto seguramente sea menor si tenemos en cuenta que las empresas ahora tienen mayores alicientes para cumplir con los requisitos y quedar exentos de aranceles.
En definitiva, los nuevos aranceles representan una “moratoria de la moratoria” y, con los socios más importantes, se abre un nuevo período de diálogo que incrementa la presión para llegar a un acuerdo.
Al margen de las tasas “recíprocas”, Trump también anunció una tarifa del 50% al cobre. Una medida de impacto limitado, si consideramos que supone solo el 0,5% total de importaciones para EE.UU., pero sería más gravosa para países como Chile, cuyo metal supone el 45% del total de sus exportaciones de bienes.
Los mercados ignoraron el fin de la moratoria, interpretando la prolongación del intercambio epistolar como una muestra más del estilo negociador de Trump, caracterizado por la amenaza inicial seguida de un eventual acuerdo. A pesar de cerrar la semana con ligeras caídas, las bolsas lograron alcanzar nuevos máximos históricos durante la semana.
La 'última' de Trump es amenazar a Rusia con aranceles "secundarios" de hasta el 100% si en 50 días no hay acuerdo sobre Ucrania.
Metavalor: más liquidez
En este escenario, Metavalor FI, el fondo “flagship” (bandera) de la gestora independiente española Metagestión SGIIC, con casi 40 años de historia -se fundó en 1986-, ha cerrado el primer semestre de 2025 con una rentabilidad del +23,9%, superando al índice ibérico de referencia, el que se compone de un 80% renta variable española / 20% renta variable portuguesa. Este índice marca una revalorización de +23,1% en el mismo período.
Los activos bajo gestión de Metavalor FI aumentaron un 16,6% en los seis primeros meses de 2025, alcanzando los 19,9 millones de euros, frente a los 17,1 millones del inicio. Este crecimiento se justifica en su totalidad por la revalorización de la cartera, sin que se hayan producido flujos de entrada relevantes durante el primer semestre. Un hecho que “refuerza la calidad de la gestión y el acierto en la elección de los activos de la cartera”, según la gestora.
De hecho, si bien el fondo no cuenta con un benchmark formal, “haber superado a su referencia (80% renta variable española/ 20% portuguesa) acredita la generación de rentabilidad para los partícipes, derivada de una gestión activa consistente, basada en una asignación sectorial y de valores dinámica y adaptada a las circunstancias del mercado en todo momento”, resalta Santiago Moro, director general de Metagestión SGIIC.
A lo largo del primer semestre, el equipo gestor ha realizado ajustes tácticos relevantes en la distribución estratégica de activos en la cartera, mediante una postura más prudente, con vistas a navegar en un entorno de mercado en el que ya comienzan a detectarse valoraciones exigentes. Ello se refleja en el incremento de la liquidez en la cartera, desde el 3% a cierre de 2024 hasta niveles del 20% en junio. Una decisión estratégica que ha tenido como objeto preservar capital ante una potencial corrección del mercado, y disponer de flexibilidad para aprovechar oportunidades de inversión en el futuro.
Los gestores de Metavalor FI han llevado a cabo a lo largo del primer semestre del año, una activa rotación por sectores, a través de una serie de movimientos en la cartera:
Según los gestores de Metavalor FI, “este posicionamiento refleja un enfoque disciplinado de preservación de capital, combinado con una visión constructiva a medio plazo, orientada a capturar valor cuando el binomio rentabilidad/riesgo sea más favorable”.
El desempeño del fondo se ha apoyado en una selección de valores acertada. Compañías como Mota-Engil, Indra, IAG y Faes Farma, caracterizadas por sus sólidos fundamentales, visibilidad de resultados, y buen posicionamiento competitivo en sus respectivos sectores.
Con vistas al segundo semestre, Santiago Moro señala que “continuaremos aplicando una política de inversión prudente y al mismo tiempo oportunista. Para lo cual, llevaremos a cabo un seguimiento exhaustivo de la evolución de los beneficios empresariales, las tensiones geopolíticas y el impacto de la guerra comercial en los mercados financieros. Porque son los pilares de nuestra estrategia de inversión”.
Fortuna SFP: Mercados tranquilos… ¿o anestesiados?
Para José Manuel Marín Cebrián, fundador de Fortuna SFP, "los mercados bursátiles parecen estar en una extraña calma, como si todo estuviera en orden. Pero no es tanto que la economía esté bien, sino que está dopada por una década de liquidez extrema". Durante más de 10 años, los bancos centrales —como la Fed o el BCE— inyectaron dinero a gran escala, bajaron tipos y compraron deuda soberana. Esa liquidez sigue circulando y es lo que mantiene en pie a los mercados. Pero eso no significa que la economía esté sana.
Este experto menciona los "principales riesgos e incógnitas que rondan este aparente oasis bursátil":
"La aparente calma de los mercados no refleja la realidad de fondo. La economía real se enfría, las previsiones de crecimiento global se recortan, y los riesgos geopolíticos, financieros y comerciales están más vivos que nunca. Los mercados siguen subiendo, pero lo hacen con muletas: la liquidez de los bancos centrales y unas valoraciones basadas más en expectativas que en fundamentos. En este entorno, más que euforia, se necesita prudencia, vigilancia y mucha diversificación. Porque cuando todo parece demasiado tranquilo… es cuando hay que estar más atentos", advierte el fundador de Fortuna SFP.
Ebury: el dólar se aprecia pese a las amenazas arancelarias de Trump
"El dólar se aprecia a pesar de la nueva batería de amenazas arancelarias lanzadas por Trump. Los mercados parecen estar sobreponiéndose al episodio más reciente del caos trumpiano", señala el Análisis Semanal del Mercado de Divisas de Ebury.
Los mercados han interpretado el envío de cartas por la administración de Trump a sus socios comerciales como un nuevo aplazamiento de los aranceles y una estrategia para ejercer presión en las negociaciones. Las divisas del G10 no han experimentado grandes fluctuaciones entre sí. Cabe destacar que la reacción del mercado ha sido ignorar las noticias delos aranceles e incluso impulsar el dólar, lo que supone un cambio con respecto a la reacción que tuvo en el 'Día de la Liberación' (4 de abril). Sin embargo, el mercado de los bonos del Tesoro estadounidense sigue preocupando, después de la subida delos rendimientos de los bonos a largo plazo tras la aprobación de la "gran y hermosa" reforma fiscal. A pesar de las perspectivas de que continúe creciendo el déficit fiscal estadounidense, el movimiento de los bonos ha sido bastante moderado, por ahora.
Esta resiliencia se pondrá a prueba esta semana. Los mercados seguirán de cerca las negociaciones comerciales en busca de cualquier indicio de progreso. Una fuente adicional de preocupación para el dólar será el ataque de Trump a la independencia de la Reserva Federal, al presionar al banco central para que baje los tipos más rápido de lo que considera oportuno. Una cifra sólida de la inflación estadounidense en junio, que se publicará el martes, podría reforzar la posición de la Fed. La agenda macroeconómica del Reino Unido también está inusualmente cargada. A los datos de inflación dej unio, que se publicarán el miércoles, se sumarán los del mercado laboral de mayo y junio al día siguiente.
DWS: una corrección de mercado puede producirse en cualquier momento
"Diversificar, diversificar, diversificar, una corrección de mercado puede producirse en cualquier momento", avisa Vicenzo Vedda, de DWS. Haciendo como si nada hubiera ocurrido. la renta variable estadounidense ha protagonizado un repunte notable en las últimas semanas, acumulando rentabilidades destacadas desde principios de año. Incluso ha igualado por completo el comportamiento de la renta variable europea. “Este impulso positivo de los mercados podría prolongarse durante un tiempo, mientras no aparezcan nuevas sorpresas negativas”, afirma el director de Inversiones de DWS.
Sin embargo, el horizonte a corto plazo también podría implicar una corrección significativa del mercado, ya que los factores de riesgo vigentes no han desaparecido de forma súbita. Más bien al contrario: el macroproyecto fiscal de Trump (“Beautiful Big Bill”) incrementará el déficit presupuestario de EEUU, y se espera un repunte de los tipos de interés en el largo plazo. Los aranceles no están del todo descartados, pudiendo alimentar la inflación o, en su defecto, contenerla si se desacelera el crecimiento económico.
A estos factores se suman riesgos geopolíticos relevantes. En este contexto inestable y confuso, las primas de riesgo no solo en renta variable, sino también en crédito corporativo, se sitúan ya en niveles sorprendentemente reducidos.
“Incluso decepciones de menor magnitud podrían desencadenar una nueva corrección del mercado”, advierte Vedda. No obstante, si la temporada de resultados superase las expectativas o el mercado descontara recortes de tipos por parte de la Reserva Federal con mayor rapidez o intensidad, esa corrección podría no materializarse. Vedda prevé que los beneficios empresariales del segundo trimestre sean objeto de revisiones a la baja, salvo en el caso de entidades financieras y compañías del sector tecnológico.
“En este entorno, seguimos recomendando una cartera con una diversificación amplia y robusta”, afirma Vedda. Los inversores en euros deberían monitorizar atentamente la evolución del dólar. Debido a su depreciación, las rentabilidades positivas de la renta variable estadounidense prácticamente se han diluido, situándose próximas a cero en términos de euro.
Este experto menciona los factores que impulsan los mercados de capitales:
Se espera que la Reserva Federal mantenga una actitud cautelosa ante los riesgos inflacionarios y no materialice bajadas de tipos antes de otoño. El escenario base contempla cuatro recortes adicionales hasta mediados de 2026.
A comienzos de junio, el BCE rebajó sus tipos de referencia por octava vez consecutiva hasta el 2%. Dado que la inflación se ha contenido en la Eurozona, el margen para nuevos recortes de tipos debería disminuir.
En Renta Variable, Sebastian Kahlfeld ve oportunidades atractivas en:
En Multiactivos / Renta Fija, Peter Warken considera que "no es el momento de carteras excesivamente concentradas”. “Nos encontramos en un entorno de incertidumbre elevada y, en gran medida, de mercados bursátiles con valoraciones exigentes. Por tanto, los inversores no deberían sorprenderse ante una fuerte volatilidad en los mercados hasta finales de este año”, explica Peter Warken, estratega de multiactivos de DWS. Sin embargo, no hay soluciones sencillas. Después de todo, la segunda gran clase de activo, la renta fija, sigue ofreciendo oportunidades interesantes de rentabilidad. “La rentabilidad total prevista de los bonos sigue siendo evidentemente atractiva”, afirma Warken. Por ejemplo, los bonos europeos de alto rendimiento ofrecen rentabilidades totales del 4,9%. A modo de comparación, DWS espera que las acciones europeas generen rentabilidades a largo plazo del 6,4%. Pero aquí también hay que mirar con detalle: los diferenciales de rentabilidad en los bonos corporativos están en niveles históricamente bajos.
La deuda pública estadounidense afronta el riesgo de subidas de tipos de interés y, por tanto, de pérdidas de precio si aumenta la preocupación sobre la disposición global a financiar los crecientes déficits de EE. UU., en particular teniendo en cuenta la ruptura de la correlación entre el dólar y los bonos estadounidenses desde abril de 2025. El oro sigue siendo atractivo para Warken, ya que siempre ha sido un buen diversificador en épocas de alta incertidumbre geopolítica. Su conclusión: “El mayor error que los inversores podrían cometer actualmente es mantener posiciones excesivamente concentradas en sus carteras”.
En Bonos del Tesoro de EEUU a 10 años, se espera un ligero aumento de las rentabilidades. Los rendimientos de los Treasury a 10 años han subido levemente, pero siguen claramente por debajo del nivel de principios de 2025.Nuestra previsión para junio de 2026 es un aumento moderado hasta el 4,5%.
En bonos soberanos alemanes a 10 años, la elevada demanda contiene los rendimientos. El bund a 10 años ha visto caer sus rentabilidades por el incremento de la demanda y las expectativas de nuevos recortes de tipos por parte del BCE. "El nivel actual está muy cerca de nuestra previsión para finales de junio de 2026: 2,5%", señala el experto de DWS.
En Deuda soberana de mercados emergentes, rentabilidades totales competitivas.
"Esperamos un ligero incremento de las rentabilidades en la deuda soberana de los mercados emergentes. Las mayores rentabilidades esperadas continúan haciendo que esta clase de activo resulte atractiva", añade.
En divisas, todos los indicadores apuntan a un dólar persistente débil. En lo que va de año, el dólar se ha depreciado frente al euro aproximadamente un 13%. Los intentos de consolidación han sido de corta duración. Se espera que la divisa estadounidense permanezca débil. Esta expectativa se sustenta no solo en el elevado déficit gemelo de EE.U., sino también en el hecho de que la administración actual favorece una divisa débil.
El Oro mantiene perspectivas positivas en el largo plazo. "A corto plazo, hemos rebajado nuestra expectativa sobre el oro a 'neutral', dado que la tensión entre Israel e Irán no ha escalado, reduciéndose la prima de riesgo geopolítico.A largo plazo, mantenemos una visión constructiva. El interés inversor sigue elevado y las tenencias en ETF respaldados por oro siguen aumentando. Nuevas bajadas de tipos podrían aportar un soporte adicional", subraya.