Miguel Ángel Valero
La entrada de EEUU en el conflicto iniciado por los ataques de Israel a Irán representa un punto de inflexión sin precedentes, pero las consecuencias inmediatas han sido limitadas y así lo reflejan los mercados. Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no se ha detectado un aumento en los niveles de radiación tras los bombardeos, mientras que Irán asegura haber evacuado sus instalaciones con antelación. La atención se centra ahora en el estrecho de Ormuz, un punto neurálgico para el comercio energético global, por el que transita el 30% del comercio mundial de petróleo y el 20% del gas natural licuado (GNL). Asia es el principal destino del GNL que cruza el estrecho, absorbiendo el 80% del volumen total, mientras que Europa recibe el 20% restante. En cuanto al crudo, en el primer trimestre de 2025 Asia también lidera con un 90% del total, siendo China el mayor receptor, con un 38%.
Aunque el Parlamento iraní ha aprobado el cierre del estrecho, la medida aún requiere del visto bueno del Consejo Nacional de Seguridad, órgano formado por el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, varios ministros, tres representantes del líder supremo, Alí Jameini, y figuras de las fuerzas de seguridad del país. Dado que China, aliado estratégico de Irán, sería el país más perjudicado por un eventual cierre, surgen dudas sobre si Teherán se atreverá a dar ese paso.
El mercado de materias primas recobra con fuerza el protagonismo, tras el ataque estadounidense a tres instalaciones nucleares iraníes el sábado 21 de junio. De momento, el crudo encadena su cuarta semana consecutiva de subidas, llegando hasta los 80$/barril. aunque en estos momentos avanza un +1,6%, 78,2$/barril.
Tras el bombardeo norteamericano, Irán podría seguir tres vías:
Banca March: los conflictos generan oportunidades de inversión a medio plazo
"La agresiva decisión de EE.UU. y el incremento del riesgo geopolítico no cambia nuestra visión sobre los activos. Nos mantenemos neutrales en renta variable, con vocación de incrementar exposición ante de potenciales incrementos de volatilidad que pudieran llegar a producirse. Este tipo de eventos suelen suponer oportunidades de inversión a medio plazo. Si se analizan los 17 conflictos militares en que se han producido en los últimos 70 años, el S&P 500 ha sumado un 9% en promedio en los 12 meses sucesivos", señalan los analistas de Banca March.
"Desde un punto vista regional, EEUU y su mercado de renta variable se verá favorecido debido a su menor dependencia del exterior y a su autosuficiencia energética (22,7 millones de barriles por día)", apuntan.
"La amenaza sobre el estrecho de Ormuz anula el efecto amortiguador que los bajos precios de la energía han tenido en las recientes cifras de inflación, una situación que en renta fija nos hace seguir prefiriendo los tramos medios y cortos de la curva. A los precios actuales, en línea con lo que venimos anticipando desde abril, descartamos incrementar duración. Sería uno de los segmentos más perjudicados en caso de una represalia contundente por parte de Irán. Los activos refugio como el dólar y el oro están actuando de manera contraintuitiva, aunque el mercado percibe, hasta el momento, poco riesgo tras las acciones del sábado. Consideramos que ambos activos podrían comportarse bien en el caso de que se cumplan las peores perspectivas del conflicto", añaden.
Fortuna SFP alerta de la desconexión entre valoración y macroeconomía real
José Manuel Marín, fundador de Fortuna SFP, avisa que la presión del Gobierno estadounidense sobre la Reserva Federal para bajar tipos de interés, a pesar de una inflación subyacente aún por encima del 2%, supone una amenaza directa a la independencia de la Fed. Trump ha declarado que “el dólar fuerte mata la competitividad de EEUU”, lo que eleva el riesgo de intervenciones políticas en política monetaria.
"Con Jerome Powell finalizando su mandato en febrero de 2026, los mercados temen la designación de un sucesor más afín a una política monetaria laxa, incluso en contextos inflacionarios. Este riesgo político ha comenzado a reflejarse en la curva de rendimientos y en la prima de riesgo de los activos denominados en dólares", advierte.
La escalada en Oriente Medio ha alcanzado un nuevo umbral de tensión, que está generando una prima de riesgo geopolítico sobre el barril de Brent, que en junio ha superado los 77 USD, y podrían provocar un repunte inflacionario global si se materializa una interrupción en el suministro energético, especialmente para Europa y Asia.
El índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una cesta de divisas, ha caído más de un 6% en lo que va del año, reflejando la pérdida de atractivo relativo del dólar frente a monedas como el euro o el franco suizo. Esta caída está ligada a tres factores:
El dólar ya no es percibido como refugio universal. En su lugar, los inversores institucionales están aumentando exposición en activos denominados en euros y oro, que en junio ha alcanzado máximos históricos por encima de los 3.400 USD/onza.
La política ultraexpansiva de la última década ha creado una fuerte dependencia del mercado de renta variable respecto a la liquidez central. La Fed, el BCE y el Banco de Japón acumulan en conjunto más de 25 billones$ en activos en balance, lo que ha distorsionado las valoraciones y reducido el margen de maniobra frente a nuevas crisis. Además, "el hecho de que los bancos centrales se hayan convertido en principales tenedores de deuda soberana les convierte en actores no neutrales: mantienen las TIR artificialmente contenidas para evitar el deterioro de la renta variable, pero a costa de crear burbujas difíciles de desinflar sin consecuencias", insiste este experto.
"El S&P 500 y el Nasdaq, a pesar del entorno de riesgos múltiples, cotizan nuevamente cerca de máximos históricos, impulsados más por expectativas de tipos bajos que por crecimiento de beneficios. Esta desconexión entre valoración y macroeconomía real es uno de los principales focos de alerta para el segundo semestre de 2025", alerta el fundador de Fortuna SFP.
Gustavo Martínez: "sería un suicidio económico para Irán"
Gustavo Martínez, profesor de Finanzas de la Universidad Francisco Marroquín y analista de mercados, señala que aunque el bloqueo del estrecho de Ormuz afectaría también a sus propias exportaciones (2 mbpd, principalmente hacia China), el mensaje político y militar es contundente. Si el cierre se materializa, los mercados energéticos reaccionarían con fuerza:
Irán tiene capacidad para dificultar el tráfico usando minas navales, drones, misiles o patrulleras. Pero un cierre total y prolongado es muy improbable:
Consecuencias globales de un cierre
Incluso activando oleoductos alternativos como el de EAU (1,5 mbd) y Arabia Saudí (5 mbd), no se compensa el volumen total en riesgo.
Un bloqueo de más de una semana sería crítico:
Irán ha amenazado en varias ocasiones, pero nunca ha ejecutado un cierre completo. Incluso durante conflictos como la guerra Irán-Irak o la guerra del Golfo, el tránsito nunca se detuvo totalmente. Las reacciones del mercado han sido históricamente intensas, pero breves.
El patrón actual en los contratos de futuros del WTI muestra un “smile curve”:
Este comportamiento anticipa una crisis temporal de suministro, no estructural. Escenarios posibles:
¿Qué vigilar a corto plazo?:
El mercado ya ha digerido en parte la acción militar de EE.UU., pero cotiza ahora la posibilidad de un cierre real del Estrecho de Ormuz. El foco de los mercados estará en cómo afrontar un hipotético e improbable cierre de Ormuz que reflejaría volatilidad en los índices y sobre todo en la cotización del barril.
Lombard Odier: estrategia de inversión sin cambios
Por su parte, Samy Chaar, Chief Economist y CIO Switzerland de Bank Lombard Odier, también cree que los ataques de EEUU "deberían tener un impacto limitado en las perspectivas macroeconómicas globales. Las tensiones geopolíticas son altas, pero el conflicto puede mantenerse contenido. Las repercusiones económicas dependen en gran medida de los suministros y rutas de crudo, pero estos tendrían que verse interrumpidos para tener un efecto duradero".
Cualquier represalia iraní, más allá de lo simbólico, contra activos estadounidenses en la región conlleva el riesgo de una mayor escalada y podría amenazar la supervivencia del régimen. A pesar del voto del parlamento iraní para interrumpir el Estrecho de Ormuz, llevarlo a cabo es complejo y socavaría los ingresos petroleros de Irán, que proceden en su mayoría de China. Irán también parece estar geopolíticamente aislado, ya que ni China ni Rusia han indicado que se haya cruzado una línea diplomática roja, y los aliados regionales de Teherán están todos gravemente debilitados.
Los mercados petroleros son, por supuesto, la variable clave. Sin embargo, los precios, que han subido ligeramente, ya reflejan una prima de riesgo geopolítico, y los riesgos del lado de la oferta parecen relativamente contenidos: la OPEP+ tiene la capacidad de compensar la posible pérdida de producción iraní.
Los mercados de renta variable han reaccionado de manera mesurada, los rendimientos de los bonos del gobierno se mantienen estables, mientras que el oro, considerado un refugio seguro, ha bajado ligeramente. Los futuros del VIX, una medida de la volatilidad del mercado de valores de EE. UU., han disminuido levemente. Los conflictos históricos que involucran a EEUU en la región solo ofrecen indicios limitados sobre la evolución del mercado y los riesgos de los precios del petróleo. Durante la Guerra del Golfo, tras la invasión de Kuwait por parte de Irak en 1990, la producción de petróleo se vio gravemente afectada, lo que provocó un shock duradero en los precios. Sin embargo, las reacciones del mercado en aquel entonces fueron prolongadas, ya que EE. UU. y sus aliados tardaron muchos meses en responder, en lugar de días.
"En general, vemos un impacto limitado en los mercados de renta variable, a menos que surja un riesgo sustancialmente mayor para la producción de petróleo que cree un impacto a largo plazo en los tipos de interés, lo cual no es nuestro escenario base en este momento. Mantenemos nuestra estrategia de inversión sin cambios por ahora", concluye el experto de Lombard Odier.
Ebury: los futuros del petróleo no se han disparado
Para los expertos de Ebury, la reacción de los precios del petróleo será clave. Hasta ahora, los futuros del petróleo han subido significativamente, pero no se han disparado y se encuentran en niveles asumibles para las economías del mundo.