Miguel Ángel Valero
Sin novedad en el frente del Banco Central Europeo (BCE). Los tipos de interés seguirán en el 2%, ya que continuará la pausa por segunda reunión consecutiva del Consejo de Gobierno tras haber recortado ya 200 puntos básicos (pb) desde junio de 2024.
Cristina Gavín, jefa de Renta Fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión, defiende que el mercado descuenta que en la reunión del BCE no veremos cambios en el tipo de intervención manteniéndose la facilidad de depósito en el 2%. Lagarde, en sus declaraciones en el pasado Jackson Hole (el encuentro anual de bancos centrales que organiza la Fed) se mostró optimista al hablar de un aterrizaje suave de la economía europea, apoyada por un mercado laboral fuerte y el efecto que la relajación en las condiciones de política monetaria están teniendo sobre Europa. "La revisión que hará el BCE en esta reunión sobre las proyecciones de crecimiento para los próximos años nos dará también indicaciones sobre lo que podemos esperar en política monetaria", apunta.
"En cualquier caso, los datos de precios justificarían el mantenimiento en el tipo de intervención. La inflación subyacente se sitúa por encima del objetivo (2,3%) y existen señales al alza en las expectativas de precios apoyadas por un efecto base en la parte de energía de cara a los próximos meses. De esta manera, aunque tanto la demanda como la inversión en el entorno europeo están dando ciertas muestras de debilidad, damos por hecho que la pausa en el proceso de bajada de tipos que vimos en julio no solo va a continuar en la reunión de septiembre sino que se va a prolongar de cara a fin de año", añade.
Ebury: "el circo está en otra parte"
"Circulen, amigos, el circo está en otra parte". Este significativo título es el utilizado por Matthew Ryan, director de Estrategia de Mercado de Ebury, para señalar que todo apunta a que el BCE no tocará los tipos de interés este jueves ya que parece estar satisfecho con el "buen lugar" en el que se encuentran. "Creemos que el listón para otra bajada de tipos es tan alto que incluso el saltador con pértiga, Armand Duplantis, tendría dificultades para superarlo", explica.
El BCE mantuvo los tipos inalterados por primera vez en más de un año en su última reunión de julio, sin dar indicios a los mercados de que se tratara de una decisión excepcional ni aislada. El tono de las comunicaciones de la presidenta Lagarde fue ligeramente 'hawkish'. Destacó la resiliencia de la economía, que será impulsada por la enorme inyección fiscal alemana, especialmente el año que viene. Además, los políticos monetarios europeos parecen más seguros de que la inflación se situará en torno al objetivo en el medio plazo.
"Los acontecimientos ocurridos desde la última reunión refuerzan nuestra convicción de que el BCE no bajará los tipos, al menos durante el resto del año. La inflación de la zona euro sigue rondando el objetivo del 2% y, de momento, las presiones inflacionistas son menos intensas que en EEUU. La economía de la zona euro está respondiendo positivamente gracias a la resiliencia de la demanda interna (respaldada por un mercado laboral robusto) y a un crecimiento moderado de la actividad empresarial, que no está ofreciendo motivos para que cunda el pánico", argumenta.
También hay una serie de incertidumbres con las que el banco central debe lidiar, y no se sabrá durante un tiempo cómo afectarán a la economía. Quizás la noticia más importantede los últimos meses ha sido la firma del acuerdo comercial entre EEUU y la UE. Las condiciones del acuerdo podrían haber sido considerablemente peores para el bloque, pero también podrían haber sido mucho más favorables. Las implicaciones a corto plazo del acuerdo no están claras ya que, por un lado, los aranceles podrían lastrar las exportaciones europeas, pero, por otro, es posible que la menor incertidumbre y la mayor capacidad de planificación empresarial lo compensen.
"Aún no sabemos en qué medida el aumento del gasto público en Alemania impulsará a la economía europea, pero no esperamos que este impulso se manifieste en los datos hasta 2026", apunta este experto. La incertidumbre política en Francia tras el colapso del Gobierno de Bayrou también justifica la templanza que está adoptando el banco en sus decisiones. Sin lugar a dudas, los periodistas preguntarán a la presidenta Lagarde en rueda de prensa sobre la crisis que atraviesa el país. Sin embargo, la reacción de los mercados al colapso del Gobierno francés ha sido bastante tibia hasta ahora, "por lo que no creemos que exista una necesidadapremiante de que el BCE intervenga".
En la reunión del jueves también se darán a conocer las últimas proyecciones económicasdel banco. Dado el mayor optimismo del BCE con respecto a la economía y las sorpresas positivas ofrecidas por los PMI recientemente, "creemos que es probable una revisión al alzaen las previsiones de crecimiento para 2025, aunque no debería ser muy significativa dada la persistencia de la incertidumbre". Las proyecciones inflacionarias del BCE son más difíciles depredecir pero es posible que sean revisadas ligeramente al alza, ya que si la evolución de la economía efectivamente mejora, las presiones inflacionistas podrían aumentar.
"En cuanto a las orientaciones de Lagarde, creemos que veremos más de lo mismo en estareunión. Probablemente volverá a señalar que la política está en un 'buen lugar', y podría sugerir implícitamente que los tipos se mantendrán inalterados durante un periodoprolongado. Creemos que el BCE esencialmente se va a alinear con las expectativas de los inversores, que no esperan más recortes, al menos en lo que queda de año. Los mercados de swaps están descontando bajadas de en torno a 16 pb para finales del primer trimestre de 2026. Creemos que hay al menos tantas posibilidades de que el ciclo de recortes haya llegado a su fin, como de que se produzca una última bajada de tipos,si acaso, el año que viene", concluye.
Mediolanum: los aranceles lastrarán el crecimiento
Niall Scanlon, Gestor de Carteras de Renta Fija para MIFL (Mediolaum International Funds), también espera que el BCE mantenga los tipos sin cambios en su reunión de septiembre, en línea con las expectativas del mercado, y que mantenga su actual postura de "esperar y ver". Consideramos que el BCE "quiere" mantener los tipos en los niveles actuales durante un tiempo, y que se necesitarán datos negativos significativos o una crisis geopolítica para que el BCE ajuste sus tipos en las próximas reuniones.
En su última reunión de julio, la presidenta Lagarde dejó bastante claro que se había elevado el listón para una mayor flexibilización del BCE. Los comentarios de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE desde esa reunión han reforzado esta opinión, y la mayoría de los miembros parecen cómodos con que el tipo de interés oficial actual sea en general neutral y no haya una necesidad apremiante de ajustar los tipos en este momento. Los datos de las últimas semanas se han mantenido relativamente bien, lo que respalda esta opinión.
La reunión de septiembre traerá consigo las previsiones económicas actualizadas de los analistas del BCE. "Aunque no esperamos revisiones importantes con respecto a las proyecciones anteriores de la reunión de junio, prestaremos mucha atención a las previsiones de inflación y crecimiento para 2026 y 2027, especialmente a la luz de la fortaleza del euro y del hecho de que el acuerdo comercial entre la UE y EEUU alcanzado en julio parece situarse entre el escenario base y el escenario más adverso considerado por el BCE", apunta.
"No esperamos que esta reunión tenga un impacto significativo en el mercado, ya que el consenso apunta a que el BCE mantendrá los tipos de interés sin cambios la próxima semana. Sin embargo, más allá de la reunión de la próxima semana, creemos que los datos podrían debilitarse, ya que el impacto de los aranceles lastrará el crecimiento en los próximos trimestres. Esto, junto con una inflación general que se prevé por debajo del objetivo en 2026, podría hacer que el BCE recuperara su sesgo moderado hacia finales de este año o principios del próximo, ya que la flexibilización fiscal alemana podría no surtir efecto con la rapidez suficiente para contrarrestar estas preocupaciones", avisa.
Pictet: el BCE se apunta al "esperar y ver"
Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM, espera que el BCE mantenga los tipos de interés oficiales sin cambios en su reunión este jueves 11 de septiembre. "Tampoco prevemos cambios significativos en la declaración, pues el BCE pretende preservar la máxima flexibilidad", señala.
La atención se va a centrar en la actualización de las proyecciones económicas y señales de la presidenta Lagarde respecto a la orientación de la política monetaria. De momento los datos económicos han estado en línea con las proyecciones. Es probable que las revisiones reflejen principalmente algunos supuestos técnicos actualizados, como un euro más fuerte y menores precios de la energía; fiscales -especialmente en relación con planes presupuestarios alemanes- y el acuerdo comercial entre la UE y EEUU, que implica aranceles ligeramente mayores, 15% para la mayoría de los bienes, en comparación con el 10% anterior.
Lagarde puede suavizar el lenguaje, haciendo hincapié en la incertidumbre y el enfoque del BCE en función de los datos, reunión a reunión, haciendo suyo el 'esperar y ver' de Jerome Powell en la Fed. "Esperamos que reafirme que la política monetaria sigue siendo apropiada respecto a las perspectivas de inflación a medio plazo. Aunque unas previsiones inflación para 2026 por debajo del objetivo del 2 %, puedan sugerir la posibilidad de relajación, es poco probable que los haga explícito en su comunicación oficial", subraya.
DWS: no hay una necesidad urgente de actuar
Ulrike Kastens, Economista Senior de DWS, está convencida de que el BCE mantendrá los tipos sin cambios en septiembre: "Los gobernadores de los bancos centrales rara vez han hecho tan pocos comentarios, antes de una reunión del BCE. Sin embargo, los últimos datos también sugieren que no hay una necesidad urgente de actuar. El crecimiento en la zona euro fue superior al esperado en la primera mitad del año. El mercado laboral solo muestra signos de debilidad en unos pocos países, y la inflación se sitúa en torno al 2%. Y lo que es más importante, el aumento de los precios de los servicios intensivos en mano de obra sigue ralentizándose, a medida que se debilita el crecimiento de los salarios".
"Por lo tanto, esperamos que el BCE mantenga sin cambios el tipo de depósito en su reunión de septiembre. El próximo jueves también se presentarán las nuevas previsiones de crecimiento e inflación. No esperamos cambios importantes, sino más bien ajustes técnicos en la previsión del PIB para 2025", añade.
El panorama general de una recuperación económica moderada, con tasas de inflación en el objetivo del BCE, se mantendrá sin cambios. Dado que los riesgos para la economía se mantienen a la baja y que divergen las opiniones sobre los riesgos al alza de la inflación y la posibilidad de que ésta caiga por debajo del objetivo, es probable que la rueda de prensa adopte esta vez un tono bastante neutral, sin comprometerse con una política monetaria específica. No obstante, dados los riesgos económicos existentes, "mantenemos nuestra opinión de que es probable que en próximas citas se produzca una nueva bajada de los tipos de interés".
Además de la inflación, la rueda de prensa se centrará en la evolución política en Francia. Es muy probable que el BCE afirme que se trata de una cuestión que debe resolver el Gobierno francés.
Columbia Threadneedle: potencial de generación de titulares
Dave Chappell, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, opina que la próxima reunión del BCE "tiene el potencial de generar titulares". Con los tipos de interés en el 2%, el comité considera que ha alcanzado una zona neutral, lo que le permite tomar distancia y evaluar tanto la evolución nacional como la internacional. Es probable que la presidenta Lagarde describa los riesgos como relativamente “equilibrados” en la actualidad, destacando las perspectivas de un mayor crecimiento en los próximos trimestres gracias al gasto en infraestructuras y defensa, al tiempo que reconoce la incertidumbre persistente en torno a la evolución de la política comercial con EEUU y sus amplias repercusiones a nivel global.
En los próximos meses quedará más claro si el comité necesitará ajustar los tipos a la baja, siendo un posible catalizador una economía estadounidense más débil que provoque un fortalecimiento adicional del euro.