Los mercados están descontando cuatro bajadas hasta la reunión del 29 de julio de 2026, lo que situaría el tipo de los fondos federales entre el 3% y el 3,25%.
"Cuando los mercados cuestionan la autonomía de los bancos centrales, la volatilidad de las divisas aumenta, lo que a menudo desencadena una fuga de capitales hacia activos alternativos seguros", avisan en Robeco.
Los bancos centrales con mayor independencia fomentan una inflación menor y más estable, y las amenazas a la independencia de la Reserva Federal pueden generar expectativas de inflación y tipos de interés a largo plazo más altos, afectando negativamente al coste de las hipotecas y al endeudamiento del Gobierno.
La reunión de verano de la Fed suele ser un punto de inflexión para los bonos, pues en las pasadas cinco ediciones los tipos de interés presentaron amplios movimientos de cara a final de año ante cambios relevantes en la política monetaria.
La Reserva Federal mantendrá los tipos igual en la reunión de mañana, perlo los analistas vaticinan una o dos bajadas antes de que acabe 2025.
Pese a las críticas recibidas durante la pandemia por esperar demasiado para ajustar la política monetaria, que vuelven ahora con fuerza, la estrategia dominante, la frase más repetida en la Reserva Federal, es 'wait and see'.
Como “la economía se mantiene sólida” y demuestra "su resiliencia", no hay por qué “tener prisa en tomar decisiones, podemos ser pacientes”, argumenta el presidente de la Fed, partidario de "esperar y ver".