Trump tiene alternativas para imponer sus aranceles

Miguel Ángel Valero 

A finales de mayo de 2025 comenzó el embrollo legal en torno a los denominados aranceles 'recíprocos', para determinar si Trump había excedido sus facultades legales al realizar uso indebido de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, también conocida como mecanismo IEEPA. Entonces, el Tribunal Internacional de Comercio dictó la anulación de los gravámenes, aunque éstos fueron reinstaurados al día siguiente, dado que la competencia final recaía en el Tribunal de Apelaciones.

El fallo emitido el viernes 29 de agosto por el Tribunal de Apelaciones establece la suspensión de los aranceles a partir del 14 de octubre. 

Aunque el Tribunal de Apelaciones ha optado por suspender los aranceles, la Administración dispone de otras herramientas. Por un lado, llevará el caso al Tribunal Supremo, que cuenta con una mayoría conservadora (6 jueces contra 3). De hecho, el bloqueo de los aranceles no presenta un efecto inmediato, sino que se ha retrasado hasta octubre para permitir que la Administración presente su apelación. 

Por otro lado, el gobierno dispone de legislaciones alternativas para reintroducir los aranceles: 

  • La Sección 122, que otorga al presidente de EEUU reducir los desequilibrios en la balanza de pagos. El arancel máximo es de un 15% general, no requiere de una investigación previa y se limitan a tan solo 150 días, salvo extensión del Congreso.
  • La Sección 232 sobre productos específicos o la Sección 301 por países. Si bien presenta una base legal más sólida, necesita de una investigación por cada producto o país objeto de ser tarificado.

El acuerdo UE-EEUU reduce la competitividad de las empresas europeas

El embrollo legal en torno a los aranceles de Trump dispara la incertidumbre en todo el mundo. En este sentido, un análisis de Crédito y Caución señala que el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y EEUU ha despejado algunas incógnitas, pero ha dejado muchas cuestiones en el aire. Aunque ya se ha fijado una tasa arancelaria del 15% sobre las importaciones de la Unión Europea y del 50% para determinados sectores, como el acero, el aluminio y el cobre, los automóviles y los semiconductores, así como a los productos farmacéuticos, el acuerdo "no aporta suficiente claridad a las empresas para la toma de decisiones importantes en materia de inversión o contratación". 

El impacto de los nuevos aranceles afectará especialmente a las empresas con menos músculo financiero, aumentando su riesgo de crédito comercial. También existen riesgos asociados a los compromisos de compra e inversión en energía en EEUU por parte de la UE. Aunque puede que no suponga un problema inmediato, podría dar lugar a nuevas tensiones. 

En este contexto, Crédito y Caución mantiene las previsiones a la baja de crecimiento del PIB de la zona euro del 1,1% en 2025 y del 0,8% en 2026. Por lo que se conoce hasta ahora del acuerdo comercial, no parece que vaya a suponer un gran impulso para la economía de la UE, argumentan sus expertos.

Los nuevos aranceles tendrán un efecto negativo sobre la demanda ya que una tasa permanente del 15% sobre la mayoría de las exportaciones aumentaría el precio de los productos en un margen similar. Según Oxford Economics, este aumento de los precios reduciría la demanda estadounidense de exportaciones de la Unión Europea que podría llegar al 4,8% en el caso de productos españoles. 

Para mitigar esta caída, la UE sigue buscando nuevos acuerdos comerciales en mercados como Chile, India, Indonesia, México, Filipinas y Mercosur. Sin embargo, aunque las negociaciones sean fructíferas, es poco probable que compensen la disminución de exportaciones a EEUU, ya que representan aproximadamente el 35% de las destinadas al mercado norteamericano.

Además, la negociación de acuerdos comerciales significativos se prolonga, de media, unos 18 meses, y su aplicación suele llevar otros 24 meses, según el Foro Económico Mundial. Por tanto, en el caso de traer beneficios, serán efectivos a largo plazo. 

En la apertura a nuevos mercados, la Unión Europa también se enfrenta al reto de ser competitiva entre sus competidores ya que tiene poca capacidad para reducir el precio de las exportaciones. Durante la última década, los precios de exportación europeos se han mantenido, en general, al mismo nivel que los de EEUU, pero han superado a los de países como China, donde los costes de producción son significativamente más bajos. Esto dificulta que las empresas europeas entren en nuevos mercados o aumenten la demanda compitiendo únicamente en precio.

Para reforzar su posición en futuras negociaciones, la Unión Europea debe invertir en su resilencia económica, tecnológica y militar, impulsando el comercio intracomunitario y reduciendo la dependencia de las importaciones.

Ebury: el dólar vuelve a caer por los ataques a la independencia de la Fed

El dólar cayó frente a la mayoría de las divisas del G10 la semana pasada, aunque los movimientos fueron relativamente moderados frente al euro y la libra esterlina. Los indicios económicos de que, después de todo, la temida desaceleración podría haber resultado exagerada han ayudado al dólar a mitigar estas pérdidas. En general, la semana pasada fue bastante tranquila en el mercado de divisas, sin tendencias claras. Los pocos movimientos significativos observados se debieron a factores nacionales idiosincrásicos. 

Esta semana bursátil será más corta en EEUU debido a la festividad del Día del Trabajo este lunes. A pesar de ello, se publicarán una gran cantidad de datos macroeconómicos. El más importante será el informe sobre el mercado laboral estadounidense de agosto que se publicará este viernes 5 de septiembre. Los estrategas han revisado a la baja sus expectativas tras el débil informe de julio, pero éstas siguen siendo coherentes con una modesta creación de empleo y solo un ligero repunte del desempleo. El reemplazo de la directora de la organización que compila los datos del informe (la Oficina de Estadísticas Laborales) por un partidario de Trump añade una nueva dosis de incertidumbre a la cuestión. Los datos preliminares relativos a la inflación en la zona euro en agosto, que se publicarán el martes, serán el otro foco de atención esta semana. 

  • EUREl lento crecimiento de los tipos de los bonos soberanos a largo plazo en todo el mundo también está afectando a la zona euro, aunque la magnitud es distinta en cada país. Los inversores están centrando su atención en Francia, que combina una situación fiscal desastrosa con inestabilidad política. El primer ministro francés Bayrou se enfrentará a una cuestión de confianza el próximo lunes, ya que los esfuerzos por recortar el gasto público han resultado infructuosos hasta ahora. Los tipos a 30 años en Alemania también alcanzaron máximos de 15 años la semana pasada. Si bien el euro sigue beneficiándose de la preocupación por el deterioro institucional en EEUU, se está viendo frenado, a su vez, por el crecimiento tibio y los bajos tipos de interés a corto plazo. La publicación clave de esta semana será el informe preliminar de la inflación de agosto, que debería mostrar una convergencia hacia el objetivo del BCE, algo poco común entre las principales áreas económicas actualmente. 
  • USD: Aunque los datos de la semana pasada sorprendieron en general al alza y dibujaron un panorama de una economía resiliente, la publicación de las nóminas no agrícolas este viernes será seguida muy de cerca. El debilitamiento del mercado laboral es la única razón que explica el giro dovish de la Reserva Federal y el hecho de que haya telegrafiado una bajada de tipos en septiembre. Si los datos muestran cierta resiliencia, dicho giro podría interpretarse como una cesión por parte del banco central a la implacable presión ejercida por Trump para que baje los tipos de interés. Mientras tanto, el intento de Trump de despedir a Lisa Cook probablemente de pie a un largo proceso legal. Aunque el impacto a corto plazo está siendo limitado, el mensaje que Trump pretende enviar al resto de gobernadores es inequívoco. Los tipos a largo plazo son fundamentales para Trump, ya que determinan las tasas hipotecarias y, por lo tanto, la evolución del mercado inmobiliario. Éstos siguen obstinadamente altos incluso cuando las expectativas de recortes de tipos por parte de la Fed han aumentado.
  • GBP: La semana pasada fue bastante tranquila en cuanto a publicaciones macroeconómicas y política monetaria en el Reino Unido, y esto se vió reflejado en la libra esterlina. Hubo más actividad en el mercado de bonos del Estado británico, donde los tipos a largo plazo siguen subiendo sin cesar. Por supuesto, se trata de una tendencia general en los mercados de deuda soberana, pero los rendimientos británicos son los más altos del G10. La incapacidad del Partido Laborista para controlar el gasto, junto con las persistentes sorpresas al alza en la inflación, ciertamente no están ayudando. Los mercados están descontando actualmente un recorte de tipos por parte del Banco de Inglaterra este año con una probabilidad de ni siquiera el 50%. Mientras tanto, el aumento progresivo de los tipos a medio y largo plazo amenaza con restar eficacia a las medidas de política monetaria. Esta semana, la atención en el Reino Unido se centrará probablemente en las cifras de ventas minoristas de julio, que se publicarán el viernes y que se espera que muestren un estancamiento en el gasto de los consumidores en el comienzo del tercer trimestre.