Miguel Ángel Valero
Después de la calma siempre vuelve la tempestad. Tras sacar adelante, con un voto de diferencia, su "gran y hermosa" reforma fiscal, Trump asegura que ha recomendado imponer a la Unión Europea UE) aranceles del 50% desde el 1 de junio porque ese bloque "se formó con el objetivo principal de sacar provecho de los EEUU en materia de comercio" y, además, "ha sido muy difícil de tratar”, "¡nuestras conversaciones con ellos no llevan a ninguna parte!", afirma en su red social, Truth (verdad, en inglés).
“Sus poderosas barreras comerciales, impuestos sobre el IVA, ridículas sanciones a las empresas, barreras comerciales no monetarias, manipulaciones monetarias, demandas injustas e injustificadas contra empresas estadounidenses, entre otras cosas, han provocado un déficit comercial con los Estados Unidos de más de 250.000.000$ una cifra totalmente inaceptable”, trata de argumentar.
Es cierto que el déficit comercial con la UE en el comercio de bienes marcó su récord en 2024, con 235.571 millones$, pero Trump 'olvida' que EEUU tiene superávit en la balanza de servicios, que compensa esa diferencia.
"Por lo tanto, recomiendo un arancel directo del 50% a la Unión Europea, a partir del 1 de junio de 2025. No se aplicará ningún arancel si el producto se fabrica o se manufactura en EEUU“, insiste Trump, que rechaza una propuesta europea de reducción gradual hasta su eliminación total de los aranceles aplicados por ambas partes a los productos agrícolas no sensibles y a los productos industriales, y fomentar la colaboración estratégica en energía, inteligencia artificial y conectividad digital.
Arancel del 25% para Apple si no fabrica en EEUU
Además de amenazar a la UE con aranceles del 50%, Trump vuelve a las andadas con Apple, a la que impondrá unos del 25% si los iPhone que vende en EEUU no se fabrican en el país. Se alinea con el secretario de Comercio, Howard Lutnick, que sueña con que en EEUU exista “un ejército de millones y millones de personas atornillando tornillos diminutos para fabricar iPhones”.
“Hace tiempo que informé a Tim Cook, de Apple, que espero que los iPhone que se vendan en los Estados Unidos de América se fabriquen y ensamblen en los Estados Unidos, y no en la India ni en ningún otro lugar. Si no es así, Apple deberá pagar un arancel de al menos el 25% a Estados Unidos. ¡Gracias por su atención!“, escribe en Truth.
Trump eximió a teléfonos, ordenadores y tabletas de sus aranceles “recíprocos” de más del 100% a las importaciones desde China para evitar que los precios de esos productos se disparasen. Ante la guerra comercial entre EEUU y China, Apple puso en marcha planes para trasladar parte de su producción a India, lo que no ha gustado nada a Trump.
Pero el presidente de EEUU no tiene en cuenta las complejidades de la cadena de suministro, el gran ecosistema de proveedores que Apple encuentra en Asia, no solo en China; los costes laborales y la alta automatización de parte de la fabricación del iPhone. En China existen megacomplejos dedicados íntegramente al montaje del iPhone. Obligar a la compañía a producir los iPhone en EEUU supondría un elevado coste para Apple, que tendría que repercutir éste en los precios que pagan los usuarios de los populares móviles. Solo los aranceles, pese a las rebajas y las exenciones, le han costado a Apple 900 millones$ adicionales en este trimestre.
El problema para Trump es que sus amenazas pierden efectividad por sus continuos cambios de parecer y sus reiteradas rectificaciones.
Caídas generalizadas en las Bolsas
La 'penúltima' de Trump ha provocado caídas del 2% en las Bolsas europeas, el Ibex 35 baja un 2,5%, pierde los 14.000 puntos y cierra la semana con pérdidas, Wall Street inicia la jornada con un descenso del 1%. Apple se desploma un 3% y pierde los 3 billones de valor en Bolsa, de forma que tan selecto club queda restringido a Nvidia y Microsoft. Todo cae. Especialmente, las automovilísticas: Stellantis, Ferrari, Mercedes-Benz y BMW, más del 3%. En banca destaca el -3,5% del BBVA.
También se acelera la venta de bonos de EEUU. El bono a 30 años tiene que ofrecer el 5%, tasa que no se veía desde 2022. En cambio, gana atractivo la deuda española (a 10 años paga el 3,2%) y la alemana (2,5%), porque Europa es vista por los inversores como una opción algo más estable que la errática EEUU de Trump.
La reforma fiscal sale adelante por un voto
La "gran y hermosa" reforma fiscal de Trump toma impulso tras su aprobación en la Cámara de Representantes por un voto de diferencia (215-214), lo que ilustra la división existente entre los republicanos. No gusta mucho que suponga un aumento del déficit fiscal de 3,8 billones$ en los próximos 10 años.
La principal partida de gasto corresponde a la extensión de los tipos impositivos reducidos de la TCJA –2,1 billones–, a lo que se suman mejoras en las deducciones ya previstas en la norma anterior –1,5 billones– y nuevos incentivos dirigidos principalmente a los hogares, como las llamadas 'cuentas Trump' dotadas con 1.000$ para los recién nacidos de padres con ciudadanía estadounidense, que suman otros 2 billones.
Para compensar estos estímulos fiscales se proponen recortes de gasto o aumentos de recaudación por 1,8 billones. Entre ellos, destaca la eliminación de 500.000 millones en ayudas medioambientales – crédito fiscal para la compra de coches eléctricos y mejoras en viviendas–, así como el endurecimiento de los requisitos para obtener la cobertura Medicaid.
Aunque los detalles de la norma no entusiasman a la renta fija, lo que aportó tranquilidad a los bonos fue que la norma incluye también el incremento en 4 billones$ del techo de deuda: la tasa interna de rentabilidad del bono estadounidense a 30 años volvió a acercarse al 5% y se alejó de los máximos de 2023.
En este sentido, el Tesoro americano estima que se quedaría sin liquidez cerca de agosto si no se autoriza la emisión de más deuda. Por tanto, el Gobierno busca una aprobación de la reforma fiscal en los meses de verano. El siguiente escollo será la votación del Senado, donde se necesita una mayoría simple, al tratarse del procedimiento de aprobación por reconciliación.
Trump dirige ahora sus esfuerzos al lado fiscal, consciente de que necesita más logros para reforzar su desgastado capital político.
Por otra parte, siguen las negociaciones de nuevos acuerdos comerciales, con el 30 de mayo como fecha clave para Japón con la reunión de la comitiva comercial de ese país con el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Mientras, en EEUU mejora la confianza de los empresarios y los datos del mercado laboral siguen mostrando fortaleza. Los índices PMI de confianza de los gestores de compras superaron las expectativas y en mayo repuntaron con fuerza al elevarse el PMI compuesto hasta 52,1 desde el 50,6 previo. Una mejora de la confianza que, además, vino soportada tanto por un repunte de la confianza en los servicios (52,3 vs. 50,8 previo) como en manufacturas (52,3 desde el 50,2 anterior). Por el lado del empleo, las peticiones de subsidio por desempleo bajaron hasta 227 mil desde las 229 mil anterior, manteniéndose así en niveles muy reducidos. Estos datos reducen los temores a un freno brusco de la actividad en los próximos meses.