Trump fracasa en acelerar la reforma fiscal de EEUU

Miguel Ángel Valero

Pese a lograr las mayores cotas de poder que se recuerdan en EEUU, a Donald Trump se le ha atragantado la reforma fiscal. El Partido Republicano, que le llevó a la Casa Blanca para un segundo mandato, continúa inmerso en las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre la reforma fiscal lo antes posible. 

El propio Trump está presionando a los suyos para acelerar el proceso, consciente de que el impacto de los aranceles pronto empezará a afectar a la economía. 

Sin embargo, persisten obstáculos importantes como el incremento en el tope de las deducciones de impuestos estatales y locales (SALT, por sus siglas en inglés) –se trata de una deducción de la base bruta federal, que actualmente tiene una limitación de 10.000$–, así como las disputas acerca de la magnitud del recorte en el Medicaid y la reducción en las partidas incluidas en la Inflation Reduction Act.

El desacuerdo interno en el partido republicano y una reforma fiscal encaminada a aumentar el déficit siguen ejerciendo presión sobre la deuda soberana estadounidense, dejando al rendimiento exigido al bono estadounidense a 10 años por encima del 4,5%. 

A esto se suma la reciente información que indica que Israel está preparando un ataque sobre las infraestructuras nucleares iraníes, lo que está provocando un aumento en el precio del petróleo y, por tanto, de confirmarse la información, desactivaría un elemento mitigador de la futura inflación provocada por las tarifas. 

Tras varias semanas de calma, las negociaciones en la reforma fiscal estadounidense reactivan las ventas en los tramos largos. El bono soberano estadounidense a 10 años se depreció y continúa bajo presión con una rentabilidad exigida al vencimiento nuevamente por encima del 4,5%. Se acelera el retroceso del dólar, castigado por la incertidumbre fiscal: su cruce con el euro se acerca a 1,135€, situándose en su nivel más bajo de las últimas dos semanas, por las dudas sobre la evolución futura del déficit público, en un momento en el cual se negocian las líneas maestras de las nuevas cuentas públicas. 

Las tensiones geopolíticas vuelven a dirigir los precios de las materias primas: rebota el crudo y el oro, tras un informe de la CNN –basado en inteligencia estadounidense– que sugiere que Israel estaría preparando un ataque a las instalaciones nucleares iraníes, lo que interrumpiría el suministro de crudo en gran parte de la región. El barril de Brent cotiza ya por encima de los 66 $/barril, una subida del 1%. Parte del repunte del precio de petróleo se vio frenado porque se publicó un inesperado aumento de las reservas semanales de crudo estadounidense (aumentaron en 2,5 mb/d frente a unas expectativas de retroceso). 

Por su parte, el oro se beneficia de su carácter de activo refugio: la mayor incertidumbre apoya las compras y su precio se dispara nuevamente por encima de los 3.300 $/onza. en lo que llevamos de semana sube un 3,5%.