Miguel Ángel Valero
Claudia Sheinbaum, la primera mujer que accede a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, no se parece en nada a su colega de EEUU, Donald Trump, pero ha decidido 'copiarle' sus aranceles.
México ultima la imposición de aranceles del 50% a los automóviles provenientes de China y de otros países asiáticos, como parte de una lista que abarca más de 1,400 categorías de productos. Entre los bienes afectados se incluyen autos y componentes, motocicletas, muebles, calzado, textiles, plásticos y juguete, entre otros.
Los países afectados por esta medida de la presidenta que inicialmente rechazó los aranceles impuestos por Trump a México incluyen China, India y Corea del Sur. En cambio, Japón, Vietnam, Malasia y Singapur estarán exentos de estos aranceles.
La iniciativa forma parte del plan presupuestario de 2026, enviado esta semana al Congreso mexicano, donde se espera que sea aprobada gracias a la mayoría parlamentaria del partido gobernante en el país, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, al que se afilió en 2014. Diez años antes de acceder a la presidencia del país el 1 de octubre de 2024]. De ser ratificada la propuesta, los aranceles entrarían en vigor 30 días después de su publicación oficial.
Según el ministro de Economía, Marcelo Ebrard, el objetivo principal de estos aranceles a China y a otros países asiáticos es proteger el empleo nacional y frenar las importaciones que llegan a precios inferiores al valor de referencia.
Pero esta propuesta, que refleja un enfoque ultraproteccionista similar al de Trump, también busca congraciarse con éste en el marco de la revisión del tratado comercial USMCA prevista para 2026, y en el que también está implicado Canadá.
Las empresas japonesas reducen sus márgenes comerciales
Aunque no se verán afectadas por los aranceles de México, las empresas japonesas se muestran preocupadas por la reducción de los márgenes comerciales en los próximos meses, debido principalmente al aumento de los costes de producción y a la estabilización de las ventas, como se pone de manifiesto en el último Barómetro de Prácticas de Pago de Japón, elaborado por Crédito y Caución,
El 58% no espera un aumento de las insolvencias y confía en la estabilidad del comportamiento de pago de sus clientes. Pero las empresas japonesas reconocen que la situación económica nacional y la continua incertidumbre en la política comercial mundial por los aranceles afectarán a su salud financiera. También consideran que las presiones macroeconómicas están lastrando la confianza empresarial y condicionando las expectativas en todos los sectores.
En el último año, no se han registrado cambios significativos en los calendarios de cobro de facturas, la rotación de inventario ni en los plazos de pago a proveedores. Así, el crédito de proveedores es la principal herramienta de financiación comercial entre las empresas japonesas, con un 58%.
Actualmente, el 46% de las facturas se pagan fuera de plazo y el 6% resultan impagadas, llegando al 8% en el caso del sector de consumo duradero. En este contexto, casi la mitad de las empresas japonesas han optado por no aumentar la oferta de crédito comercial en los últimos meses, con el objetivo de evitar una mayor exposición al riesgo de impago de los clientes.
Por ello, y a pesar de la estabilidad de las relaciones comerciales y del comportamiento de pago, existe un interés creciente por la gestión externalizada del riesgo de crédito, incluidas las soluciones de seguros, lo que indica que las empresas buscan una protección más estratégica en un mercado impredecible.
Además, reconocen la necesidad de seguir siendo receptivas y flexibles en las relaciones comerciales, con capacidad para adaptarse a las circunstancias de sus clientes.
A pesar de la estabilidad registrada en el último año en los principales indicadores de las políticas de pago, los cambios que está experimentando el comercio global actualmente arrojan signos de vulnerabilidad financiera entre las empresas japonesas de cara a los próximos meses, que se muestran preocupadas por el incremento de costes y reducción de los márgenes en un contexto de incertidumbre.