Tressis defiende un "optimismo selectivo" con Trump

Miguel Ángel Valero

En Tressis mantienen "un enfoque optimista pero selectivo" con respecto a los mercados, ya que reconocen los desafíos y riesgos del entorno económico global. La combinación de políticas monetarias acomodaticias, un crecimiento global moderado y la reelección de Donald Trump en Estados Unidos configuran un entorno lleno de factores de incertidumbre, pero también de oportunidades para los inversores.

"El entorno en 2025 estará marcado por la moderación de los tipos de interés y el crecimiento dispar entre regiones, lo que requerirá estrategias de inversión prudentes y bien diversificadas," señala José Miguel Maté, consejero delegado de Tressis. "La clave estará en identificar sectores y activos que ofrezcan valor en un contexto donde los riesgos geopolíticos y la persistente inflación siguen presentes", subraya.

Estados Unidos se consolida como el motor principal del mundo desarrollado, una fortaleza que contrasta frente al estancamiento prolongado de Europa y los desafíos estructurales de China, donde los problemas en el sector inmobiliario y un consumo privado débil continúan afectando su desempeño económico, aunque las medidas de estímulo aplicadas ofrezcan algo de alivio.

Por su parte, Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, resalta "la necesidad de reducir gastos y manejar niveles récord de deuda debe ser la prioridad de los gobiernos”. El sector privado continuará desempeñando un papel clave en la estabilización, mientras los bancos centrales mantienen políticas acomodaticias, ofreciendo liquidez al sistema y ajustando los tipos de interés con cautela. Aunque las bajadas de tipos continuarán, lo harán a un ritmo más lento de lo esperado debido a la persistencia inflacionaria.

El triunfo de Donald Trump introduce un nuevo eje de incertidumbre y oportunidades, con políticas enfocadas en la desregulación y la reducción de impuestos que podrían favorecer a las empresas norteamericanas. Sin embargo, el protagonismo de sus políticas arancelarias y su impacto en el comercio global deberán ser seguidos de cerca.

En un año en el que la inflación sigue siendo "el elefante en la cacharrería", Trump es  "un factor positivo para la economía y una buena noticia para los mercados, las relaciones internacionales y la geopolítica", para Daniel Lacalle, que vaticina que Jerome Powell, será despedido como presidente de la Fed en 2025 (su mandato oficialmente termina en 2026) y se cambiará la política monetaria que "ha sido absolutamente intolerable en los últimos años".

Si nada cambia, la Fed continuará "jugando con los tipos, con una o dos bajadas, e inyectando liquidez". Sin embargo, si finalmente se dibuja el escenario de renovación de la Fed, habría hasta cuatro recortes de tipos, disminuirían las inyecciones de liquidez, y "el balance debería bajar en 2,5 billones$", explica Lacalle. Por su parte, para el Banco Central Europeo apunta a cuatro recortes de los tipos de interés, "y si la situación sigue yendo mal en Francia y Alemania, podrían ser cinco".

Para Maté, con Trump 2.0 hay más oportunidades que amenazas, pero también se muestra cauto y avisa que "hay que estar preparados para las formas que emplee".

En este escenario con suaves recortes de tipos, con un crecimiento global moderado, una inflación relativamente controlada y liquidez abundante, las tensiones internacionales y los riesgos de volatilidad hacen esencial que los inversores mantengan una visión estratégica y flexible, adaptándose a las cambiantes condiciones del mercado.

La renta fija continúa siendo esencial para diversificar y estabilizar las carteras en 2025. Aunque las valoraciones actuales requieren prudencia y selección, Tressis enfoca su estrategia en deuda pública y privada de alta calidad, con duraciones de tres a cinco años según el perfil de riesgo del inversor. El ciclo esperado de bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal podría complicarse, limitando los recortes respecto a las proyecciones iniciales debido a las presiones inflacionarias persistentes, especialmente en el sector servicios. Desde Tressis consideran improbable que los bancos centrales intensifiquen las rebajas de tipos, lo que podría mantener la presión sobre los bonos por el reajuste en las expectativas. Por ello, recomiendan una gestión activa y flexible, adaptándose a las condiciones cambiantes del mercado para aprovechar las oportunidades que puedan surgir.

En renta variable, las valoraciones son exigentes, sobre todo la estadounidense, pero subrayan el estímulo que puede suponer la llegada de la Administración Trump en las perspectivas de crecimiento de muchos sectores. La "gran cantidad de liquidez que existe tanto a nivel particular como institucional" va a seguir apoyando el buen comportamiento de la renta variable de EEUU. Por eso, sobre ponderan EEUU, sin olvidar una mayor participación del resto de zonas geográficas y sectores. Entre las temáticas que destacan se encuentran aeroespacial y defensa, piedra angular de las exigencias de Trump al resto de países de la OTAN; ocio y viajes, con una demanda que sigue robusta; comunicaciones, con la importancia del efecto red en la sociedad; o salud. También, tecnología, aunque con un enfoque mucho más selectivo: la electrificación y la nube, porque "a pesar de la volatilidad y las altas valoraciones, seguimos creyendo que hay valor"; IA y todo lo relacionado con ella.

Tressis también señala la debilidad de los mercados emergentes ante la fortaleza del Treasury y el dólar, por lo que siguen favoreciendo en sus carteras los países desarrollados. Además, se muestran cautos con la inversión en energía y renovables en Estados Unidos, así como con automóviles y consumo en Europa.

Los metales básicos, como el cobre y el aluminio, continuarán siendo piezas clave en la transición hacia energías renovables, gracias a su uso en baterías, turbinas eólicas y paneles solares. En paralelo, los metales preciosos como el oro mantendrán su atractivo, respaldados por la creciente demanda de los bancos centrales de mercados emergentes y su función como activo refugio frente a la volatilidad.

El petróleo se enfrentará a volatilidad por el aumento de producción en Estados Unidos y un crecimiento global moderado. Además, la energía nuclear puede recibir un impulso significativo en Estados Unidos bajo la Administración Trump, consolidándose como una opción viable para complementar la transición hacia una matriz energética más sostenible.

En cuanto a las materias primas agrícolas, esperan que los precios agrícolas bajen cerca de un 5%, favorecidos por el fin del fenómeno El Niño, lo que mejorará las condiciones de crecimiento de los cultivos en mercados emergentes. Sin embargo, los eventos meteorológicos extremos siguen representando un riesgo latente para este sector.