Un informe elaborado por María Ángeles Piñero, Coordinadora de Analistas de la Zona Sur de Solunion España, revela que España presenta una creciente integración de las energías renovables en el mix energético, pasando de tan solo el 15% de generación renovable en 2004 al 45,8% en 2014, y llegando a alcanzar el récord histórico de 56,8% en 2024.
Los planes de transición energética han apoyado significativamente este crecimiento.La energía solar fotovoltaica y la eólica son las tecnologías renovables con mayor crecimiento en potencia instalada en los últimos años. La solar fotovoltaica apenas representaba el 1% del total en 2004, mientras que en 2015 registraba tan solo el 4,46% y, durante los últimos años, ha alcanzado el 19,1% (datos a enero de 2025). En 2024, esta tecnología ha desplazado al ciclo combinado (no renovable) de la tercera posición por su generación récord.La producción eólica mantuvo el liderazgo en generación en 2024 con el 23% del total, seguido de la nuclear con el 19%.Las tecnologías fósiles (ciclo combinado y carbón) presentan un notable descenso en producción, con una caída del 24% en 2024.
Los últimos datos oficiales disponibles a marzo de 2025 mantienen esta tendencia alcista, en la que el 61,6% del mix sigue siendo generado por renovables con liderazgo de la eólica, con 28,3%, y la solar fotovoltaica, en tercera posición con el 12,9%.En abril se confirma la transición energética en España: la generación de energía nuclear descendió significativamente (cierre de planta y reactores parados, principalmente por cuestiones económicas de contexto de precios muy bajos) y el país abasteció su consumo principalmente con energía renovable (solar, eólica e hidráulica). Dentro de una demanda nacional baja, España llegó incluso a exportar electricidad en determinados momentos de la Semana Santa de 2025, principalmente por generación renovable.Así, España comparte tercera posición mundial junto a Países Bajos y Grecia en cuanto a integración de eólica y solar en su mix. Lidera Dinamarca seguida de Lituania.
Este cambio histórico en el mix energético podría generar mayor volatilidad y podría estar entre las posibles causas del apagón en España y Portugal del 28 de abril.
2024 fue el tercer año consecutivo que el sistema eléctrico español cerró el ejercicio con un saldo exportador de energía por sus intercambios internacionales, incluso siendo una isla energética (junto a Portugal), donde el grado de interconexión es muy bajo. Se mantiene saldo exportador en Andorra, Marruecos y Portugal y, tras dos años consecutivos con saldo exportador, Francia pasa a tener saldo importador para España, especialmente por la caída de precios de la energía francesa en el segundo semestre.
España tiene una alta dependencia energética de las importaciones de petróleo y sus derivados, así como del gas natural, para poder cubrir la demanda interna. Si bien esta dependencia muestra una disminución en los últimos años, aún mantiene una proporción elevada, que alcanzó el 66,8% en 2023 (vs 70,6% en 2022 y 73,3% en 2021).2023 presentó el menor nivel de importaciones en lo que va de siglo, debido a una mayor producción interior, sobre todo por renovables, pero fundamentalmente por una bajada de demanda de la industria, motivada por la mayor eficiencia energética y, sobre todo, por el autoconsumo.
Retos
El sector energético español está caracterizado por gigantes corporativos con alta integración vertical y flexibilidad en los mercados, por lo que las insolvencias suelen presentarse en perfiles de empresas pequeñas / medianas.El sector mantiene una muy baja incidencia con respecto a la mayoría de los sectores económicos, situándose en el puesto número 17 de los 20 sectores de actividad en España.En 2024 se presentaron solo 28 casos, frente a los 1.779 del sector servicios, 1.357 en construcción o 152 en el sector metal. En los últimos ocho años, el nivel se ha mantenido bajo a excepción de 2022, cuando los 51 casos a causa de los altos precios de la luz.
Los actuales precios bajos de electricidad con la caída de demanda tanto de autoconsumo como industrial, así como la eliminación de subvenciones públicas, están impactando de forma negativa en la solvencia de las compañías productoras de energía (especialmente fotovoltaica) de perfil pequeño/mediano.Asimismo, las oscilaciones en precios también perjudican a la solvencia de las comercializadoras de pequeño/mediano tamaño, con menor capacidad para mantener precios y captar nuevos clientes, frente a las operadoras tradicionales con mayor flexibilidad, fortaleza e integración.Por la evolución de estos dos subsectores, principalmente, y la tendencia en los últimos meses presentada en el gráfico anterior, estimamos que el nivel de insolvencias del sector energético español para 2025 puede tener un repunte de en torno al 15%. No obstante, y tal y como se aprecia en el siguiente gráfico, seguirá manteniendo un nivel muy bajo en comparación con el resto de los sectores económicos nacionales.