12 Nov
12Nov

Un informe elaborado por Nazario Mansilla, analista de Crédito de Solunion España, sobre el sector de conservas de pescado y de marisco subraya que tras dos años muy complicados, con subidas de precios en materias primas por la inflación y la caída del consumo, se mantiene, durante 2024, como una de las pocas excepciones dentro del sector de la pesca que está incrementando su facturación. El descenso en el consumo de pescado en España es ya una realidad asentada, debido fundamentalmente a los elevados precios y a los cambios en los hábitos de consumo. Ante esta situación, la internacionalización y el aumento del valor añadido de los productos pueden ser soluciones para las compañías del sector.

La producción superó en 2023 los 1.800 millones€, con el 60% de las empresas en Galicia, el 7,23% en el País Vasco, el 6,81%, en Andalucía, el 5,53% en Cataluña, y el 5,11% en Madrid. El atún, en sus distintas modalidades, es el principal producto comercializado, con más del 70% del total en valor, a mucha distancia de otros como los mejillones (7,4%) o las anchoas (5,8%). El empleo directo supera los 25.000 trabajadores.

España es el primer productor de la UE, y el segundo mundial tras Tailandia. Es el mayor exportador de la UE, y se sitúa en el top 5 a nivel mundial de preparaciones y conservas de pescado y marisco, teniendo como principales destinos de las exportaciones Francia, Italia, Portugal, Estados Unidos, Países Bajos y Alemania. Las exportaciones se han comportado mejor que el mercado interno a nivel de consumo, y están recuperando la venta, tanto en toneladas exportadas como en valor.

La marca blanca o del distribuidor representa ya casi el 80% del total del consumo en España, con un fuerte crecimiento en los últimos años. El cambio de hábitos de los consumidores, optando por marcas blancas frente a marcas de fabricante, se ha asentado, y no parece que se vayan a producir cambios en las pautas de consumo en el corto plazo.

Cuenta con una estructura empresarial muy polarizada, donde coexisten grandes multinacionales muy internacionalizadas, con un elevado número de pymes. Las grandes empresas, que suponen el 18% del total, concentran el 75% de la cifra de negocios y el 65% del empleo.

Dentro de la estructura de costes del sector conservero, los más relevantes son los precios del aceite, de la materia prima y del acero. Los precios se han moderado durante el 2024, lo que está permitiendo que las empresas mejoren sus márgenes y rentabilidad. Los menores costes de producción, tanto con la esperada caída del precio del aceite, como del resto de costes, hacen prever que se mejoren ligeramente los márgenes. El precio de las materias primas se está estabilizando, aunque no parece que vaya a bajar a niveles prepandemia, sobre todo en el caso del aceite a corto y medio plazo.

Las empresas en concurso en España del sector pesquero se han duplicado en los últimos años. Por su parte, el sector conservero ha mantenido una evolución mucho más lineal. En este sentido, la previsión es que el subsector conservero siga con la misma tendencia en 2025.

En este contexto, el sector afronta también una serie de desafíos, entre los que destacan:

  • Alta volatilidad de los precios de las materias primas.
  •  Subida de la temperatura del mar, lo que provoca que el tamaño de las especies sea menor.
  •  Problema estructural de escasez de producto.
  •  Cambios en la dinámica reproductiva de algunas especies por las alteraciones meteorológicas.
  •  En el caso de los túnidos, en los próximos años el aumento de la demanda de estos productos reducirá su talla en la captura, comprometiendo su disponibilidad.


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