Estados Unidos no es inmune a una guerra comercial y, si se impusieran las amenazas arancelarias más agresivas de Trump y las demás naciones toman represalias similares, la economía americana se vería mermada en un 1% de su PIB, debido entre otros factores a que el 57% de sus exportaciones tienen como destino Canadá, México, la Unión Europea y China.