Miguel Ángel Valero
El bitcoin ha superado los 120.000$ por primera vez en su historia. Lo hace en medio de un renovado entusiasmo inversor y con un viento político a favor, gracias a la Cryptoweek desatada en el Congreso de EEUU para acelerar la regulación del ecosistema cripto. En medio de graves tensiones geopolíticas y de una guerra comercial que mantiene a la economía mundial en vilo, pendiente de los anuncios cambiantes de Donald Trump, los legisladores estadounidense hicieron hueco en su agenda a la nueva prioridad de la administración de EE UU: los criptoactivos.
El jueves 17 de julio la Cámara de Representantes aprobó, por 308 votos a favor y 122 en contra, la Genius Act, la normativa que regula el mercado de stablecoins, y la primera ley en EEUU que regula el mercado de activos digitales. La norma, que ya obtuvo el visto bueno del Senado, queda pendiente solo de la firma de Trump para su entrada en vigor.
La Genius Act establece un marco regulatorio para las monedas estables que detalla quienes pueden ser los emisores de estos activos, la composición de las reservas que tienen que mantener y la autoridad supervisora de este mercado. Solo los emisores autorizados pueden ofrecer stablecoins en EEUU, aunque con ciertas excepciones. Estas entidades deben estar reguladas por el regulador federal o estatal correspondiente y deben mantener reservas que respalden los activos en una proporción de uno a uno, utilizando depósitos u activos líquidos. También tienen la obligación de publicar sus reservas cada mes.
También se aprobó en la Cryptoweek la Clarity Act, que pasa ahora al Senado para su debate. Se trata de una ley que establece un marco regulatorio integral para todo el mercado de activos digitales, incluyendo criptomonedas, derivados y plataformas de finanzas descentralizadas.
La Cámara también ha aprobado una tercera norma, que pasa ahora al Senado, que pretende prohibir cualquier desarrollo de una moneda digital del banco central, en este caso el dólar digital. Los republicanos argumentan que la creación de una versión electrónica del dólar sería un arma de control por parte del Gobierno y por ello se oponen ferozmente. No obstante, desde el principio la posibilidad de que se aprobara ha estado en duda, ya que se necesitaría tener el voto a favor de algunos demócratas en el Senado para contar con la mayoría necesaria para sacar adelante la normativa. Y los demócratas no están por la labor.
Las tensiones sobre esta norma hicieron que la Criptosemana empezara con problemas en el Congreso de EEUU. El martes 15 de julio, la Cámara rechazó avanzar en el debate de las tres normativas sobre criptomonedas, con 196 votos a favor y 223 en contra. Trece diputados del ala más conservadora del Partido Republicano se rebelaron y se sumaron a los demócratas que optaron por el no. Exigían que las tres normas se presentaran en un único paquete, para obligar al Senado a votarlas de forma conjunta, porque los republicanos temían que debatiéndolas por separado la prohibición del dólar digital sería difícil de lograr, al no tener apoyos suficientes.
Trump tuvo que intervenir para romper el bloqueo. Finalmente, el Congreso decidió incluir la propuesta en un proyecto de ley de gasto de defensa, que tenía que aprobarse, para dar vía libre a la legislación cripto.
De momento, solo la Genius Act se convertirá pronto en ley. La norma, apoyada personalmente por Trump, representa un paso adelante muy esperado por el ecosistema cripto. EEUU es el principal mercado cripto en el mundo, pero hasta ahora no contaba con una normativa que estableciera las reglas del juego para el sector, y el ecosistema se regulaba bajo el concepto de 'regulation by enforcement' (regulación mediante la aplicación), mediante respuestas a presuntas infracciones, sin establecer reglas claras desde el principio.
Trump cumple así una de sus promesas electorales. Durante la campaña electoral que le dio un segundo mandato en la Casa Blanca, se presentó como el protector del ecosistema cripto frente al escepticismo de los mandatarios anteriores y de los reguladores. El apoyo a estas empresas sirvió además para financiar su campaña, ya que las firmas del sector invirtieron cientos de millones de dólares para favorecer la elección de legisladores amigables con el ecosistema cripto.
No obstante, queda en el aire otro proyecto legislativo, la Stable Act, que impone un control federal mucho más estricto sobre las stablecoins, además de una prohibición de dos años sobre las algorítmicas, frente a una Genius Act que ofrece una mayor flexibilidad en la regulación, tanto federal como estatal.
El caso es que la Ley Clarity, la Ley Estatal de Vigilancia Anti-CBDC y la Genius parecen sentar las bases de una regulación clara sobre el ecosistema cripto, lo que atrae a grandes inversores. Solo la semana pasada, los ETF de Bitcoin registraron más de 2.700 millones$ en entradas netas, y el interés abierto en futuros alcanzó los 86.300 millones.
Bitcoin parece haber pasado de ser tan solo un activo especulativo a convertirse en una cobertura ante un potencial deterioro de la macroeconomía, y una reserva de valor estructuralmente escasa. Algunos analistas sugieren, no obstante, que las criptomonedas como activo de riesgo se benefician de los mismos estímulos que la Bolsa, y en ese sentido las noticias provenientes de EEUU les favorece: la aprobación de una nueva expansión fiscal y las expectativas de recortes de tipos en la segunda parte de este año.
"Bitcoin vuelve a estar en el centro del escenario. La confluencia de factores políticos, legislativos y financieros está renovando el interés por el activo digital más relevante del mercado. Si el Congreso avanza hacia una regulación más clara y los flujos hacia ETF continúan con fuerza, podría consolidarse una nueva fase estructural de crecimiento y su papel como activo de refugio digital del siglo XXI", vaticina el analista Pablo Gil en The Trader.