El Banco de Japón acelera la reducción de su balance

Miguel Ángel Valero

El Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés) ha dado la sorpresa. No tanto por haber decidido no mover los tipos de interés oficiales mientras analiza con mayor detenimiento el impacto de los aranceles estadounidenses, como por anunciar que comenzará a vender los fondos cotizados (ETF) y otros activos presentes en su balance, adquiridos en grandes cantidades como parte de la política de ultraflexibilización que desempeñó durante una década.

Estas ventas comenzarán “una vez se completen los preparativos operativos necesarios”, a un ritmo estimado de 330.000 millones de yenes (unos 1.900 millones€ anuales). 

El BoJ también anunció la venta de fideicomisos de inversión inmobiliaria japoneses (J-REIT) en su posesión a un ritmo anual de 5.000 millones de yenes (28,8 millones€).

Esta decisión constituye un paso adicional en la normalización de la política monetaria de la entidad, que en marzo de 2024 se embarcó en un ajuste de sus compras de fondos cotizados y otros activos, si bien no se habían producido ventas hasta la fecha. 

Lombard Odier ve recorrido al alza en las Bolsas japonesas

El último CIO Office Viewpoint, elaborado por John Woods (CIO Asia), Luca Bindelli (Head of Investment Strategy) y Edmund Ng (Senior Equity Strategist) de Lombard Odier tres días antes de conocerse esta decisión del BoJ,, en el que se analiza la evolución de la renta variable japonesa en un contexto de cambios políticos y económicos relevantes.

"Prevemos más recorrido al alza en las Bolsas japonesas, apoyadas en un sólido entorno macroeconómico, reformas corporativas positivas, crecimiento de beneficios y el retorno de los inversores extranjeros. El riesgo principal sigue siendo un posible error de política monetaria", argumenta.

"La rentabilidad de los bonos japoneses ha aumentado con la vuelta de la inflación, el endurecimiento monetario y la inestabilidad política.
Es probable que Japón atraviese una etapa de gobiernos de menor fortaleza política, con dinámicas de coalición complejas y cierta expansión fiscal; aun así, no anticipamos riesgos relevantes en la sostenibilidad de la deuda del país", añade.

"Prevemos que el Banco de Japón mantenga los tipos estables hasta enero de 2026, mientras que la debilidad del dólar podría convertirse en el factor clave de apoyo para el yen", concluye.