Miguel Ángel Valero
Donald Trump ya ha firmado el decreto con el que sube los aranceles a la importación de aluminio y acero del 25% al 50% desde este miércoles, 4 de junio. Y surge la primera sorpresa: Reino Unido queda de momento exento de la subida, en lo que parece un mensaje a los demás socios comerciales de EEUU para que aceleren los acuerdos.Todo, de momento, porque a partir del 9 de julio el secretario de Comercio, Howard Lutnick, podrá revisar esos porcentajes.
El decreto sostiene que los aranceles del 25% “aún no han permitido desarrollar y mantener los índices de utilización de la capacidad productiva necesarios para la salud sostenida de las industrias y para las necesidades previstas de defensa nacional”. Y que “el aumento de los aranceles impuestos anteriormente proporcionará un mayor apoyo a estas industrias y reducirá o eliminará la amenaza para la seguridad nacional que representan las importaciones de artículos de acero y aluminio y sus derivados”.
Sin embargo, los mercados están obviando este incremento ante la baja relevancia de ambos bienes dentro del total de las importaciones (1,8%).
Columbia Threadneedle: la incertidumbre seguirá perjudicando al crecimiento
Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, lo tiene muy claro: "no se ilusionen, los aranceles no van a desaparecer" pese al lío judicial. La Administración Trump ha anunciado que pedirá al Tribunal Supremo una “intervención de emergencia” lo antes posible .La Constitución de EE.UU. (Artículo I, Sección 8) otorga al Congreso la competencia exclusiva para establecer aranceles, pero la Administración Trump se amparó en la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia de 1974 (IEEPA), que permite al presidente imponer aranceles si declara una emergencia nacional. Trump declaró esa emergencia el 2 de abril, alegando que la actual estructura comercial supone una “amenaza inusual y extraordinaria” para la economía y la seguridad nacional de EEUU.
Sin embargo, si el Gobierno no logra justificar el déficit comercial como una emergencia nacional, el proceso de imposición de aranceles podría retrasarse notablemente debido a investigaciones comerciales, informes y la necesaria aprobación del Congreso.
La pregunta inmediata es si esta resolución judicial supone un revés definitivo para los planes del presidente Trump o simplemente un obstáculo. Probablemente se trate de lo segundo. Incluso si los tribunales acaban dictaminando que la IEEPA no es un marco legal válido para imponer aranceles, existen otras vías que la Administración podría utilizar para alcanzar sus objetivos. La Ley de Comercio de 1974 contempla mecanismos para que el presidente imponga aranceles temporales con el finde corregir “déficits graves y persistentes en la balanza de pagos de EE.UU.”. La Sección 122 de esta ley otorga poderes limitados para imponer aranceles de hasta el 15% durante un máximo de 150 días, antes de requerir autorización adicional del Congreso.
Los aranceles de la Sección 232, ya en vigor sobre el acero, el aluminio y los vehículos, siguen siendo una herramienta política válida, como lo demuestra que Trump los sube del 25% al 50%. También se están realizando investigaciones en otros sectores como el farmacéutico y el aeroespacial bajo esta misma sección.
La Ley Arancelaria de 1930 faculta al presidente para imponer aranceles si las empresas estadounidenses sufren “discriminación injusta” por parte de una potencia extranjera. Estos aranceles pueden alcanzar un máximo del 50%.
También se ha sugerido que podrían incluirse dentro del gran paquete fiscal que está tramitándose actualmente en el Congreso, lo que podría convertir el proceso en algo largo y complejo. Todo ello supone un escenario de incertidumbre persistente que continuará afectando a la toma de decisiones empresariales y a la inversión, prolongando así los vientos en contra para el crecimiento económico.
Trump también amenazó con imponer un arancel del 50% a las importaciones procedentes de la Unión Europea, pero la escalada y la posterior desescalada apenas tardaron 72 horas. La amenaza, que habría entrado en vigor el 1 de junio, desapareció en cuestión de días. Todo indica que se trató de una maniobra fruto de la frustración ante la lentitud de las negociaciones con la UE, más que de un compromiso firme de política comercial. Aun así, la advertencia logró centrar la atención de las autoridades europeas para avanzar en la siguiente fase de los diálogos.
La reacción del mercado fue también bastante contenida pese a la magnitud de los aranceles anunciados, lo que refleja quizá el escepticismo con el que se reciben ya este tipo de anuncios. Los mercados bursátiles siguen adoptando una visión optimista ante los aranceles, incluso antes de que surgieran dudas sobre su legalidad.
Ahora nos enfrentamos a una incertidumbre aún mayor respecto al calendario de negociaciones o el alcance de lo que puede acordarse si el proceso judicial socava la mayoría de los aranceles actuales. La visión predominante, a pesar de la inseguridad legal, era que se alcanzarían acuerdos para reducir los aranceles hasta el nivel base del 10% para muchos de los principales socios comerciales de EE.UU. en las próximas semanas, antes de que finalice el plazo de 90 días para negociar a principios de julio. Sin embargo, ese calendario ya no es tan seguro. Los mercados financieros podrían encontrar algo de alivio si finalmente se retrasa la aplicación de aranceles, pero la firme apuesta de la Administración Trump por esta herramienta como instrumento de política comercial sigue intacta, y la incertidumbre persistente seguirá perjudicando al crecimiento económico.
Unesid: cierre del mercado de EEUU
En España, la Unión de Empresas Siderúrgicas, Unesid, muestra su preocupación por la nueva decisión de la Administración estadounidense de duplicar el arancel sobre el acero europeo, elevándolo del 25% al 50%, porque representa un endurecimiento drástico del proteccionismo comercial y una ruptura con los principios de cooperación entre bloques estratégicos.
“Estamos profundamente sorprendidos, y nuestras empresas califican esta decisión como inesperada y alarmante. El aumento del arancel al acero europeo hasta el 50% supone, en la práctica, el cierre del mercado estadounidense para los productos siderúrgicos europeos”, advierte Carola Hermoso, directora general de UNESID.
Hasta ahora, el arancel del 25% permitía, aunque con dificultad, compartir el sobrecoste con los clientes. Sin embargo, el nuevo escenario ha generado ya consecuencias inmediatas, como la cancelación de pedidos en curso y la aplicación del nuevo arancel incluso a mercancías que ya estaban en tránsito. “El impacto económico es enorme. Hablamos de miles de millones de euros en pérdidas para la industria europea”, insiste.
Más allá de Europa, Unesid señala que esta medida también está teniendo efectos negativos en el propio mercado estadounidense: “Ya están subiendo los precios y se están paralizando inversiones. Todo indica que el país está entrando en un proceso inflacionario severo. Esta medida no solo es injusta, es también perjudicial para ambas economías. Necesitamos responsabilidad, visión a largo plazo y cooperación”.
EEUU importa actualmente 27 millones de toneladas de acero al año, lo que representa el 28% de su consumo. La imposición de aranceles tan elevados no solo pone en riesgo las exportaciones españolas, sino que está generando un preocupante efecto colateral como es el desvío de flujos comerciales hacia el mercado europeo, que ya sufre distorsiones internas y una presión insostenible por la entrada de acero desde terceros países, a menudo producido sin cumplir los estándares ambientales ni sociales europeos. Unesid teme que el mercado europeo se inunde de acero no sostenible de terceros países que decidan no venderlo más a EEUU.
España exporta más de 250.000 toneladas de acero al año a EEUU, con un valor de más de 400 millones€ en 2024. El cierre de este mercado supone un golpe directo a empresas que, en muchos casos, dependen de estas operaciones para su viabilidad.
La asociación considera que la pérdida de competitividad del acero europeo es un problema estructural que debe abordarse de forma urgente. En las últimas dos décadas, la cuota de producción siderúrgica de la Unión Europea ha descendido del 21% al 6,5% del total mundial, mientras que el consumo europeo de acero se ha mantenido estable. Esta evolución es el resultado de un grave retroceso competitivo frente a países cuyos productos no cumplen los estándares ambientales, laborales o de seguridad exigidos en Europa.
Para Unesid, si no se actúa de inmediato, Europa corre el riesgo de perder definitivamente una industria estratégica, clave tanto para la economía como para la transición ecológica y la autonomía industrial del continente. La siderurgia europea no puede competir en igualdad de condiciones con productos procedentes de países que no respetan los mismos compromisos en sostenibilidad, seguridad o derechos laborales. Esto no es solo una cuestión económica: afecta directamente a la responsabilidad climática, a la seguridad económica y a la soberanía industrial europea.
En este contexto, solicita a la Unión Europea y al Gobierno de España una respuesta inmediata y contundente. En primer lugar, exige la creación de un nuevo instrumento de defensa comercial eficaz y permanente, que proteja tanto al acero europeo como a los fabricantes de primera transformación frente a prácticas desleales y a la creciente presión derivada de la sobrecapacidad mundial. En paralelo, considera imprescindible que se apruebe un paquete urgente de ayudas directas para las empresas afectadas por el cierre del mercado estadounidense.
También destaca la urgencia de reactivar el diálogo transatlántico. Es fundamental que la UE y EEUU avancen hacia una negociación ágil y efectiva que permita establecer un marco de cooperación frente a los grandes desafíos comunes del sector: la sobrecapacidad global, la presión de terceros países y la necesidad de garantizar cadenas de suministro seguras y sostenibles. Unesid recuerda que Europa es un socio comercial estratégico para Estados Unidos, y que reforzar esta relación es del interés mutuo de ambas economías.
Tensión con China y presión sobre las cadenas de suministros y el empleo
Mientras, las tensiones con China siguen incrementándose, con nuevos mensajes de Trump en redes sociales, señalando que es “muy difícil” alcanzar acuerdos con Xi Jinping. A todo esto, se suman algunas señales de presiones sobre las cadenas de suministros.
Las vacantes siguen elevadas en EEUU, pero surgen señales de fatiga. En abril el número de ofertas de empleo sorprendió al repuntar más de lo esperado y con ello confirmando que el mercado laboral estadounidense sigue dinámico. El número de vacantes sin cubrir se elevó en 191.000 ofertas hasta un total de 7,39 millones de empleos sin cubrir, superando las previsiones. Con ello, la ratio de vacantes sobre desempleados cerró abril en 1,03x, manteniéndose así una elevada oferta de empleo sin cubrir. Ahora bien, en los datos comenzaron a verse algunas señales de “cansancio”: a nivel sectorial, las vacantes descendieron en sectores más cíclicos y relacionados con el consumo (las vacantes se redujeron en el segmento de restauración y hostelería), a lo que se unió, que el ratio de abandono se frenó una décima hasta el 2%, señalando que los trabajadores ya no perciben tantas facilidades a la hora de cambiar de puesto de trabajo.
Las presiones inflacionistas se están forjando, aunque los datos más recientes no las reflejan plenamente, en parte gracias al descenso en los precios de la energía. Todo esto "nos hace ser cautos con la deuda soberana estadounidense a largo plazo pues, además del incremento en el déficit público estadounidense, podría verse afectada por sorpresas inflacionistas en los meses de verano", avisan los analistas de Banca March.
Musk critica la reforma fiscal que Trump urge aprobar en el Senado
Mientras Trump presiona a los senadores demócratas para que aprueben su reforma fiscal, "una gran y hermosa ley”, su supuesto asesor Elon Musk, el hombre más rico del mundo, la tacha de “abominación repugnante”.“Lo siento, pero ya no aguanto más. Este proyecto de ley del Congreso, enorme, escandaloso y repleto de gastos superfluos, es una abominación repugnante. Qué vergüenza para quienes lo han votado: saben que han hecho mal. Lo saben”, escribe en X, la antigua Twitter, ahora de su propiedad.
“Francamente, me ha decepcionado ver el enorme gasto público, que aumenta el déficit presupuestario, en lugar de reducirlo, y socava el trabajo que está realizando el equipo del DOGE", el Departamento de Eficacia Gubernamental impulsado por Musk hasta su abandono.
La relación Trump-Musk ya no es la de la campaña electoral ni la de los primeros pasos en el segundo mandato como presidente de EEUU. Trump anunció que retiraba la nominación para dirigir la NASA de Jared Isaacman, amigo, cliente y aliado de Musk, al que el éste había recomendado al presidente de EEUU.
La reforma fiscal de Trumpprorroga las rebajas fiscales de su primer mandato (generalizadas, pero que favorecieron sobre todo a los más ricos y las empresas) e incluye parte de las que prometió en campaña (exenciones de impuestos a las propinas y las horas extraordinarias, entre otras). A cambio, recorta ayudas alimentarias, becas y prestaciones sanitarias.
Las disposiciones de la norma favorecen a los más ricos y perjudican a los más desfavorecidos, pero su efecto neto es aumentar significativamente el déficit y la deuda. La Oficina Presupuestaria del Congreso estimó un aumento del déficit de 3,8 billones$ en 10 años; el Comité para un Presupuesto Federal Responsable habla de 3,1 billones, incluyendo los intereses; el Modelo Presupuestario Penn Wharton, de 2,8 billones. El Budget Lab de Yale calcula que si las disposiciones temporales se hacen permanentes, el costo durante el período 2025-2034 sería de 5 billones y durante el período 2025-2055, de 23,7 billones . Esto puede llevar la deuda sobre PIB al 200% en 2055, un nivel que solo superan Sudán y Japón.
El proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Representantes por un solo voto de diferencia, y ahora se tramita en el Senado, donde varios senadores republicanos han mostrado su preocupación por el incremento del déficit y la deuda. Trump insta a apoyarla a través de su red social, Truth.