Cuate, cuate, aquí hay tomate. Mezclando un viejo dicho castizo con un vocablo mexicano y unos divertidos dibujos animados, la veterana empresa conservera Orlando logró en 1982 que niños y mayores se enamorasen de su tomate frito.
43 años después, El Ancla del Lago de la madrileña Casa de Campo (Paseo María Teresa, 2, 91.354.36.07, info@restauranteelancladellago.com, reservas) reivindica el tomate que sabe de verdad a tomate.
Porque estamos hartos de verlos en fruterías y supermercados durante todo el año, pero el tomate es una hortaliza estacional. Y veraniega. Solo se necesita calor, sol y agua para que afloren tomates de calidad. De las más de 1.500 variedades existentes en España, la mayoría son propias de la época estival.
Por ser la fruta del verano, el restaurante de la Casa Campo ofrece una degustación gratuita de su famosa ensalada de tomate de verano todos los fines de semana de Agosto de 11:00 a 12:00h.
Luis Almansa y Adelino Gil, dueños del restaurante que sigue revolucionando la gastronomía de la Casa de Campo, quieren ayudar a sus clientes a combatir el sol y el calor con una degustación de un tomate que sabe como tal. Algo no tan fácil, porque la mayoría de los que se venden son de calidad mediocre o incluso mala, bastos, de piel dura y corazón leñoso, y carecen por completo del más mínimo interés gastronómico, aunque sean perfectos en la forma y el color.