11 Sep
11Sep

Miguel Ángel Valero

"Este estudio debe hacer reflexionar tanto a las empresas como a los empleados", afirma Eduardo Pitto, director Comercial de Cigna Healthcare España, en la presentación del informe Hábitos alimentarios en el entorno laboral. Porque el entorno laboral influye de manera decisiva en los hábitos alimentarios y en el bienestar de los equipos. El estrés, la presión, la falta de tiempo o una organización deficiente pueden condicionar no solo qué y cómo se come, sino también la energía, la motivación y el rendimiento en el trabajo. 

El estudio pone de manifiesto que "una  nutrición adecuada no solo impacta positivamente en la salud física, sino que también mejora el estado de ánimo, favorece el descanso, y contribuye a crear espacios de trabajo donde las personas puedan sentirse mejor".

"Cuidar lo que comemos es también cuidar cómo trabajamos, cómo vivimos, y cómo construimos el futuro de nuestras organizaciones"m subraya la doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Manager de Cigna. 

El 84,2% de los participantes en el estudio trabaja por cuenta ajena (37,8% en grandes organizaciones, 18,8% en pequeñas), un 9,1% en teletrabajo total, y el 24,3% en el modo híbrido (presencial más remoto), por lo que sus hábitos de alimentación están "profundamente condicionados" por las empresas.

Un 34,2% de los empleados reconoce explícitamente que una dieta adecuada mejora su concentración y productividad. El 51,2% considera que sus hábitos de alimentación en el trabajo son buenos. Pero el 42,6% reconoce que pueden mejorarlos. El 52,4% no hace una alimentación equilibrada por falta de tiempo, porcentaje que se dispara al 63,9% entre los jóvenes (menores de 34 años) y se sitúa en el 55,6% entre las mujeres. 

El 55% sigue la dieta mediterránea, y la tasa sube al 61,4% entre los mayores de 55 años, y baja entre los jóvenes (menores de 34 años). El 83,2% consume una dieta variada, pero se observa una tendencia creciente de las específicas: el 3% son vegetarianos, el 1,9% recurre a alimentos sin gluten, y el 1,8%, vegano. En el 25,6%, más de la mitad de la dieta son alimentos frescos y naturales; y para el 50,5%, entre el 25% y el 50%.

El 49,1% organiza sus comidas con anticipación, especialmente las mujeres (53,1%) y los jóvenes (51,5%). El 42,2% lleva la comida preparada desde casa, la opción que menos gusta a los hombres ni a los mayores de 55 años.

Impacto del teletrabajo

El estudio de Cigna destaca que en España hay 3,1 millones de 'teletrabajadores'. El 59,8% asegura que esta modalidad ha mejorado su capacidad para mantener una alimentación saludable, 70,7% para los trabajadoreds de 35 a 44 años, 60,7% en los hombres. El teletrabajo ha incrementado la ingesta de frutas y verduras en el 61% (62,5% en los jóvenes y 64,6% en los que tienen de 35 a 44 años).

Pero un 46,1% de los trabajadores mayores de 55 años y el 39,3% de los hombres no ha notado ningún aumento en el consumo de alimentos frescos y naturales. Y el 46,5% de los empleados reconoce que con el teletrabajo se ha disparado el picoteo entre horas, tasa que llega al 62% entre los jóvenes.

El teletrabajo fomenta el sedentarismo, que favorece la obesidad; "puede generar una falta de estructura en las rutinas diarias, lo que facilita el consumo de alimentos entre horas o incluso el recurso a snacks poco saludables como forma de lidiar con el estrés o el aburrimiento".

La dificultad para separar el espacio laboral del doméstico "lleva a comer de forma desorganizada o sin atender a las necesidades nutricionales", subraya Daniela Silva.

En el teletrabajo, sólo el 35,7% de los empleados planifica las comidas; el 25,3% improvisa.

El factor del estrés

El 47,5% de los empleados asegura que sus hábitos de alimentación no afectan a su nivel de concentración y a su productividad, frente al 34,2% que reconoce que influyen. El 44,8% de los jóvenes cree que una alimentación adecuada mejora su rendimiento laboral. Pero el 67% de los mayores de 55 años afirma que no afecta a su concentración.

El 64,1% de los trabajadores admite que la alimentación tiene un efecto directo en la calidad de su descanso. El 44,1% asegura que la dieta equilibrada mejora su sueño. El 20% percibe un impacto negativo cuando la alimentación es deficiente, que suba al 25,5% entre los jóvenes.

El 41,9% insiste en que la alimentación saludable contribuye a reducir el nivel de estrés. Pero el 31,9% (40,6% entre los mayores de 55 años, 34,8% entre los hombres) no percibe diferencia alguna. El 40% come más en situaciones de estrés y de ansiedad. Y el 67% (19,7%, mujeres; 27,6%, jóvenes)mreconoce recurrir a la alimentación emocional (comer por ansiedad o estrés) durante la jornada laboral.

El 42,7% cree que una dita saludable ayuda a gestionar la presión laboral, tasa que suba al 46% entre los jóvenes, mientras que el 24.4% de los hombres ignoran esa relación.

Un dato llama la atención: a medida que aumenta el nivel de responsabilidad laboral, más se incrementa la dificultad para realizar pausas regulares para comer. Una situación reconocida por el 61% de los directivos. El 68,9% admite que se salta comidas de forma frecuente por la carga de trabajo o por las reuniones.

En cambio, un 68,8% de los autónomos asegura que no les resulta difícil encontrar tiempo para hacer pausas destinadas a la comida.

Qué hacen las empresas

Para promocionar hábitos saludables entre sus empleados, las empresas recurren a la provisión de agua potable (62,7% de trabajadores beneficiados), pausas adecuadas para el almuerzo (59,7%), flexibilidad horaria para comer (56,15), o comedor (53,8%). Solo el 29,6% tiene acceso a snacks saludables (fruta fresca, frutos secos), el 28,4% a alimentos frescos y naturales, y el 24,4% a opciones de comida saludables en el trabajo.

Los trabajadores demandan horarios flexibles para comer (78,3%), pausa adecuada para el almuerzo (77,7%), agua potable (74,7%), frente a talleres o charlas sobre nutrición (rechazados por el 63,9%), el acceso a nutricionistas (61,7%) o snacks saludables (51,8%).

En el debate “Alimenta lo que importa” entre Daniela Silva, Beatriz Robles (@beatrizcalidad), nutricionista, tecnóloga de alimentos y docente, y Lorena Rodríguez, cofundadora y COO de Greta Salad Bar, se insiste en que la dieta de los empleados es un factor decisivo para su bienestar físico y emocional, así como una palanca estratégica que repercute en la eficiencia de la organización. Por ello, se reclama a la empresa coherencia y continuidad en la promoción de hábitos de alimentación saludables entre sus empleados. 

El teletrabajo retrocede ante el modelo híbrido

Por otra parte, el teletrabajo celebra su Día Internacional el 16 de septiembre, convertida en una modalidad laboral que resiste, pero que también muestra síntomas de retroceso en los últimos años. En el caso de España, los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (INE, cierre de 2024), muestran que un 7,8% de la población ocupada trabajó desde su domicilio más de la mitad de los días (cerca de 1,7 millones de trabajadores), y otro 7,6% teletrabajó de manera ocasional (1,6 millones), lo que implica que, en conjunto, 3,3 millones realizan su actividad profesional en remoto, es decir, algo más del 15% de las personas ocupadas.

Estos porcentajes suponen un repunte frente a 2023 (7,1% en modalidad habitual y 7% en ocasional), pero se mantienen por debajo del máximo alcanzado durante la pandemia, en 2020, cuando el 10,8% de los ocupados trabajaban habitualmente desde casa. Y a nivel europeo, de acuerdo con Eurostat (2024), en la UE-27 teletrabaja de forma habitual el 9% de la población ocupada, un punto por encima de la media española.

En este contexto,  InfoJobs presenta su V Radiografía del Teletrabajo en España, que revela que uno de cada cuatro trabajadores ocupados (25%) teletrabaja (19% en formato híbrido, 6% solo en remoto) en la actualidad, frente al 75% que mantiene un esquema 100% presencial. Solo un 21% lo ejerce todos los días, mientras que el resto combina días en remoto y otross presenciales, lo que refuerza el papel del modelo híbrido como fórmula dominante en España.

Desde el punto de vista de las empresas, el 46% ofrece alguna modalidad de trabajo en remoto, un punto más que en 2024. Esta cifra supone el primer repunte, aunque leve, tras la caída iniciada en 2021, cuando tres de cada cuatro compañías permitían teletrabajar. 

El teletrabajo 100% remoto sigue reduciéndose y pasa del 12% al 11% de las empresas que lo ofrecen, mientras que el modelo híbrido crece del 33% al 35%.

El debate sobre el teletrabajo ya no pasa por un “sí o no” rotundo, sino por la capacidad de adaptarlo a las necesidades cambiantes de empresas y trabajadores. Tras un ciclo de auge, retroceso y posterior estabilización, los datos de enero a agosto de 2025 apuntan a un modelo que ha alcanzado cierta madurez: el teletrabajo mantiene una presencia limitada pero estable en el mercado laboral español.

Más que un modelo fijo, el teletrabajo se configura como una fórmula dinámica y en constante revisión, cuyo futuro pasa por encontrar un punto de equilibrio: garantizar flexibilidad y conciliación para los profesionales, al tiempo que se preservan la productividad, la cohesión y la capacidad de atracción de talento de las empresas. En este sentido, el teletrabajo se consolida como un elemento estratégico dentro de la organización del trabajo, sujeto a ajustes continuos más que a decisiones definitivas.

Además, el estudio de Infojobs pone de relieve la tensión entre las preferencias de los trabajadores y las decisiones de las empresas. Para quienes ya teletrabajan, esta modalidad es un aspecto crítico de su relación laboral: el 43 % asegura que cambiaría de empleo si su compañía eliminara el trabajo en remoto, aunque el resto de las condiciones fueran similares. Entre el 57% que no optaría por cambiar de trabajo, la mayoría reconoce que su motivación se vería afectada: un 27 % intentaría negociar una mejora salarial, un 17% continuaría pero con menor compromiso, y solo un 13 % afirma que mantendría el mismo nivel de implicación.

El 79% de las empresas declara que mantendrá sus condiciones actuales de teletrabajo en los próximos seis meses, frente a un 12% que todavía no lo ha decidido. Apenas un 6% contempla ampliar la posibilidad de teletrabajar, mientras que las que prevén reducir o eliminar esta modalidad se sitúan en el 3%. En contraste, un 12% de los trabajadores afirma que su empresa redujo o eliminó el teletrabajo en el último año, lo que refleja una brecha entre la percepción de los empleados y los planes que declaran las organizaciones.

En la gestión de equipos también hay disparidad: un 42% de las empresas considera que el teletrabajo complica la coordinación, frente a un 31% que cree que la facilita y un 27% que no aprecia impacto. La experiencia influye: las compañías con modelos híbridos o remotos lo valoran de forma más positiva, mientras que las totalmente presenciales concentran las percepciones más negativas.

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