19 May
19May

A lo largo de 2025, España espera superar el nivel de gasto en Defensa recomendado por el Consejo de la Unión Europea para alcanzar el 2% del PIB, ya que el Gobierno estima un incremento del gasto computable del 4,1%, ligeramente superior al objetivo anual del 3,7% marcado por Bruselas. Con el gasto público en la Unión Europea de fondo, Natixis CIB ha elaborado el informe ‘Francia, segundo mayor gasto público de la eurozona: ¿de dónde vienen las diferencias con los demás?’, en el que se indica que España se sitúa por debajo de la media de los grandes países de la zona euro en gasto público. 

De hecho, en 2024, este indicador representó el 45,4% del PIB, muy por debajo de Francia (57,1%), Italia (50,6%) y Alemania (49,5%). La diferencia en gasto público en Seguridad Social entre Francia (principal país analizado en el informe) y España es de 4,9 puntos del PIB, mientras que en pensiones es de 2,9 puntos.

En 2024, Francia  se erigió como el segundo estado de la Eurozona en gasto público (57,1% del PIB), solo superado por Finlandia, y sigue muy por encima de la media europea y de países como Italia, Alemania y España. Esta situación se explica principalmente por su gasto en pensiones y sanidad. Así, “el gasto sanitario en Francia incluye una gran proporción de atención personal y servicios hospitalarios, mientras que en Alemania una parte importante de estos cuidados está cubierta por compañías de seguros privados”, sostiene el documento.

La Comisión Europea sube del 2,3% al 2,6% el crecimiento de España en 2025

En 2025 la Eurozona crecerá el 0,9%, y no el 1,3% previsto hace seis meses por la Comisión Europea. “La rebaja se debe en gran parte a la subida de aranceles y a la incertidumbre sobre los precios que ha provocado el cambio brusco de la política estadounidense y la incertidumbre sobre cómo acabará”, explica el informe de previsiones de la Comisión. En cambio, mejora la expectativa de España: del 2,3% al 2,6% gracias a la demanda doméstica, el fuerte comportamiento del mercado laboral y al fortalecimiento de la inversión, "también gracias a la implementación del plan de recuperación”.

Por tanto, si se cumplen estos pronósticos, España volverá a ser la economía que más crezca en la UE. Esto ayudará a que el paro baje del 10% por vez primera desde 2008.

La Comisión Europea argumenta que España no está muy expuesta al comercio exterior con EEUU, aunque notará la guerra de los aranceles por la vía de menores inversiones debido a la incertidumbre y por el impacto en Alemania o Francia, sus principales socios comerciales en Europa.

El comisario de Economía y Finanzas, Valdis Dombrobskis, tiene muy claro "que todo el mundo perderá con la imposición" de los aranceles de Trump. Por encima de todos, EEUU: “El crecimiento acumulado a lo largo de 2025 y 2026 en EEUU será un punto porcentual más bajo que si no hubiera un aumento de aranceles; la UE experimentaría un golpe más suave, en torno a dos décimas”.

La Comisión es más optimista con la inflación por la reducción de los precios energéticos: “Se espera que el proceso desinflacionista en curso, iniciado a finales de 2022, avance de forma sostenida. Tras reducirse hasta el 2,4% en 2024, se prevé que la inflación de la zona del euro medida por el IPC alcance el objetivo del BCE del 2% ya en 2025, y que siga disminuyendo en 2026″. Tanto en 2005 como en 2026 el IPC energético se situará en terreno negativo. “Además de la energía, la desinflación está también provocada por la mayor competencia en precios de los productos no energéticos, algo vinculado a los cambios en las dinámicas comerciales, y a la apreciación del euro, lo que abarata las importaciones", añade.

El gran temor de la Comisión es que países como China desvíen hacia Europa exportaciones que antes de la guerra de los aranceles iban destinadas al mercado estadounidense, ya que perjudicará a las empresas europeas y también al empleo.

EY y Esade: el PIB subirá el 2,3%

Por su parte, EY Insights y EsadeEcpol vaticinan en una nueva edición de RealTime Macro, que el crecimiento del PIB se situaría en el segundo trimestre de 2025 en la horquilla 0,5-0,6% trimestral. Este avance supondría una ligera desaceleración frente al crecimiento registrado en los siete trimestres previos. En tasa interanual, la economía española se expandiría un 2,6% en el segundo trimestre, moderándose en comparación con los trimestres precedentes. 

El avance del 0,5-0,6% estimado supondría la continuación de la tendencia positiva de crecimiento de la economía española por 19º trimestre consecutivo, pero los factores de crecimiento, los riesgos emergentes y el entorno macro financiero señalarían que el ritmo de crecimiento seguiría suavizándose, alejándose del dinamismo y la resistencia exhibidas por la economía española en los últimos años. En este sentido, el RealTimeTracker apuntaría a crecimientos más moderados en el tercer trimestre de 2025 en el entorno del 0,2% trimestral, tasa sujeta a una elevada incertidumbre por una información todavía escasa e incompleta.

El avance trimestral del 0,5-0,6% que pronostica actualmente el RealTimeTracker para el segundo trimestre ha mostrado una leve moderación desde la primera lectura a principios de abril, que era algo superior al 0,6%. Esta leve moderación se debe a distintos componentes que nutren el modelo, pero, no obstante, existen algunos componentes que han tenido un impacto positivo, ejerciendo de sostén a la proyección trimestral:

  • Por el lado de la demanda, influyó negativamente la evolución del consumo, según el índice de consumo minorista correspondiente a marzo, así como los indicadores de inversión de febrero (bienes de equipo y construcción).
  • Por el lado de la oferta, influyó el comportamiento de las ramas industriales, según el índice de producción industrial (IPI) correspondiente a febrero (la estimación no incorpora aún el dato de marzo), así como el de casi todas las ramas de servicios según los índices de cifras de negocio correspondientes a febrero, que, salvo las de comercio y transporte y almacenamiento.
  • La evolución del mercado de trabajo, que exhibió un buen registro de las afiliaciones en abril y ha permitido más que compensar el impacto negativo en marzo.
  • La resistencia de los indicadores de confianza de alta frecuencia (índice de gestores de compras de manufacturas y de servicios, así como el indicador de la OCDE.

La previsión de crecimiento para 2025 se situaría actualmente en el 2,3%, con una aportación posiblemente total de la demanda doméstica. Ello se debe a que el dinámico crecimiento de la economía registrado en 2024 (+3,1%, reestimado a la baja por el INE a finales de abril) ha generado un efecto arrastre del crecimiento del 1,1% en 2025, lo que, en combinación con el dato del primer trimestre de 2025 (0,6% trimestral) y la estimación del RealTimeTracker (0,5-0,6% en el segundo trimestre y 0,2% en el tercer trimestre), garantizarían un crecimiento anual del 2,2% en 2025, aunque el crecimiento del cuarto trimestre fuese nulo.

Sin embargo, el entorno exterior podría hacer mella en esta previsión, ya que la economía global ha entrado en una nueva era en la que se está reseteando el sistema y las reglas que han operado en los últimos 80 años. El impacto significativo en el crecimiento económico global se debería a la elevada incertidumbre circundante y a distintos factores, entre los que destacan los siguientes:

  • La incertidumbre en política comercial y la reducción del margen de maniobra para afrontar futuros shocks.
  • El repricing adicional que puede haber en los mercados financieros, incluyendo tensionamiento de las condiciones financieras y volatilidad cambiaria y en instrumentos de renta variable, renta fija o materias primas.
  • Cuestiones más estructurales como cambios demográficos y la reducción de la mano de obra, que pueden lastrar el crecimiento potencial y afectar a la sostenibilidad fiscal.
  • Riesgos relacionados con un aumento del descontento social.
  • El impacto que puede haber en los países emergentes por el mayor coste de financiación exterior y la reducción de la ayuda al desarrollo.

Pese a ello, se espera que la situación siga siendo favorable para la economía española este año, que se suma a la inercia acumulada en los anteriores. Con un avance del 2,3% en 2025, el PIB  español se expandiría un 8,7% acumulado frente al pico previo a la pandemia global (cuarto trimestre de 2019), superando ampliamente a las principales economías europeas.

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