14 Apr
14Apr

La digitalización ha constituido, durante los últimos años, una de las claves de las agendas estratégicas de las empresas españolas, impulsada por múltiples beneficios como la optimización de procesos, la mejora en la estructura de costes y una mayor capacidad para satisfacer las expectativas de los clientes. Estos avances no solo favorecen la productividad, sino que también potencian la competitividad de las empresas en sus respectivos mercados. Sin embargo, a medida que éstas adoptan la digitalización, también se enfrentan a nuevos retos, entre ellos, la ciberseguridad.

A pesar de la importancia que la ciberseguridad tiene para cualquier organización, las pymes se encuentran en una situación compleja. De acuerdo con los datos del informe de InfoJobs sobre Ciberseguridad, 2 de cada 3 empresas no han impartido formación o información en el último año sobre ciberseguridad. Este déficit formativo es especialmente significativo en las microempresas, donde solo el 22% ha implementado iniciativas formativas. Las pymes, a menudo con recursos limitados, tienen menos capacidad para invertir en medidas preventivas de seguridad digital, lo que las hace más vulnerables a los ciberataques.

La menor preocupación por la ciberseguridad se concentra en las microempresas (51%), que también son las que menos mencionan haber sufrido ciberataques en el último año (el 51%). Esto se traduce en una menor implementación de medidas preventivas y una baja proporción de formación e información (solo el 20% cuentan con ello). 

Para las microempresas y empresas pequeñas, la amenaza de virus y los troyanos bancarios o robos adquieren una importancia alta (63% y 64%, respectivamente), mientras que, en las empresas de mayor tamaño, esta preocupación disminuye significativamente, con una diferencia de casi 10 puntos.

El 48% de las pymes contratará durante los próximos seis meses

Las 2,9 millones de pymes (menos de 50 millones€ en facturación y/o 250 empleados) representan aproximadamente el 99,8% del total de las empresas en España, y generan más del 60% del empleo. El 65% de las vacantes publicadas en la plataforma de empleo de Infojobs proceden de compañías de más de 50 empleados, mientras que el 35% restante tiene como origen empresas de hasta 50 trabajadores. Esta distribución es prácticamente idéntica a la registrada en 2023 (64% y 36%, respectivamente), pero en el caso de las compañías con más de 50 empleados, el descenso en el número de vacantes ha sido mínimo –apenas un 1%, lo que supone 22.286 vacantes menos en términos absolutos–. En cambio, las empresas más pequeñas han acusado un mayor retroceso: un 5% menos de vacantes respecto al año anterior.

A pesar de este ligero retroceso en la oferta de vacantes, las previsiones de contratación apuntan a un ligero optimismo en el corto y medio plazo. Según los datos de la plataforma en su última consulta sobre Perspectivas de contratación, las pequeñas empresas lideran las previsiones de contratación a corto plazo: un 48% de ellas prevé aumentar su plantilla en los próximos seis meses. Por su parte, las medianas empresas lo harán de forma más gradual, situando sus expectativas de crecimiento en el medio plazo, con un 52% que contratarán en el próximo año. Las microempresas prevén en mayor medida que la contratación se mantenga estable independientemente del horizonte temporal.

Si se comparan estos datos con las cifras generales, el 41% de las compañías afirma que incrementará su contratación en los próximos seis meses, y un 44% la aumentará en el plazo de un año. Esto implica que, aproximadamente, 2 de cada 5 organizaciones creen que mejorarán sus cifras de contratación a corto y medio plazo. 

Pese a ello, la opción mayoritaria continúa siendo la de mantener el nivel actual de contratación, especialmente en el horizonte de seis meses, donde el 53% de las compañías declara no prever cambios.

En relación con la consulta sobre la valoración del empleo a nivel nacional, se observan diferencias significativas principalmente entre las micros y las medianas empresas. Las primeras muestran mayor pesimismo, independientemente del horizonte temporal, y prevén en mayor medida un empeoramiento de la situación del empleo a nivel nacional, que en el largo plazo (2 años) llega al 41% de las menciones. Por su lado, las empresas medianas, con una perspectiva menos pesimista, especialmente a corto plazo, prevén una mejora en la situación del empleo en un año (24%)

El reto de la reducción de la jornada laboral

La implantación de la jornada laboral máxima de 37,5 horas semanales afectará al 75% de los trabajadores españoles e implicaría una disminución del tiempo de trabajo del 2,8%, lo que genera incertidumbre entre los pequeños y medianos empresarios, que temen no poder absorber el impacto organizativo y económico de la medida sin un acompañamiento adecuado. La pérdida de horas productivas puede suponer un freno adicional al crecimiento y la competitividad del tejido empresarial más vulnerable.

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