10 May
10May

Miguel Ángel Valero

No hace falta ser un experto para entender lo que quiere transmitir Manuel Álvarez en su libro 'Pensiones: La Promesa Rota. Propuestas y soluciones para un sistema al borde del colapso. Claves para asegurar nuestra jubilación y la de las próximas generaciones" (LID Editorial, 175 páginas). El consultor, gestor de fondos de pensiones, responsable de Vida y Pensiones en Caser (grupo Helvetia), secretario general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), miembro de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), asesor del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (ahora gobernador del Banco de España) y ahora "felizmente jubilado", sabe perfectamente de lo que escribe.

Al margen de las cuestiones técnicas, muy bien explicadas en la obra, Manuel Álvarez atina en el diagnóstico sobre las pensiones: "Uno de los problemas más serios de nuestro país radica no tanto en la identificación de las reformas necesarias como en la falta de voluntad para llevarlas a cabo" (página 12). Dos páginas después insiste en "la postergación de decisiones en espera de que los problemas se resuelvan por sí solos". Y en la página 15 cota a Abraham Lincoln, que siempre es un  argumento de autoridad: "No puedes escapar de la responsabilidad del mañana evitándola hoy".

Llama la atención que el autor destaque que la Seguridad Social "es un gran instrumento para aportar riqueza a muchos ciudadanos", que deberían ser conscientes "de que lo que ofrece admite pocas quejas. Ningún banco va a ofrecer semejantes rentabilidades a un ciudadano medio, ni de lejos". En las páginas 124 y 125 analiza esa "magnífica rentabilidad de la Seguridad Social", según la cual por cada euro que un trabajador aporta al sistema se le devuelven 1,28€. O una tasa interna de rentabilidad del 3,79%. 

En la página 24, se suceden citas que ayudan a entender el problema. La primera, de John  Maynard Keynes, "a largo plazo, todos estaremos muertos", que invita a abordar los problemas actuales. La segunda, del economista y exvicepresidente de la Reserva Federal de EEUU, Alan S. Blinder: "las argumentaciones que esgrimimos los economistas son para los políticos como las farolas para los borrachos: buscan en ellas apoyo, no iluminación".

La tercera es la que se conoce como 'maldición de Juncker'. El exprimer ministro de Luxemburgo y presidente de la Comisión Europea desde el 1 de noviembre de 2014 hasta el 30 de noviembre de 2019, Jean-Claude Juncker, aseguraba que "sabemos lo que hay que hacer, pero no sabemos cómo ser reelegidos después de hacerlo".

Porque, mientras la ratio de deuda pública respecto al PIB está en el 109%, los compromisos implícitos por pensiones son 5 veces éste.

Claro que, como dice Peter Drucker, "la mejor manera de predecir tu futuro es crearlo". Y Robert Kennedy nos recuerda que "el futuro no es un regalo: es un logro. Cada generación ayuda a hacer su propio futuro. Éste es el reto esencial del presente". El problema, como señala Konrad Adenauer, es que "todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte".

El autor no solo aporta citas y elementos técnicos. También propone soluciones, como que los fondos de pensiones, junto al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, sean "pilares esenciales para impulsar la inversión en investigación, educación, innovación tecnológica, transformación ecológica, e inversión de impacto social" (página 164). Porque para que España pueda competir, es crucial "aumentar las inversiones en capital riesgo que impulsen el emprendimiento tecnológico, lo que fortalecerá el crecimiento económico y la base fiscal necesaria para financiar el Estado del bienestar" (página 166).

Obviamente, un libro sobre pensiones como éste solo podía terminar con otra cita: "El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños", de Eleanor Rooselvet. 

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