05 Sep
05Sep

La variación anual del Índice de Precios de Vivienda (IPV), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el segundo trimestre de 2025 aumentó 0,5 puntos y se situó en el 12,7%. Por tipo de vivienda, la tasa anual de la vivienda nueva disminuyó 0,1 puntos, hasta el 12,1%. Por su parte, la variación de la vivienda de segunda mano se situó en el 12,8%, con un incremento de 0,5 puntos respecto a la registrada el trimestre anterior.

La variación trimestral del IPV general en el segundo trimestre fue del 4%. Por tipo de vivienda, los precios de la vivienda nueva aumentaron un 2,6% en el segundo trimestre de 2025 respecto al primero. Por su parte, los de la vivienda de segunda mano subieron un 4,2%. 

Los precios de la vivienda presentaron tasas anuales positivas en todas las comunidades y ciudades autónomas en el segundo trimestre. Las mayores subidas de precios se produjeron en Región de Murcia (14,6%), La Rioja (13,7%) y Aragón (13,7%). Y las menores, Cantabria (10,8%) y Castilla-La Mancha (11,3%).

La frialdad de las estadísticas no logra ocultar la evidencia de que el precio de la vivienda de segunda mano en España ya supera el de 2027, cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Si el valor de un inmueble en 2015 es base 100, como hace el INE con el IPV, en el tercer trimestre de 2007 era 169,2. En junio de 2025 ya es 173,9. Y el pronóstico es que la vivienda usada continúe encareciéndose: 10% en 2025, 6,3% en 2026.

El indicador general de precios de vivienda en España, incluyendo la nueva y la de segunda mano, ya superó el récord de 2007 al inicio de 2024. Ahora está en 178,1 puntos frente a 2015. Esto implica que comprar una casa ahora es un 78% más caro que hace una década.

En el caso de la vivienda nueva, batió los precios de 2007 en otoño de 2020, y ahora se coloca en los 206 puntos. Pero su peso en el mercado total es inferior.

La vivienda usada elevó sus precios un 12,8% entre abril y junio, la tasa más elevada en 18 años. Y acumula incrementos trimestrales ininterrumpidos desde 2023. El precio de la vivienda nueva, por su parte, avanzó un 12,1%, aunque en este caso se empieza a observar una cierta desaceleración, ya que acumula tres trimestres seguidos con tasas de crecimiento cada vez más bajas. El índice general creció un 12,7% frente al segundo trimestre de 2024, el mayor avance desde 2007. Ya suma 45 trimestres consecutivos de aumentos interanuales, que suponen más de 11 años ininterrumpidos de encarecimiento de los precios.

La vivienda se encarece porque la demanda no para de crecer, frente a una oferta muy limitada: según un informe de CaixaBank Research, explica el 40% del espectacular alza de los precios; cada año salen al mercado unas 100.000 nuevas cundo se necesitarían 240.000, y porque los tipos de interés (el precio oficial del dinero) hacen más atractiva la financiación hipotecaria. Además, los extranjeros ya suponen el 18% de las compraventas, 130.00 operaciones al año, lo que contribuye a tensionar todavía más los precios, sobre todo en zonas turísticas y prime (las más caras).

Pero, aunque los precios ya estén muy por encima de los existentes en la burbuja inmobiliaria, y haya una sobrevaloración de entre el 5% y el 10%, la situación es muy diferente a la de 2007: no existe un exceso de construcción, ni un endeudamiento generalizado entre las constructoras y promotoras, y las condiciones hipotecarias son mucho más prudentes que entonces, ya no hay hipotecas con LTV (financiación sobre el valor de tasación) cercano al 100%.

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