Ricardo Gil, deputy CIO de TREA, destaca en el informe de mercados de julio tres "shocks clave": aumento de aranceles, tensiones geopolíticas y nuevos estímulos fiscales. A pesar de estos desafíos, las economías y los mercados se han mostrado especialmente fuertes, "esperamos una aceleración del crecimiento global a partir del otoño de 2025, impulsada por políticas fiscales expansivas, precios bajos del petróleo, y una mejora en el crédito privado, especialmente en EEUU y la Eurozona".
La mejor estrategia de inversión ha sido aprovechar correcciones de mercado para comprar, con preferencia por renta variable emergente y crédito corporativo acorto plazo. "Mantenemos cautela en bonos soberanos de larga duración debido al aumento de emisiones y presiones inflacionarias".
Las políticas económicas buscan reestructurar las economías reduciendo dependencia externa y fomentando la producción local como vía para mejorar crecimiento. Aunque existen riesgos de estanflación, elescenario más probable es de crecimiento al alza, lo que favorecería la apreciación de los activos de riesgo.
El riesgo de una macro deteriorándose que deje los crecimientos por debajo del potencial, pone un techo a los activos de riesgo durante los próximos meses. El efecto negativo en las empresas por la guerra comercial sumado a la volatilidad que ha provocado en los mercados financieros parece que ha servido para limitar las acciones unilaterales de EEUU. Pero sólo una mayor predictibilidad del entorno macro permitirá romper este rango.
Los anuncios durante el año y más intensamente desde abril de utilizar el endeudamiento de los gobiernos para impulsar el crecimiento, pretenden mejorar la inversión y “aislar” las economías nacionales del entorno global.
El tercer trimestre, estacionalmente el más débil, "esperamos que sea el punto de inflexión para el crecimiento global impulsado por manufacturas y crédito". El ritmo de expansión del crédito privado sigue mejorando y es uno delos pilares para una mejora del crecimiento.
En EEUU la relajación de los límites de solvencia para los bancos y en la Eurozona las bajadas de tipos del último año dejando los reales prácticamente a 0, contribuirán ala mejora de crecimiento que compense la debilidad en elconsumo.
El temido repunte de la inflación en EEUU no ha sido lineal, y en algunos sectores, como el automóvil, las compañías reducen márgenes.
En los exportadores los aranceles se ven como una desaparición de demanda provocando una bajada delas expectativas de inflación, mientras en EEUU suponen una reducción de la oferta.
Los plazos largos de los bonos están repuntando a nivel global, especialmente en Japón. Este movimiento refleja las dudas del mercado respecto a la inflación, el volumen de deuda y las acciones del banco central (prima temporal). "Los rangos en los bonos de los últimos meses esperamos que se mantengan, el aumento de emisiones en EEUU, y las subidas de tipos en Japón son los eventos de riesgo", señala.
El repunte de las pendientes de tipos debería continuar. El BCE está siendo más rápido que la Fed en las bajadas, provocando un repunte mayor en las curvas por una disminución de los cortos. La incertidumbre respecto a los efectos de las políticas económicas se refleja en una prima de riesgo en los plazos largos (prima temporal) que todavía puede aumentar más.
"Esperamos bajadas de tipo más agresivas en la segunda mitad de año, con lo que los plazos medios/cortos en gobiernos son más seguros", vaticina Ricardo Gil. Los estímulos fiscales alemanes y una macro en Europa que mantiene crecimiento en torno al 1%/1,5% supone que los tipos están tocando suelo en la UE. La bajada por debajo del 2% hasta 1,5% es sólo si lamacro (empleo) empeora.
En EEUU, una vez se aclaren los aranceles y los efectos en los precios de los bienes, en el cuarto trimestre, "esperamos que empiecen las bajadas de tipos". El mercado descuenta 150 pb hasta 3%.
Aunque las vulnerabilidades de la economía global son evidentes, los mercados están valorando que el escenario extremo no se produce (escalada de tarifas, conflictos armados entre EEUU. y otros) además las acciones fiscales en EEUU, Corea, Japón, China reflejan que frente al problema que podría suponer para las economías una reducción drástica del gasto para mantener los números de deuda acotados. También se pueden usar las políticas expansivas que impulsen las economías y conseguir los mismos efectos de reducción del déficit por cuenta corriente y nivel de deuda pero sin provocar ningún ajuste. "Éste es el escenario que vemos hasta que los números muestren lo contrario, positivo para los activos de riesgo", subraya el experto de TREA.
Las acciones caóticas de Trump no deben tapar el objetivo final de la nueva administración en EEUU, reestructurar la economía americana para ser menos dependiente del exterior (reducir déficit público y por cuenta corriente) mientras mantiene una hegemonía en su área de influencia (aislar China). Ciertos sectores o subsectores se han perfilado como claves para el proceso (inteligencia artificial, control/seguridad en los suministros de materias primas estratégicas), concluye.