España se mantiene como el pulmón económico de Europa. Además de estar entre los países con mayor crecimiento acumulado en los últimos años, también es uno de los que registra el incremento más elevado en la renta disponible de los hogares. En los últimos dos ejercicios, casi 10 puntos, muy por encima que otras potencias europeas.
En países como Alemania e Italia la renta disponible de los hogares apenas ha variado respecto a los niveles de 2022, reflejando un estancamiento que pone de manifiesto las dificultades estructurales para trasladar el crecimiento económico a los hogares. Francia, por su parte, muestra una evolución más estable, pero sin apenas dinamismo. Reino Unido evidencia una recuperación significativa tras un fuerte retroceso en 2022. En ambos casos, no obstante, el crecimiento no supera el 6%.
El último ‘Coface Risk Review’ muestra otras conclusiones:
- Encrucijada geopolítica y retos económicos. Europa atraviesa una etapa de pérdida de peso internacional frente a las principales potencias globales: China y EEUU. A esto se une que la guerra en Ucrania provocada por la invasión rusa sigue afectando directamente a la región, obligando a la Unión Europea a prepararse para una estrategia de disuasión a largo plazo frente a Rusia, justo cuando EEUU cuestiona su papel tradicional como garante de seguridad en el continente. En este contexto, Europa no solo se ve obligada a revisar su política de defensa, también su autonomía energética, financiera y de innovación. Será importante, a este respecto, que la UE refuerce sus lazos con regiones como África o América Latina, que aún apuestan por seguir integradas en la globalización, si quiere mantener su relevancia mundial. Tanto es así que informes elaborados por Enrico Letta y Mario Draghi subrayan la urgencia de tomar decisiones estratégicas y aplicar reformas profundas para evitar el declive de su influencia internacional.
- Desigualdad creciente entre países europeos. Otro de los puntos más importantes del informe es la desigualdad económica que muestran los distintos países europeos.
- Alemania. La economía alemana comenzó 2025 con buen pie, en parte por el adelanto de compras provocado por los anuncios de aranceles de EE UU. Que logre mayor impulso dependerá de la agenda de política económica del nuevo gobierno, aunque las perspectivas están ahora condicionadas por los acuerdos comerciales entre EEUU y UE, que finalmente han resultado muy poco positivos para la economía del país, especialmente en el caso de la industria del automóvil. Así, el informe de Coface estima que este 2025 su PIB apenas crezca un 0,2%, y que en 2026 ese incremento sea del 1,2%.
- Francia. La otra gran economía europea continuará con un crecimiento débil, lastrado por la caída del consumo de los hogares y la inversión, algo a lo que no va a ayudar la incertidumbre política y fiscal que vive el país, de ahí sus modestas previsiones: avance del 0,5% este ejercicio y del 0,6% en 2026.
- Italia. Comenzó 2025 con un buen ritmo, pero ese impulso podría diluirse durante el año, al estar muy expuesta a las exportaciones americanas y a que la demanda doméstica sigue siendo frágil. Bajo esta reflexión, la compañía calcula un crecimiento del 0,6% este año y un 0,8% para 2026.
- Reino Unido. Se estima que crezca un 1% en 2025 y 2026. El entorno sigue condicionado por la debilidad exportadora, la subida de impuestos y un mercado laboral tensionado. Sin embargo, se espera que la mejora de los salarios reales, el impulso de la inversión pública y reformas clave, como el proyecto de ley de planificación, apoyen un crecimiento modesto en 2026.
- España. Sigue siendo el principal motor de la región. Se prevé que su crecimiento cierre 2025 en el 2,6% y, en 2026, en el 2%, manteniendo su dinamismo, a pesar de las primeras señales de desaceleración industrial, especialmente en el sector del automóvil. El turismo, los fondos europeos y un consumo resistente compensan esa debilidad.
- La UE crece en medio de la incertidumbre. A pesar de esta situación, la UE crecerá un 1,2% este 2025, según las previsiones de Coface, y un 1,5% el próximo año. Similar estimación que la de la zona euro, cuyo PIB podría aumentar un 1% en 2025 y un 1,3% en 2026. Este crecimiento se explicaría, en parte, por la pujanza de España, que sigue siendo el principal motor de la región, y la incipiente estabilidad de los mercados que se empieza a vislumbrar tras el acuerdo alcanzado con EEUU sobre los aranceles.