El 19% de las empresas españolas señalaron un aumento de las ventas entre enero y marzo, porcentaje ligeramente superior al declarado tres meses antes. Pero es mucho mayor la tasa de compañías que informa de un crecimiento de sus costes, tanto laborales como de otro tipo: 70% y 58% respectivamente, claramente por encima de los registrados tres meses antes (44% y 37%, respectivamente).
A pesar de ello, el porcentaje de empresas que informaron de un aumento de los beneficios siguió siendo superior al de las que contestaron lo contrario, registrándose un porcentaje neto positivo del 5%, valor ligeramente más alto que el de la ronda previa (3%).
Tanto las pymes como las compañías grandes registraron, en conjunto, una evolución favorable de las ventas entre enero y marzo, si bien en el caso de las pymes el porcentaje neto fue similar al del trimestre previo, mientras que en el de las grandes se registró un valor algo más elevado. En el caso de los beneficios, el porcentaje de empresas grandes que declararon un aumento fue superior al de las que indicaron descensos, en tanto que las pymes continuaron declarando mayoritariamente una caída de sus resultados.
El proceso de desendeudamiento de las empresas españolas continúa a un ritmo similar al del trimestre previo. Así, la proporción neta de compañías españolas que señalaron un descenso entre enero y marzo de su ratio de endeudamiento (medido como el cociente entre el total de deudas y los activos) fue del 10%, un punto inferior al registrado en la edición anterior.
Por otra parte, un 5% de empresas, en términos netos, señaló un descenso de las necesidades de financiación, frente al incremento que un 2% había declarado tres meses antes. A pesar de ello, la proporción de compañías que solicitaron préstamos bancarios aumentó en 3 puntos, hasta situarse en un 23%.
Según las empresas españolas, la disponibilidad de préstamos bancarios continuó mejorando entre enero y marzo, aunque lo hizo a un ritmo menor que en el trimestre anterior. Así, un 4% de compañías, en términos netos, informó de una mejoría en este aspecto, 4 puntos menos que en la encuesta anterior.
Las empresas observaron un efecto positivo de la mayoría de los factores que afectan a la oferta crediticia, aunque en casi todos los casos con porcentajes más reducidos. En particular, entre los factores que tuvieron una influencia positiva sobre la disponibilidad de crédito bancario destaca el impacto favorable asociado a su historial crediticio, señalado por un 16% de las empresas, en términos netos (1 punto menos que tres meses antes). Un 15% de compañías declaró un efecto positivo asociado a la mejoría de su situación específica (frente al 11% de la encuesta previa), y un 13% percibió una mayor disposición de las entidades bancarias a otorgar préstamos (5 puntos inferior a la correspondiente al tercer trimestre).
En sentido contrario, un 13% de empresas, en términos netos, siguieron considerando que las perspectivas económicas generales dificultaban el acceso al crédito, lo que supone un aumento de 11 puntos respecto al dato registrado en la edición anterior.
El desglose por tamaños evidencia que tanto las pymes como las grandes empresas siguieron observando una mejoría de la disponibilidad de préstamos bancarios, si bien los porcentajes registrados fueron menores que los del trimestre previo.
La proporción de empresas que tuvieron dificultades para obtener préstamos bancarios se elevó ligeramente en el primer trimestre de 2025, un punto y medio, hasta el 6%. Este aumento se debe principalmente al crecimiento de la demanda desanimada (empresas que no solicitaron crédito por pensar que no se lo iban a conceder), que pasó de un 2,5% a un 3,7% y, en menor medida, al del porcentaje de compañías que obtuvieron solo una parte de la cuantía solicitada, que creció dos décimas hasta el 0,5 %. El aumento de los obstáculos para obtener préstamos bancarios afectó tanto a las pymes como a las empresas grandes.
Por tercer trimestre consecutivo, el porcentaje de empresas que informó de un descenso en los tipos de interés fue superior al de las que declararon un aumento, con una diferencia de 19 puntos, dato 7 puntos mayor que el de la edición anterior. Tanto las pymes como las empresas grandes señalaron una evolución favorable en cuanto al coste de financiación.
Respecto al resto de las condiciones de los préstamos bancarios, las compañías informaron que, entre enero y marzo, no se habrían apreciado variaciones significativas en cuanto a las garantías requeridas, mientras que tanto los importes concedidos como los plazos habrían seguido aumentando. En cuanto a las expectativas, un 8% de las empresas, en términos netos, anticipaban que continuaría mejorando su acceso a la financiación bancaria en el segundo trimestre de 2025.
El 8,1% de las empresas considera que la morosidad amenaza su supervivencia
Por otra parte, el 52% de las empresas españolas sufre el impacto negativo de la morosidad en su cuenta de resultados y el 8,1% afirma que corre el riesgo de cerrar por el impacto de los impagados. Esta es la foto fija de la morosidad que ofrece el Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, impulsado por Crédito y Caución e Iberinform, en el que han participado los gestores de cerca de 700 empresas de todos los tamaños y sectores.
De acuerdo con el Estudio de Gestión del Riesgo de Crédito en España, el 43% de las firmas españolas afronta pérdidas de ingresos significativas a causa de la morosidad y el 22% registra un incremento de sus costes financieros. Además, el 14% se ve obligado a frenar su expansión comercial y el 12% a limitar sus nuevas inversiones.
La falta de control sobre la morosidad es un riesgo para la actividad empresarial. El incumplimiento de los pagos acordados genera importantes tensiones de liquidez y es especialmente desestabilizador en la operativa de las empresas de menor tamaño. Si se llega al impago de una venta a crédito comercial, la pérdida equivale a los costes de producción del producto. El impacto de un impagado comercial se acentúa cuanto menor sea el margen de beneficios, pues multiplica el número de ventas con clientes solventes necesarias para compensar la pérdida. Si una sociedad con un margen comercial del 10% sufre un impago de 10.000€, deberá generar nuevo negocio por 100.000e para compensar el impacto de los 9.000 en costes de producción.