31 Jul
31Jul

Miguel Ángel Valero

La OPA hostil contra el Banco Sabadell, que se prolongará al menos hasta septiembre tras 15 eternos meses desde su lanzamiento, condiciona todos los movimientos del BBVA. El banco que preside Carlos Torres aprovecha la presentación de resultados del primer semestre (5.447 millones€ en beneficios, +9%) para adelantar la del plan estratégico 2026-28, que estaba previsto desvelar a final de año, una vez resuelta la OPA. Estas previsiones no incorporan al Sabadell, en caso de ganar la OPA hostil. 

Pero la presentación del plan estratégico del Sabadell, su rotundo mensaje de seguir en solitario, y su compromiso de remunerar a sus accionistas con 6.300 millones€ en estos tres años, más de un 40% de su valor actual en Bolsa, han obligado al BBVA a variar sus planes, aunque sea a costa de dar una imagen de ir a remolque del banco opado, que siempre parece ir un paso por delante.

La pugna beneficiará, en cualquier caso, al accionista. En el caso del BBVA, porque, si las expectativas del plan estratégico se cumplen, en 2028 acumulará un beneficio de 48.000 millones€ en esos tres años, y dispondrá de 36.000 millones (24.000 millones procedentes de los resultados, 12.000 millones por el exceso de capital) para remunerar a sus propietarios. Nada menos que 5,7 veces más que lo que se ha comprometido el Sabadell. Además, alcanzará una rentabilidad del 22%, y una ratio de eficiencia del 35%.

De momento, la cotización recibe bien el nuevo plan estratégico del BBVA: la acción ha llegado a subir el 8%, casi el doble que la del Sabadell. Esto ha hecho reducir la prima negativa de la OPA hostil del 15% al 12%. Pero el mercado sigue esperando una mejora significativa de la oferta del BBVA, con entrega de dinero en efectivo, no solo acciones, a los accionistas del Sabadell que acudan.

No a una mejora de la oferta

Pero el consejero delegado del BBVA, el turco Onur Genç, descarta que vayan a elevar el precio que ofrecen por las acciones de Sabadell en la OPA hostil. Tampoco van a rebajar el umbral de aceptación de ésta por debajo del 50%, porque quieren tener el control de la entidad. Ni se va a incluir dinero en efectivo. Además, el banco opante abre la puerta a renunciar a la oferta una vez que el Sabadell apruebe en sus juntas de accionistas la venta de TSB al Santander por 3.100 millones y el dividendo extraordinario de 2.500 millones. "Si los accionistas del Sabadell no aprecian el valor de la OPA, no hay garantía de nada", admite el CEO del BBVA.

“La oferta es la oferta. Lo hemos dicho múltiples veces“, insiste. Es un 30% superior a la cotización del Sabadell hace 15 meses, un 50% superior a la cotización media en los seis meses posteriores a la presentación de la OPA. Por mucho que haya una prima negativa del 12%, "en comparación con otras OPA en el sector, como las que se ven en Italia, es una prima fantástica".

De seguir adelante con la OPA, se presentará durante agosto en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el folleto. Y en septiembre se explicará cuál es el plan de negocio incorporando al Sabadell, y cuántas sinergias podrán aflorar de los 850 millones proyectados inicialmente.

Por cierto, que el BBVA aún no ha tomado una decisión sobre si recurrir ante el Tribunal Supremo la resolución del Gobierno, argumentando que no tenía capacidad legal para condicionar la OPA, solo para suavizar los requisitos que había acordado antes la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

“Si la OPA no sale, no pasa nada. Seguimos adelante, centrados en cumplir nuestro plan de negocio”, que no incorpora al Sabadell en el perímetro para explicar al mercado “el valor intrínseco” del BBVA en solitario y para dejar muy claro que los compromisos de dividendos son independientes de la operación con el Sabadell.

Foco estratégico en las actividades generadoras de comisiones

El BBVA pone el foco estratégico en los negocios más generadores de  comisiones (gestión de activos y Banca Privada, sobre todo) y actividades como Banca de Empresas y Banca de Inversión. También espera una mejor contribución de los países en los que opera por la reducción del coste de riesgo y la mejora de los afectados por hiperinflación (Turquía, especialmente, pero también Argentina), y  ganancia de cuota de mercado en prácticamente todos los productos.

En el caso de España, el BBVA espera un crecimiento de los ingresos de un dígito medio, una ratio de eficiencia de entre el 30% y el 33%, y un coste del riesgo de 30 puntos básicos (pb). En México, su principal mercado, los ingresos subirán un dígito alto. En Turquía, entre el 16% y el 20% en euros corrientes.

Además de adelantar el plan estratégico 2026-28, el BBVA ha mejorado sus previsiones para final de año: la rentabilidad superará el 20%, la ratio de eficiencia se situará en el 35%, y dispondrá de 13.000 millones (el doble de lo que promete el Sabadell para estos tres años) para remunerar a sus accionistas con cargo a los resultados de 2025.

Más comisiones para frenar el deterioro del margen de intereses

De momento, en el primer semestre de 2025, la rentabilidad del BBVA sube hasta el 20,4% a pesar de que el margen de interés se deteriora un 3%, hasta los 12.607 millones, por las bajadas de tipos. Compensa esta caída con un alza del 4% en las comisiones netas, hasta los 4.010 millones. El margen bruto aumenta un 3%, a los 18.034 millones, con una reducción del 1% de los costes (6.787 millones), lo que mejora la eficiencia hasta el 37,6%. La tasa de morosidad se mantiene en el 2,9% y el coste de crédito repunta ligeramente hasta el 1,32%.

Destaca España, donde el beneficio crece un 21%, hasta los 2.144 millones, gracias al aumento del 1,5% en el margen de interés (3.230 millones) y del 5,2% de las comisiones (1.176 millones), por el aumento del 6% en créditos: 1% en hipotecas, 10% en empresas.

En cambio, México sufre un descenso del 9,8% en el beneficio, hasta los 2.578 millones, por las provisiones (se multiplican por dos), el deterioro del 7,7% en el margen de intereses, y la caída del 9,9% en los ingresos por comisiones. El margen de interés cede un 7,7% y las comisiones, un 9,9%. En Turquía, el beneficio sube un 17%, ya que el banco está aprovechando el proceso desinflacionista  que vive el país.

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