03 Oct
03Oct

Miguel Ángel Valero

El nuevo primer ministro francés, Sébastien Lecornu, iniciará una ronda de reuniones con los grupos parlamentarios en busca de apoyos para los presupuestos de 2026. Estas conversaciones, las últimas antes de la presentación oficial del borrador el 13 de octubre, son clave para la supervivencia del Gobierno, que se enfrenta a una posible moción de censura si no logra consensos suficientes.

Los partidos de la oposición ya han advertido que, sin concesiones, impulsarán una nueva moción, lo que podría provocar el tercer colapso gubernamental en menos de un año. 

El partido de Marine Le Pen ha señalado que rechazará los presupuestos si mantienen la línea de los presentados por François Bayrou, mientras que los socialistas exigen revertir la reforma de pensiones de 2023 e introducir un nuevo impuesto sobre el patrimonio.

Según Lecornu, las nuevas propuestas buscan reducir el déficit fiscal hasta el 4,7% en 2026, lo que sugiere una continuidad con el plan de Bayrou

El riesgo político en Francia persiste ante un Parlamento fragmentado, incapaz de aprobar unos presupuestos que pretenden acercar el déficit al objetivo europeo del 3%. Esta inestabilidad política sigue minando la confianza económica, en un contexto de debilidad macroeconómica que incrementa la presión sobre la deuda francesa. Los diferenciales de la deuda gala se mantienen en torno a los 80 puntos básicos (pb), actualmente por encima de los italianos, a la espera de la revisión de rating por parte de Moody’s, prevista para el 24 de octubre.

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