Miguel Ángel Valero
El 1 de octubre se confirmó el cierre de Gobierno de EEUU, al incumplirse el plazo para aprobar los Presupuestos. Los demócratas están utilizando sus votos como herramienta de negociación para que evitar que expiren los subsidios al seguro médico (Obamacare). No todos los segmentos se ven afectados durante estos episodios: los denominados “gastos obligatorios” –Medicare, Medicaid y parte de la Seguridad Social–, así como agencias más independientes como la Reserva Federal o el Servicio Postal, continúan funcionando con normalidad. Los demás departamentos sí se están viendo afectados por tratarse de un cierre total –Defensa, Educación, Transporte, entre otros–.
Sin embargo, el país no se paraliza por completo, sino que se mantienen servicios mínimos de empleados que siguen trabajando sin sueldo. Los empleados cuyas funciones quedan suspendidas ascienden a 750.000, el 25% del total de trabajadores federales. En cualquier caso, sus salarios se les reintegran posteriormente.
Los efectos negativos sobre el PIB y la tasa de desempleo, por lo general, son revertidos una vez reanudadas las funciones habituales. En el caso del impacto sobre el PIB, la Fed estimó en el último cierre total de 2013 que, por cada semana de cese, el crecimiento del PIB trimestral se reduce en dos décimas, para luego recuperarse en la misma proporción. No obstante, si el cierre se prolonga más allá de los 16 días registrados en 2013, aumenta el riesgo de que parte del impacto económico sea irreversible.
Respecto a la tasa de paro, si los 750.000 empleados se mantienen “en suspenso” entre el 12 y el 18 de octubre, se contabilizarán como desempleados, lo que podría provocar un leve repunte en la tasa de octubre. Esta situación se corregiría en el mes siguiente, retornando a los niveles base.
Debido al cierre del Gobierno, los estadistas permanecen en sus casas. Como consecuencia, quedaron aplazadas las publicaciones de la creación de empleo en las nóminas no agrícolas, la tasa de desempleo y las solicitudes semanales de subsidio por desempleo. Así, el foco se centró en las encuestas ya disponibles: las ofertas de empleo (JOLTS) arrojaron señales mixtas, mientras que decepcionó el informe de creación de empleo privado (ADP), al registrar una destrucción de 32.000 puestos de trabajo. Sin embargo, en este último dato, la institución ha modificado su metodología de estimación y podría estar concediendo un valor más débil de lo que reflejarán la creación por nóminas.
S&P 500 (+1%) y Nasdaq (+1,3%) cierran en nuevos máximos o próximos a ellos, lo que refleja que los inversores se aislan del cierre del Gobierno, que retrasaba sine die la publicación del informe de empleo de septiembre y provocaba un “apagón” de los datos económicos antes de la próxima reunión de la Fed, a celebrar en octubre. Tampoco se tomaba muy en cuenta los datos privados que sí se publicaron del mercado laboral, y que sugerían una desaceleración del mercado estadounidense de trabajo.
La posibilidad de un cierre del Gobierno en EEUU más prolongado, que pueda detraer crecimiento y confianza para la actividad económica, permitió al mercado de bonos actuar como refugio. Así, en el conjunto de las últimas cinco sesiones la rentabilidad exigida a los bonos estadounidense y alemán a 10 años recortaba en -5 puntos básicos (pb), hasta niveles del 4,14% y 2,72%, respectivamente.
El oro, por su parte, se aproxima a los 4.000$/onza, tras un avance del 3,3% en la semana previa, alcanzando nuevos máximos y por séptima semana consecutiva de ganancias. Sigue impulsado por factores de más largo plazo, como la continua demanda por parte de los bancos centrales, y otros más coyunturales como la reanudación del ciclo de recorte de tipos de la Fed o el cierre del Gobierno.
Tímidos retrocesos semanales para el dólar, ya que sigue sin resolverse el cierre de la Administración estadounidense, por un lado, a lo que se unía la publicación de algunos datos de coyuntura por debajo de lo esperado, asociados sobre todo al mercado laboral. Comienza la semana subiendo hasta niveles de 1,166 EUR/USD, tras conocerse la dimisión del primer ministro francés, Sébastien Lecornu, sólo un día después de formar Gobierno.
Extensión temporal de los Presupuestos
En los próximos días, el cierre de Gobierno en Estados Unidos continuará marcando la agenda. Tras la suspensión del informe de empleo de septiembre, esta semana peligran las cifras de la balanza comercial –martes 7 de octubre– y, con menor probabilidad, los números de inflación que deberían publicarse el día 15. Todo esto adquiere especial relevancia de cara a la reunión de la Fed a finales de mes, donde la falta de estadísticas oficiales podría obligar al Comité a actuar con mayor cautela.
Con todo esto, el Senado volverá a reunirse hoy para debatir los Presupuestos del año próximo. Dado que un acuerdo entre republicanos y demócratas parece poco probable en el muy corto plazo, el partido liderado por Trump aboga por la extensión temporal ('continuing resolution') de los Presupuestos actuales hasta alcanzar un acuerdo definitivo, tal como sucedió en la Cámara de Representantes.
Esta herramienta, que permitiría al Gobierno seguir funcionando sin grandes cambios presupuestarios respecto a la ley vigente, fue utilizada en ocasiones anteriores para evitar el cierre de Gobierno. Sin embargo, actualmente no existe un catalizador claro para la reapertura por ninguna de las partes.
En paralelo, el calendario de intervenciones públicas de miembros de la Reserva Federal sigue su ritmo: en los próximos días, Jerome Powell, Stephen Miran, Michelle Bowman, entre otros, ofrecerán su visión en distintos foros. Y el miércoles 8 de octubre se publicarán las actas de la reunión de septiembre –la Fed no está afectada por el cierre de Gobierno dado que se autofinancia– que servirán para esclarecer la visión de la entidad en medio de la incertidumbre actual.
Lazard: el cierre afecta a 5,5 millones de contratistas
El cierre del Gobierno federal de EEUU el 1 de octubre mantiene en vilo a los inversores. Si sólo dura unos días, es probable que el impacto en la economía sea insignificante, según Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard. Pero advierte de que este cierre podría ser diferente a los demás, ya que la administración Trump ha indicado que tratará de reducir de forma permanente el número de empleados en todas las agencias durante el déficit de financiación. “No está claro si esto se puede ejecutar legalmente, pero las reducciones permanentes de personal afectarían negativamente a las estadísticas de empleo y del PIB”, apunta. Unos 859.000 empleados federales podrían ser suspendidos temporalmente y a otros 662.000 se les podría ordenar trabajar sin sueldo durante el cierre. Estos empleados recibirán el pago retroactivo una vez que el Gobierno vuelva a abrir.
Pero según estimaciones de la Reserva Federal de Atlanta, podría haber hasta 5,5 millones de contratistas y personal federal adicionales a los que se les paga a través de subvenciones gubernamentales y a éstos no se les suele reembolsar los salarios perdidos, lo que podría significar una pérdida de ingresos salariales o un golpe a los márgenes de beneficio para los empleadores de estos trabajadores, que esperan una compensación incluso cuando el Gobierno no paga por sus servicios. “Si el cierre del Gobierno se prolonga durante varias semanas, o más, el impacto económico de estas pérdidas de compensación podría aumentar”, avisa.
Dadas las implicaciones negativas para el crecimiento y “la ausencia de beneficios políticos significativos” de un cierre prolongado, Temple tiene la esperanza de que se pueda llegar a una resolución con relativa rapidez. Suponiendo que finalice el cierre del Gobierno, se espera que el informe sobre la situación del empleo de septiembre muestre una mejora en la creación de empleo no agrícola (53.000 nuevas nóminas frente a las 22.000 del mes anterior) y una tasa de desempleo estable (en el 4,3%).
La mayor incógnita con respecto al crecimiento del empleo es cuánto ha disminuido la “tasa de equilibrio”, que podría haber caído por debajo de los 50.000 puestos de trabajo al mes. “Hay signos claros de baja demanda de trabajadores, pero si la tasa de crecimiento de la oferta también se ha reducido, EEUU podría mantenerse en pleno empleo. Éste es el dilema para la Fed, ya que podría querer instintivamente recortar los tipos de interés dada la fuerte desaceleración del crecimiento del empleo, pero al hacerlo podría reavivar la inflación si el mercado laboral sigue estando ajustado”, sostiene.
El experto de Lazard se reconoce “ansioso” por ver la evolución actual en términos del número de ciudadanos nacidos en el extranjero y miembros de la población activa en EEUU en el informe de la Oficina de Estadísticas Laborales. En agosto, el número de miembros de la población activa nacidos en el extranjero había disminuido en 1,1 millones desde enero de 2025. Por el contrario, en 2024, esta cifra aumentó en 1,8 millones, y en 2023, en 1,6 millones. “Una caída continua del número de trabajadores nacidos en el extranjero sugeriría que la tasa de equilibrio podría ser incluso más baja de lo que sospecho”, afirma.
La semana pasada, la encuesta sobre Ofertas de Empleo y Rotación Laboral (JOLTS) mostró que el número de puestos vacantes aumentó ligeramente en agosto, pero las tasas de contratación y renuncia disminuyeron marginalmente, lo que sugiere unas condiciones más débiles. “En este momento no está claro si el mercado laboral estadounidense podría encontrarse en un punto de inflexión en el que el desempleo salte al 5% o más, o si podría mantenerse más moderado, en niveles iguales o inferiores al 4,5%, dada la tasa de equilibrio mucho más lenta del crecimiento de las nóminas no agrícolas frente a la tasa de desempleo. Mi opinión actual es que este último resultado parece más probable, debido a la fuerte disminución de la inmigración en EEUU así como el inminente aumento de las deportaciones de inmigrantes indocumentados. Si estoy en lo cierto, las expectativas del mercado de recortes significativos de los tipos de interés por parte de Fed en los próximos seis a nueve meses podrían ser demasiado optimistas”, comenta.
Esta semana se publicarán las actas de la reunión del FOMC celebrada los días 16 y 17 de septiembre, que podrían ser instructivas para obtener una visión más detallada del debate de la última reunión y, más concretamente, de cómo las opiniones de Michelle Bowman y Chris Waller podrían “haberse adaptado” a la presencia de Stephen Miran en el FOMC. “En reuniones anteriores recientes, Bowman y Waller habían abogado por recortes de tipos cuando el Comité optó por mantener la política sin cambios. En la reunión de septiembre, el único disidente a favor de una bajada de tipos superior a 25 puntos básicos fue Stephen Miran. Estoy deseando analizar las actas para determinar si hay alguna pista sobre el tono del debate e identificar cualquier señal que pueda ayudar a aclarar el nivel de convicción que hay detrás de las previsiones más moderadas del Resumen de las Proyecciones Económicas de la Fed”, dice.
Ebury: el dólar se mantiene firme
El cierre de la mayoría de los servicios públicos federales de EE.UU. tras el fracaso de las negociaciones entre republicanos y demócratas provocó que no se publicara el dato económico más importante del mundo: las nóminas no agrícolas de EEUU. Sin embargo, los mercados lo encajaron con normalidad, ya que las Bolsas siguieron registrando máximos históricos y los tipos de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables, al igual que el dólar estadounidense frente a la mayoría de sus pares. De hecho, los movimientos semanales de las divisas fueron de los más moderados que hemos visto en todo el año. El movimiento más pronunciado en el G10 lo protagonizó el yen, que está cayendo con fuerza tras la victoria de Takaichi, candidata de derechas y partidaria de estímulos.
Estando los demócratas y republicanos aparentemente atrincherados en sus posiciones, la principal pregunta que se plantean los inversores es cuánto tiempo puede prolongarse el cierre de la Administración estadounidense antes de que comience a causar un daño económico real, de forma directa y por la incertidumbre causada por el retraso de las publicaciones económicas. Por ahora, los mercados se mantienen optimistas.
La agenda de publicaciones económicas de esta semana sería inusualmente ligera incluso sin el cierre de la Administración estadounidense, por lo que los mercados no tendrán más remedio que seguir de cerca los titulares sobre las negociaciones presupuestarias en Washington.