En los últimos cinco años, las insolvencias empresariales han mostrado una evolución marcada por la volatilidad, con periodos de descenso seguidos de fuertes repuntes que reflejan la incertidumbre económica global.
En este escenario, en España, el número de concursos de acreedores en empresas todavía se mantiene por encima de los niveles prepandemia en 2024, situándose un 29,4% por encima del observado en 2019.
Esta es una de las principales conclusiones del análisis ‘Impacto de las insolvencias en la actividad empresarial española’, realizado por los expertos de Coface, firma de gestión integral de riesgo de crédito comercial.
Las condiciones macroeconómicas y las respuestas de política económica de cada país están influyendo directamente en los resultados empresariales del mercado español. Así, mientras algunos comienzan a superar los desafíos del ajuste pospandémico, otros, como España continúan enfrentando mayores insolvencias.
Poniendo en foco en la trayectoria de los concursos de acreedores durante el periodo analizado, se puede percibir que, tras el comienzo de la pandemia, hubo una reducción drástica debido a una combinación de medidas de apoyo (subsidios, subvenciones y programas de financiación), condiciones económicas (tipos de interés bajos que permitieron a las empresas refinanciar su deuda) y cambios legislativos (modificación de la Ley Concursal), que protegieron a las empresas de las crisis financieras.
Unos factores que, si bien impactaron en todos los mercados, en España lo hicieron con una evolución más irregular, marcada por altibajos y repuntes puntuales que reflejan la particular sensibilidad de su tejido empresarial y sectores.
La mayor parte de medidas temporales de apoyo postpandemia han llegado a su fin, dejando un 2024 marcado por grandes aumentos en el cómputo anual de insolvencias respecto a 2023. No solo por la retirada de estos mecanismos de ayuda, sino también por otras cuestiones clave como el aumento de los costes operativos (energéticos y laborales), el endurecimiento de las condiciones financieras y la transformación en los patrones de consumo debido a las incertidumbres (mayor control del gasto).
Esta combinación de costes crecientes y demanda debilitada ha creado una tormenta perfecta: los márgenes se han estrechado, limitando la capacidad de maniobra, y un número creciente de compañías ha tenido dificultades para sostener sus operaciones bajo estas condiciones.
De esta forma, el análisis anual muestra un incremento en concursos de acreedores en empresas del 12,6% respecto a 2023, con 5.589 insolvencias empresariales. Un resultado que obliga a la cautela: el incremento global de insolvencias y un entorno geopolítico cada vez más complejo e incierto obligarán a las empresas españolas a extremar la prudencia y fortalecer su capacidad de resiliencia en los próximos meses.
Esta incertidumbre se refleja con nitidez en el análisis por sectores incluido en el estudio: