28 Sep
28Sep

Miguel Ángel Valero

Los hogares chinos tienen acumulados más de 23 billones$ en ahorros. Una montaña de liquidez que empieza a buscar destino y que, poco a poco, se dirige hacia la Bolsa. No es tanto una cuestión de entusiasmo bursátil como de pura necesidad: los canales tradicionales de inversión ya no ofrecen rentabilidad.

Los depósitos bancarios rinden en torno al 1,3% a cinco años y los fondos monetarios apenas alcanzan el 1,1%. Invertir en inmuebles, que durante décadas fue el pilar de la riqueza familiar, tampoco es atractivo: los precios encadenan cuatro años de caídas y el Gobierno de Xi Jinping insiste en que las casas “son para vivir, no para especular”. A esto se suma que el 58% del patrimonio familiar ya está concentrado en ladrillo, con poco margen para seguir aumentando exposición.

La alternativa natural se está convirtiendo en la renta variable. El índice CSI 300 ha subido más de un 25% desde abril (ver gráfico), impulsado por el furor de la inteligencia artificial y por el alivio que supuso un Trump más pragmático con China en su política comercial. El movimiento tiene lógica: con la tasa de ahorro de los hogares en el 31,7% —una de las más altas del mundo— y escasas opciones de inversión, el capital doméstico busca en la Bolsa lo que no encuentra en los bancos ni en el ladrillo.

Este trasvase tiene implicaciones enormes. Por un lado, puede dar aire a los mercados chinos y reforzar el papel de las Bolsas locales como alternativa real de inversión. Pero también abre la puerta a riesgos: burbujas alimentadas por expectativas poco realistas, volatilidad extrema y el eterno interrogante sobre la intervención regulatoria de Pekín.

Estamos asistiendo a un cambio de paradigma. La cultura del ahorro chino, históricamente conservadora y enfocada en depósitos e inmuebles, se ve obligada a virar hacia la renta variable.

"Ese movimiento no solo puede redefinir los mercados financieros del país, sino también reconfigurar la manera en que se distribuye la riqueza en la segunda economía del mundo", resalta el analista Pablo Gil en The Trader. 

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