El Banco Central Europeo retrasa a 2027 una inflación por debajo del 2%, rebaja sus proyecciones de crecimiento económico, y propugna más gasto en defensa y en infraestructuras para estimular éste.
La división del Parlamento hace que sea complicado pensar en una reforma de la Constitución –serían necesarios dos tercios de la cámara– para eliminar el techo de deuda.