El mejor comportamiento entre los diez principales mercados exteriores se registra en el primero de todos ellos, Alemania: solo el 1,4% de las empresas españolas tiene grandes problemas de cobro en este país.
La producción interna permitió abastecer el consumo doméstico de frutas, verduras, carne y aceite de oliva, pero fueron necesarias importaciones netas de cereales, lácteos, semillas oleaginosas, otros aceites vegetales, pescado, azúcar y café.