La demanda de cobre sólo para IA será de 3,4 millones de toneladas anuales para 2050, para satisfacer las necesidades de los centros de datos, de los chips de computadora y de los microprocesadores. Y para la electrificación, si en 2023 representaba el 40% del consumo anual, para 2025 se espera que llegue al 44%.