DWS espera votos de protesta contra los Gobiernos en las elecciones europeas
A menos de un mes de las elecciones al Parlamento Europeo, se podría pensar que sería un tema candente en los mercados financieros. "En nuestra opinión, no lo son, y con razón. Esto se explica por la forma en que funcionan estas elecciones en particular y por la forma en que el Parlamento Europeo encaja en la formulación de políticas europeas. Empezando por las propias elecciones. Del 6 al 9 de junio, los votantes emitirán sus votos en 27 estados miembros de la Unión Europea (UE). Los votantes que residen fuera de su país de origen pueden decidir si se registran para votar en su país anfitrión o en su país de origen. Pero solo unos pocos conocedores conocen cuánta diferencia hace esta decisión en cuánto contará su voto", explica un análisis de DWS.
Un gráfico elaborado por la gestora del Deutsche Bank muestra la población residente por diputado al PE en los distintos Estados miembros. "Como explicamos ampliamente en 2019, la última vez que Europa votó, un aspecto infravalorado de las elecciones al Parlamento Europeo es que se celebran a través de listas nacionales", destaca el análisis.
Si bien todos los países utilizan varias versiones de la representación proporcional, los detalles varían bastante entre los Estados miembros. Por ejemplo, en países pequeños como Malta y Luxemburgo, un eurodiputado suele representar a unos 100.000 residentes. Esto se compara con los más de 840.000 residentes por eurodiputado de Francia y los 880.000 de Alemania.
En realidad, los votos al Parlamento Europeo tienden a ser 27 elecciones nacionales en gran medida no correlacionadas entre los distintos Estados miembros. "Específicamente, tienden a ser votos de protesta contra los partidos que están en el poder a nivel nacional, con una baja participación. Pero debido a que el poder dentro de los 27 está tan dividido entre diferentes gobiernos -generalmente de coalición- a nivel nacional (a menudo incluyendo partidos de derecha o extrema derecha, o incluso dirigidos por ellos), estos votos de protesta tienden a anularse entre sí a nivel europeo, al igual que los cambios de última hora, dependiendo la forma en que soplen los vientos políticos a nivel nacional", señalan los expertos de DWS.
La calidad de las encuestas también varía mucho entre los países de la UE (y dentro de ellos). La mayoría de las proyecciones de escaños a nivel europeo tienden a basarse en encuestas nacionales. Sin embargo, los votantes de algunos países, como Estonia, tienden a diferenciar muy marcadamente en función de las raras ocasiones en que los encuestadores les preguntan sobre sus intenciones de voto, específicamente para el Parlamento Europeo, en parte porque las elecciones europeas allí se centran en gran medida en el candidato principal de cada partido.
"Todo lo cual significa que, si bien puede haber grandes sorpresas a nivel nacional, los resultados del Parlamento Europeo en su conjunto tienden a ser predeciblemente aburridos. Todavía pueden traer grandes cambios para sectores o segmentos particulares, pero principalmente a través de la interacción de las políticas europeas y nacionales. Por ejemplo, el resultado de las elecciones ayudará a determinar la composición de la Comisión Europea", apunta el análisis.
"Es probable que el próximo Parlamento Europeo sea más escéptico sobre la actual agenda europea de transformación climática de la Comisión. Esto tiene implicaciones potenciales para áreas como la energía europea y los precios del carbono. Sin embargo, su magnitud también dependerá de la forma en que las elecciones influyan en la política a nivel nacional, en particular para la longevidad del gobierno de coalición de Alemania y la posición de Emmanuel Macron en la formulación de políticas en el país francés", añade.
En la mayoría de los ámbitos políticos, la influencia del Parlamento Europeo está ahora en pie de igualdad con el Consejo Europeo (compuesto por el jefe de Gobierno de cada Estado miembro). "Pero en lo que respecta a las elecciones, uno de sus principales canales de influencia es cómo las sorpresas de las encuestas, dentro de cada Estado miembro, influirán en la política nacional mucho más allá de junio de 2024", concluye el análisis de DWS.