Las campañas de reciclado iniciadas hace unos años ya han demostrado quedarse cortas a la hora de absorber todo el material plástico que se genera diariamente en el mundo. En el marco del COP28 celebrado en Dubai el pasado mes de diciembre hubo acuerdo por primera vez para reducir las emisiones a la atmósfera en un 45%, que en Europa se fija en el 55% para 2030 y en el 90% para 2040. Teniendo en cuenta que la medición se realiza desde el inicio de la cadena de suministro, ello supone que las empresas deberán revisar sus emisiones desde el punto mismo de extracción de la materia prima hasta la eliminación definitiva de los componentes que no utilice el cliente (embalajes plásticos, etc).
A raíz de ello, las empresas se han revelado porque la Directiva UE 2019/904 del Parlamento Europeo establece que todos los costes derivados y asociados a la eliminación de los residuos de plástico deben ser responsabilidad de los productores, y ello supondrá un incremento muy elevado de los costes que tienen que soportar. De hecho, se estima que hasta el 95% de las pequeñas empresas tendrán que cerrar.
Organizaciones como AECOC ya han alzado la voz para reivindicar la responsabilidad que tienen todas las partes, y no solo las empresas, en la eliminación de los plásticos. Y reclaman actuaciones que implican a toda la sociedad: por un lado piden una moratoria para que las empresas se puedan ir adaptando; también que se realicen mayores inversiones para la investigación y desarrollo de plásticos más degradables, compostables o reciclables; el fomento de una cultura de reutilización y reciclaje para la sociedad civil que evite la gran cantidad de residuos que habitualmente se desechan; y exigen una legislación europea que proteja a nuestras empresas ante aquellas que vienen de fuera y que no han de cumplir los nuevos requisitos, como ya estamos viendo en el sector primario.
En Europa solo se está reciclando de momento una tercera parte del plástico y, aunque ya se está trabajando en la mejora del diseño de los envases, no resulta suficiente si queremos evitar sustituir un material contaminante por otro. El buen comportamiento en la gestión del reciclado por parte de todos es vital. Por tanto, se hace imprescindible establecer un diálogo entre la Administración, las organizaciones de consumidores y las empresas para buscar soluciones conjuntas.