18 Sep
18Sep

La VIII edición del Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon muestra que los españoles presumen de su buena situación  física. La valoración general del estado de salud continúa siendo con una nota media de un 7,03 sobre 10, un nivel muy similar al registrado en anteriores ediciones, donde la horquilla de estimación se ha movido entre un máximo de 7,36 (2020) y un mínimo 7,02 (2022). Casi el 68% de los españoles estima que su salud se merece una nota de 7 o más.

Esta percepción varía significativamente al analizarla desde una perspectiva sociodemográfica. Se observa una relación directa entre una menor satisfacción con el estado de salud y situaciones económicas o laborales más desfavorables. La valoración tiende a empeorar entre los colectivos de mayor edad

Los que tienen entre 56 y más de 65 años, y aquellos con menor nivel educativo y quienes no trabajan o han visto reducidos sus ingresos, califican su salud por debajo de la media, situándola en menos de 7 puntos. Entre los subgrupos, las puntuaciones más bajas provienen de personas con estudios primarios o inferiores, que otorgan una media de 6,2.En el otro extremo, los datos muestran que ciertos grupos superan claramente la media nacional en la valoración de su salud. Los titulados superiores (7,27), las personas en activo laboralmente (7,27) y aquellos que afirman haber mejorado su situación económica en los últimos doce meses (7,9) son quienes otorgan las puntuaciones más altas. También destaca el colectivo más joven, especialmente el comprendido entre los 26 y los 40 años, que registra la nota más elevada: 7,26 sobre 10. Los hombres muestran una percepción más positiva de su salud (7,1) que las mujeres (6,97).

El dolor frecuente continúa siendo la principal causa por la que los españoles valoran negativamente su estado de salud y un 64,6% lo señala como motivo principal, aunque esta cifra es ligeramente inferior a la registrada en la edición anterior del estudio. También disminuye el porcentaje de quienes relacionan su mal estado con factores emocionales como el estrés, la ansiedad, la tristeza o la depresión (43,4 %), la falta de sueño (38,9 %) y la escasa actividad física o baja forma física (31,1 %).

Por el contrario, la práctica deportiva es el motivo más mencionado entre quienes valoran positivamente su salud, con un 46,5 % de respuestas. Le siguen no fumar (44,5 %), dormir bien (43,8 %), cuidar la alimentación (40,7 %) y evitar el consumo habitual de alcohol (39,1 %). Sin embargo, salvo en este último indicador, el resto de los factores han registrado un descenso respecto al año anterior.

La percepción del estado de salud también presenta diferencias significativas por comunidades autónomas. Las valoraciones oscilan entre los 7,56 puntos sobre 10 de La Rioja siendo la más alta y los 6,41 puntos de Navarra, que registra la media más baja. Otras comunidades con percepción de peor estado de salud son: Extremadura (6,52), Galicia (6,63), Baleares (6,78), Canarias (6,83), Cantabria (6,87) y Cataluña (6,88).

En el lado opuesto, las regiones más optimistas en su autopercepción de salud, junto a La Rioja, son Aragón (7,41), Asturias (7,39), País Vasco (7,31), Comunidad Valenciana y Castilla y León.

Las variaciones más destacadas en el último año se observan en Extremadura, con una caída del 16,3 % al pasar de 7,17 a 6,52 puntos, y en el País Vasco, donde la valoración asciende de 6,89 a 7,31 puntos.

Tres perfiles de compradores

El seguro de Salud se ha convertido en una herramienta fundamental para el cuidado personal y familiar en nuestro país. Según datos de Unespa, el 26% de la población española, aproximadamente 12,4 millones de personas, cuenta con una póliza sanitaria privada. Esta cifra ha crecido de manera constante durante la última década, impulsada principalmente por múltiples factores como el envejecimiento de la población.

En este contexto, Aegon, aseguradora especializada en Salud y en Vida, ha identificado los tres perfiles de compradores:

    • 1. El profesional joven y exigente
      • Este perfil corresponde a personas entre los 25 y 35 años, que viven en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. Son profesionales con estudios superiores, ingresos medios o altos y una vida laboral activa. Su principal preocupación es la rapidez y eficiencia en el acceso a la atención médica, que consideran imprescindible para mantener su ritmo de vida.
      • Valoran especialmente los seguros que incluyen una red amplia de especialistas, opciones de consulta online y flexibilidad a la hora de elegir médico y centro. Consultan comparadores, se informan en redes sociales y piden recomendaciones a su entorno antes de contratar. Aunque son sensibles al precio, priorizan la calidad del servicio y las opciones digitales de gestión.
      • Este tipo de usuarios prefieren pólizas que les den autonomía para gestionar sus citas, autorizaciones o reembolsos sin depender de intermediarios ni trámites complejos. Para ellos, disponer de una app que centralice toda la gestión -desde localizar un médico hasta consultar el historial de visitas- es muy importante.
      • Además, debido a su perfil profesional y a su estilo de vida, dan importancia a la asistencia en viajes que les proporcione tranquilidad en caso de urgencias médicas en el extranjero y muestran una predisposición positiva hacia productos que puedan personalizarse según sus hábitos o preferencias, como elegir entre modelos con copago, sin copago o con acceso a centros médicos especializados.
    • 2. Familias con niños pequeños
      • La llegada de los hijos a menudo altera las prioridades de los hogares. En lo que respecta a las finanzas, muchas familias dan el paso de contratar un seguro privado precisamente cuando aparecen las primeras visitas al pediatra, las vacunas o las urgencias inesperadas.Son parejas de entre 35 y 45 años con uno o dos hijos que buscan garantizar el mejor cuidado médico para toda la familia, con especial atención a la pediatría, las revisiones periódicas y la atención en urgencias.
      • Valora la cobertura familiar en su conjunto: revisan tanto los servicios incluidos para los menores como las garantías para los adultos y suelen buscar pólizas que faciliten la gestión conjunta de todos los asegurados en una misma plataforma. Aprecian productos que permitan una contratación flexible, con posibilidad de fraccionar pagos, aplicar descuentos por número de miembros o incluir servicios opcionales como el cuidado dental o la fisioterapia.
      • Además, son muy sensibles a la claridad de la información: quieren saber exactamente qué está cubierto, en qué centros pueden atenderse y cuáles son los límites del seguro. Las experiencias previas -propias o ajenas- tienen un peso considerable en la decisión de optar por una aseguradora u otra, por lo que las opiniones de otros padres o la recomendación de un pediatra de confianza pueden inclinar la balanza. También conceden mucha importancia a la eficiencia del servicio de atención al cliente.
    • 3. El asegurado senior
      • Las personas con edades entre los 55 y 60 años forman un grupo que prioriza la tranquilidad y la seguridad médica ante posibles complicaciones propias de la edad, viven en zonas urbanas o rurales y tienen ingresos estables, normalmente en forma de una pensión fija.
      • Estas personas valoran seguros que cubran enfermedades crónicas, hospitalizaciones, atención domiciliaria o servicios de rehabilitación. Buscan claridad en las condiciones del contrato, atención personalizada y un trato cercano. Su proceso de decisión puede alargarse más que el de otros y confían sobre todo en la recomendación directa de familiares, médicos o agentes.
      • A la hora de la contratación, se muestran menos confiados que los nativos digitales a los canales online y prefieren tratar directamente con los corredores de seguros para que les expliquen exactamente qué incluye la póliza, cómo utilizarla y a quién acudir en caso de dudas. También priorizan la continuidad médica, es decir, desean ser atendidos por los mismos profesionales y en un mismo centro.
      • Los asegurados senior valoran la estabilidad económica, por lo que suelen optar por opciones asequibles cuya prima no varíe y que les permitan pagar de forma mensual o fraccionada.
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