12 Jun
12Jun

La edición de Primavera de la Revista de Estabilidad Financiera del Banco de España incluye un análisis realizado por Carlos Pérez Montes (coordinador), Javier García Villasur, Luis Gutiérrez de Rozas, Gabriel Jiménez, Nadia Lavín, Alexandra Matyunina y Raquel Vegas sobre el impacto de la DANA.

El fenómeno meteorológico denominado depresión aislada en niveles altos (DANA) que causó fuertes inundaciones y riadas en varias zonas del Levante español, principalmente en la provincia de València, el 29 de octubre de 2024, ha supuesto una tragedia con un elevado coste en términos humanos, causando 235 víctimas, y daños materiales devastadores.

Los desastres naturales generan pérdidas económicas al interrumpir directamente la actividad económica local, dañar infraestructuras, activos productivos y viviendas. Además, indirectamente, la incertidumbre causada por eventos climáticos extremos afecta a las decisiones de consumo e inversión de los hogares y empresas, incidiendo adicionalmente sobre la actividad económica.

Si bien el impacto económico a corto plazo de fenómenos como las inundaciones suele ser significativo, la evidencia histórica sugiere que sus efectos negativos sobre el PIB tienden a ser transitorios. Esto se debe, en gran parte, al estímulo fiscal derivado de las medidas de reconstrucción y al aumento del gasto en reposición de capital y bienes duraderos por parte de empresas y familias. Sin embargo, para que esta recuperación se materialice plenamente, es crucial que no existan fricciones financieras y que las ayudas sean efectivas. En este sentido, el acceso al crédito desempeña un papel fundamental en la mitigación del impacto de estos desastres en la población local.

Se constata un aumento estadísticamente significativo del saldo de crédito de hogares y empresas después de transcurridos unos meses de la DANA. También se aprecia un aumento limitado en los acreditados dudosos a partir de diciembre de 2024, así como un repunte transitorio de los clasificados en vigilancia especial. Estos efectos son locales y tienen un impacto limitado en el crédito a nivel nacional, por lo que no se identifican señales de riesgo sistémico para el sector bancario.

La DANA ha tenido un impacto importante sobre la economía de los municipios afectados, cuyo peso se situaría en torno al 2% del total nacional. La exposición del sector bancario a los municipios afectados se situaba al final de septiembre de 2024 (último cierre de mes disponible antes de la catástrofe) aproximadamente en 27.000 millones€, de los que 17.000 correspondían a hogares y 10.000 a empresas no financieras. Estas cuantías suponían el 2,6% del crédito total a escala nacional a hogares y el 1,7% del de empresas. Para el conjunto del crédito a hogares y empresas, su peso alcanzaba el 2,1 %.

Dentro del crédito a hogares, el 73,7% estaba destinado a la vivienda, unos 12.900 millones€, y un 10,5% al consumo. Por su parte, teniendo en cuenta el tamaño de las empresas, se observa que el 56 % del crédito afectado, unos 5.700 millones, pertenecía a empresas pequeñas y medianas (pymes), un 2,5 % del total nacional del crédito a este sector. 

En septiembre de 2024, de los créditos a empresas en las zonas afectadas, el 8,5% se encontraba clasificado en vigilancia especial, mientras que el 5,5 % estaba considerado como de dudoso cobro. En el caso de hogares, el 6,4% del crédito se encontraba clasificado en situación de vigilancia especial en las áreas afectadas, mientras que el 4,3% estaba considerado como dudoso. Estos niveles de partida de calidad crediticia eran algo peores que las medias nacionales: un 6,8% del crédito a empresas y un 5,9% del crédito a hogares estaba clasificado en vigilancia especial para el total de España en septiembre de 2024. En el caso del crédito dudoso, estos porcentajes alcanzaban el 4,2% y el 3,8%, respectivamente. 

En el caso de las empresas afectadas, no se observa un impacto diferencial significativo de la DANA ni sobre la variación del saldo de crédito total ni en el flujo del crédito nuevo hasta febrero de 2025. En ese último mes disponible, las empresas afectadas por la catástrofe muestran un crecimiento del crédito del 2%, superior al de las empresas en zonas no afectadas, ya anticipado en enero de 2025 posiblemente por el mayor uso de las líneas de crédito, empujado por la concesión de nuevas operaciones. También se aprecian efectos moderadamente negativos sobre el riesgo de crédito empresarial, capturado a través de la proporción de empresas clasificadas como en vigilancia especial o dudosas

En el caso de la clasificación en vigilancia especial, a partir de diciembre de 2024 se observa un aumento del efecto diferencial hasta cerca de los 0,5 puntos(no significativo mes a mes, pero sí de forma conjunta para diciembre de 2024 y enero de 2025). Esta cifra supone un incremento del 4,5% en zonas afectadas con respecto a la proporción media de deudores en vigilancia especial. El efecto diferencial ha disminuido en febrero de 2025, último dato disponible.

Con respecto a los préstamos en situación de dudoso, el impacto es significativamente distinto desde el inicio de 2025, con un aumento del 3,4 % con respecto a la proporción media de deudores dudosos para las empresas en zonas afectadas.

En el caso de hogares, al igual que ocurría con las empresas, no se observa un impacto diferencial significativo inmediato de la DANA en el saldo de crédito total. Sí se observa un efecto diferencial positivo a partir de diciembre, llegando a ser el crecimiento del saldo de crédito para hogares en zonas afectadas hasta un 0,7% superior en febrero de 2025 (en relación con las zonas no afectadas). También se constatan efectos negativos sobre el riesgo del crédito a hogares en diciembre del año anterior. En este mes, se observa un efecto significativo de 0,45 puntos para la proporción de deudores en vigilancia especial, lo que supone un incremento del 4,1 % con respecto a la tasa media de deudores en vigilancia especial. A partir de enero de 2025, no se observan diferencias significativas en la evolución de la proporción de deudores en vigilancia especial en las zonas afectadas, con lo que el efecto parece transitorio. 

En cuanto a los préstamos a hogares en situación de dudoso, no se observan diferencias significativas durante los meses inmediatamente posteriores a la DANA, pero sí a partir de diciembre de 2024. Desde entonces, se aprecia un aumento relativo de la ratio de hogares deudores clasificados dudosos en las zonas afectadas, con respecto a las no afectadas, de 0,4 puntos (lo que supone un incremento relativo cercano al 9,1% con respecto a tasa media de deudores dudosos). 

Se comprueba que el aumento observado en la proporción de las empresas clasificadas en vigilancia especial (S2) se da en particular para los bancos más concentrados en las zonas afectadas. Para estos bancos, la proporción ha aumentado en un 24% tras las inundaciones y riadas (desde inicios de octubre de 2024 hasta el final de febrero de 2025). En contraposición, en este mismo período, las empresas afectadas consideradas como dudosas bajaron un 9% para los bancos más concentrados en las zonas afectadas, mientras que crecieron poco más de un 3% para el resto de las entidades. No se observa un efecto particular en la evolución de la calidad crediticia para las pymes. 

En el caso de hogares, los bancos más expuestos a las zonas afectadas han aumentado más la concesión de crédito nuevo (0,02 puntos hasta febrero de 2025). Además, la proporción de deudores en vigilancia especial ha crecido más en las zonas afectadas entre los trabajadores autónomos, debido a los posibles daños ocasionados por la riada sobre los negocios familiares, como principal fuente de ingresos. Por otro lado, las entidades con más exposición en las zonas afectadas son las que más han reclasificado riesgos en situación de dudoso (0,18 puntos menos) y vigilancia especial (0,49 puntos más).

2.074 avales del ICO, por 516,74 millones€

A 31 de marzo de 2025, el ICO había concedido avales por importe de 516,74 millones€, para un total de 2.074 operaciones (con un importe medio próximo a los 249.000€), con la mayor parte de este importe concedida a partir de febrero. 

El importe dispuesto representa, hasta esa fecha, en torno al 42% de los dos primeros tramos aprobados por el Gobierno y apenas el 10,3% del importe máximo previsto inicialmente para este programa de avales. 

Este flujo de nueva financiación representa un 1,9% del saldo total de crédito a hogares y empresas en septiembre de 2024 en las áreas directamente afectadas por la DANA.

La conclusión de los expertos del Banco de España es que, a pesar del extraordinario alcance destructivo de la DANA a nivel local, su impacto sobre la estabilidad financiera ha sido muy contenido, debido a que las exposiciones de crédito afectadas representan un porcentaje pequeño del total a nivel nacional y a las medidas mitigadoras impulsadas por las Administraciones Públicas. 

En diciembre de 2024 comienzan a emerger patrones diferenciados en crecimiento de crédito en las zonas afectadas en relación con otras que son comparables desde el punto de vista socioeconómico, pero que no se han visto afectadas por la catástrofe. De forma general, en las zonas afectadas se observa un mayor crecimiento del crédito a hogares y empresas, lo que contribuiría a mitigar sus efectos económicos negativos, pero también una peor evolución diferencial de la calidad crediticia. La magnitud de estos efectos locales sobre el crédito es relativamente contenida en términos económicos. En cualquier caso, la gestión de las consecuencias económico-financieras de la DANA está aún lejos de darse por concluida y seguirá siendo objeto de seguimiento estrecho en los próximos meses, a fin de evaluar su eficacia y determinar el momento adecuado para retirar —o, en su caso, prolongar— las medidas públicas introducidas —todas de ellas de carácter inherentemente temporal—

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