26 Sep
26Sep

Miguel Ángel Valero

CaixaBank, en colaboración con otros ocho grandes bancos europeos – ING, Banca Sella, KBC, Danske Bank, DekaBank, UniCredit, SEB y Raiffeisen Bank International – ha anunciado la creación de una stablecoin vinculada al euro, diseñada conforme al Reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) de la Unión Europea. 

Este nuevo instrumento de pago digital, basado en tecnología blockchain, aspira a consolidarse como un referente de confianza en el ecosistema financiero europeo. La stablecoin permitirá pagos y liquidaciones casi instantáneos, de bajo coste y disponibles 24/7, incluyendo transacciones transfronterizas, pagos programables, mejoras en la gestión de la cadena de suministro y liquidación de activos digitales como valores y criptomonedas. 

Mariona Vicens, directora de Transformación Digital y Advanced Analytics de CaixaBank, ha señalado que "la tecnología está transformando profundamente la infraestructura financiera y, en especial, los estándares para la realización de pagos y transacciones. En CaixaBank hemos sido referentes en desarrollar de forma muy temprana innovaciones que posteriormente han contribuido a la transformación de los servicios de pago, colaborando con autoridades y reguladores tanto en el ámbito de pagos digitales minoristas como mayoristas”.

“Con esta misma visión, impulsamos un proyecto que ha conseguido reunir un sólido apoyo de entidades bancarias relevantes y tiene un alto potencial para sumar nuevos apoyos de otros actores, financieros y tecnológicos. Creemos que la iniciativa puede marcar un paso importante en la construcción de un ecosistema digital de pagos europeos robusto y confiable que refuerce la autonomía estratégica europea en el ámbito de los pagos”, subraya.

La stablecoin estará regulada por el Reglamento MiCA de la Unión Europea, y se espera que se emita en la segunda mitad de 2026. El consorcio de la stablecoin, con los bancos mencionados como miembros fundadores, ha constituido una nueva empresa en los Países Bajos, que solicitará licencia como institución de dinero electrónico y estará supervisada por el Banco Central neerlandés.El consorcio está abierto a la incorporación de más bancos, y se prevé la designación de un CEO en un futuro próximo, sujeto a aprobación regulatoria.

La iniciativa aspira a proporcionar una opción europea al mercado de stablecoins dominado por opciones denominadas en dólares, contribuyendo a la autonomía estratégica de Europa en materia de pagos. Los bancos participantes podrán ofrecer servicios de valor añadido, como monederos de stablecoin y custodia.

Boerse Stuttgart desembarca en España

Al mismo tiempo, Boerse Stuttgart Digital, la unidad de negocio del Grupo Boerse Stuttgart especializada en infraestructuras para criptomonedas y activos digitales, abre oficina en Madrid, marcando así su desembarco oficial en el mercado español, donde ya venía operando en colaboración con entidades españolas. Con este movimiento, la compañía consolida su presencia en España, lo que representa un paso más en su estrategia de expansión europea y refuerza su compromiso con el sur del continente, tanto en apoyo a sus clientes locales como a su desarrollo regional.

Esta llegada responde al creciente interés de las entidades financieras españolas por trabajar con un socio regulado, seguro y con experiencia comprobada en el ecosistema cripto. En los últimos meses, numerosas entidades financieras en España han avanzado significativamente en la preparación de ofertas relacionadas con criptoactivos, impulsadas por la entrada en vigor de la regulación europea MiCAR. 

Tras convertirse en el primer proveedor en obtener la licencia europea MiCAR en Alemania, Boerse Stuttgart Digital refuerza su posición como referente regulatorio en Europa. Gracias a su modelo de "one-stop-shop", la compañía ofrece soluciones reguladas modulares para trading, corretaje y custodia de activos digitales, permitiendo a bancos, brokers y gestores de activos ofrecer a sus clientes una experiencia segura, regulada y completamente adaptada al marco normativo europeo.

La nueva oficina de Madrid estará liderada por Joaquín Sastre, Managing director de España, Chief Revenue Officer y responsable del Negocio Institucional de Boerse Stuttgart Digital en toda Europa, que contará con un equipo propio que ya venía trabajando en el mercado español. Esta apertura permite reunir al equipo bajo un mismo techo y reforzar la presencia local y en el sur de Europa. Desde Madrid, colaborarán de forma directa con clientes y socios para adaptar las soluciones del grupo a las necesidades del mercado. 

“España es un mercado clave en nuestra estrategia de crecimiento internacional. Con la llegada de MiCAR y una regulación más armonizada en Europa, vemos una oportunidad clara para acompañar a las instituciones financieras españolas en su transformación hacia los activos digitales, que suponen la mayor innovación en la industria de las últimas décadas, y que son un paso inevitable para estas entidades globales, las cuales tendrán que transicionar a productos digitales”, explica Joaquín Sastre. “Con más de 160 años de experiencia del Grupo Boerse Stuttgart en los mercados financieros, somos capaces de combinar lo mejor de los mercados digitales y tradicionales, garantizando los más altos estándares de seguridad, estabilidad y transparencia. Nos posicionamos como el socio de confianza para ofrecer soluciones B2B y B2B2C integradas y personalizadas a lo largo de toda la cadena de valor del ecosistema cripto y de activos digitales, tanto en Europa como a nivel global”.

El grupo participó en las pruebas pioneras con el Banco Central Europeo (BCE) y el Bundesbank, para liquidar operaciones bursátiles con valores tokenizados utilizando dinero del banco central en blockchain, reduciendo los tiempos de liquidación de dos días a solo unos minutos.

BingX: capacidad para absorber la aversión al riesgo

Vivien Lin, Chief Product Officer de BingX, asegura que el mercado de criptomonedas está enviando "señales complejas, propias de una fase de madurez y no de simple euforia". La reciente turbulencia, marcada por correcciones abruptas tanto en bitcoin como en ethereum, "no debe verse como una debilidad estructural, sino como la limpieza natural de un ecosistema en crecimiento".

Bitcoin, a pesar de experimentar su caída más pronunciada del mes, cierra septiembre con una ganancia sólida y atípica. Esto no es solo una métrica, es una declaración: el activo digital líder está demostrando una resiliencia que desafía los patrones históricos. Esta capacidad para absorber la aversión al riesgo y mantener el rumbo ascendente apunta a un cambio de narrativa, donde la demanda de largo plazo supera la especulación cortoplacista. El desafío no es solo superar niveles de resistencia clave, sino consolidar la convicción de que estamos construyendo una base firme para el próximo ciclo alcista.

Ethereum, por su parte, refleja una vulnerabilidad mayor a los movimientos de capital especulativo, lo que se traduce en liquidaciones más violentas. Sin embargo, su retroceso no minimiza su valor fundamental como la plataforma de liquidación global de las finanzas descentralizadas (DeFi). Las presiones a corto plazo son un recordatorio de que la especulación sigue siendo intensa, pero la verdadera batalla de ethereum se libra en la innovación subyacente y en la solidez de sus zonas de soporte psicológico.

"La volatilidad reciente es una purga de la espuma especulativa. El contexto general sigue siendo de expansión estructural. La verdadera historia de este mercado es la adopción institucional silenciosa y la innovación implacable que se construye detrás de las fluctuaciones diarias. El experto debe mantener una visión paciente: la disrupción no se mide en días, sino en hitos fundamentales como el crecimiento de las stablecoins y la evolución de los protocolos DeFi", concluye.

Donde el panorama se torna inequívocamente positivo es en la infraestructura financiera del ecosistema. El hito histórico de la oferta total de stablecoins superando los 300.000 millones$ es la prueba irrefutable de que el dinero digital ya es un pilar del sistema financiero global. Las stablecoins no son solo un refugio contra la volatilidad; son el combustible para la actividad económica on-chain, el puente que conecta el valor tradicional con la velocidad y eficiencia de la blockchain.

A pesar de la volatilidad de los activos principales, el sector DeFi sigue avanzando a un ritmo frenético. "Observamos una tendencia clara: la innovación se centra en la institucionalización y la conformidad regulatoria", subraya esta experta. Las entidades están "sentando las bases para que la próxima ola de capital institucional entre en el ecosistema, transformando DeFi de un experimento a una infraestructura financiera global e ineludible".

The Trader: los índices no quieren empresas con tesorería cripto

El analista Pablo Gil transmite, en The Trader, una visión no tan optimista: "El entusiasmo por las compañías que acumulan criptomonedas en sus balances (digital-asset treasury companies o DAT) se ha desinflado con rapidez". Durante meses atrajeron a inversores que, inspirados en la estrategia de Michael Saylor, pagaban una prima por tener cripto a través de acciones corporativas. Hoy esa narrativa hace agua: la media de estas compañías cayó un 15%, y ejemplos como ALT5 Sigma o Kindly MD se han desplomado hasta un 80% desde máximos.

El mejor termómetro de este agotamiento es la caída del mNAV premium, que mide cuánto pagan los inversores por encima del valor real de las criptos que guarda una empresa en balance. En su momento, el mercado llegó a pagar mucho más por un bitcoin dentro de una corporación que en el mercado abierto. Ahora esa prima se ha reducido casi a niveles residuales, reflejando que cada vez tiene menos sentido comprar cripto a través de una acción.

A esta pérdida de atractivo se suma otro golpe institucional: el S&P 500 ha rechazado la entrada de Strategy (antes MicroStrategy), pese a cumplir los requisitos técnicos para ello. JP Morgan lo califica como un jarro de agua fría para todas las compañías con tesorería cripto. El mensaje es claro: los grandes índices no quieren llenar su composición de empresas cuya mitad del balance está en Bitcoin. Este portazo pone en duda que el camino indirecto al bolsillo institucional siga abierto.

En paralelo, el mercado pone el foco en la inteligencia artificial y la infraestructura que la sostiene. Oracle, durante años rezagada en la narrativa tecnológica, acaba de convertirse en protagonista absoluto. La compañía proyecta que los ingresos de su negocio en la nube impulsado por IA pasarán de menos de 20.000 millones$ este año fiscal a 144.000 millones en 2030. Para lograrlo, espera un crecimiento exponencial: 18.000 millones este año, 32.000 millones el próximo, 73.000 millones en 2028 y más de 100.000 millones a partir de 2029.

El mercado reaccionó con la mayor subida diaria de Oracle desde 1992, un alza del 36% que añadió 250.000 millones$ a su capitalización en una sola jornada. Y no es solo optimismo: la compañía firmó en el último trimestre cuatro contratos multimillonarios, elevando su cartera de pedidos a 455.000 millones, un 359% más que el año anterior, con clientes de primer nivel como OpenAI, Meta y xAI.

Oracle también ha asegurado un enorme volumen de GPU de Nvidia, el recurso más escaso en la carrera por la IA, y los alquila a través de su negocio OCI, compitiendo de lleno con Amazon y Google. La apuesta es tan fuerte que su inversión en infraestructuras se disparará un 66% de 2025 a 2026.

"El contraste no puede ser más claro: mientras la moda de las tesorerías cripto se hunde por falta de fundamentos y pierde apoyo institucional, Oracle y sus inversores apuestan a que la IA no es un relato especulativo, sino un cambio estructural que redefine las jerarquías del mercado. De ser una compañía ignorada en la era de los “7 Magníficos”, ahora se encamina a convertirse en el décimo valor más grande del S&P 500, con un lugar asegurado en el podio de los gigantes tecnológicos del futuro", subraya Pablo Gil.

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