Miguel Ángel Valero
El 12,3% de los alumnos sufre acoso escolar, 2,9 puntos más que en el curso anterior, según el VII Informe sobre el Acoso Escolar La opinión de los/as estudiantes, elaborado por Fundación Mutua Madrileña y Fundación Anar (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo)
El acoso escolar presencial se mantiene en el 6,5%, el ciber se multiplica por dos, del 1,1% del curso 2023-24 al 2,2%, lo mismo que el mixto (presencial más ciber), del 1,8% al 3,6%.
Un 5,8% de los alumnos reconoce que en su clase hay casos de ciberacoso, que se concentra entre los que tienen de 11 a 12 años (64.7%) y en los hombres (49,5%). El 15,8% de los estudiantes (+5,9%) asegura que las víctimas de ciberacoso de su clase lo sufren más de un año. Pero el 33,7% (-3,7 puntos) señala que es durante meses.
El 66.4% del ciberacoso se realiza a través de WhatsApp, el 50,5% en Instagram, el 49,5% en TikTok, el 45,8% mediante videojuegos y online (45,8%, especialmente en Primaria).
La inteligencia artificial (IA) se usa en el 14.2% del ciberacoso. Más los hombres (29,4%) que las mujeres (21,3%). La creación de videos falsos a partir de fotografías y/o audios manipulados (54,8%) y la suplantación de identidad (32,2%) son los sistemas más utilizados. WhatsApp, Instagram, TikTok, Discod, ChatGPT, Fornite, Brwal Stars y Clash Royale son los canales y aplicaciones de IA más utilizados.
Los alumnos combaten el ciberacoso haciendo capturas de pantalla (67,7%), bloqueando la cuenta (59,2%), no reenviando videos, fotos o memes de la víctima (57,7%) y con denuncias (53,1%).
“Con el ciberacoso ya se alcanza hasta el último rincón de tu casa, ya no estás a salvo. Además, antes el acoso se limitaba a 8 horas, durante la estancia en el colegio, ahora lo tienes 24 horas”, recalca el director general de la Fundación Mutua Madrileña, Lorenzo Cooklin.
Para el director técnico de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, el crecimiento del ciberbullying es “peligroso”, porque “persigue” a la víctima. Critica que “se ha entregado el teléfono móvil un par de años antes” de la edad recomendada, y además los niños se creen que controlan el uso de los dispositivos cuando no es así. "Tenemos una herramienta que tiene capacidad para hacer prácticamente de todo. Para hacer daño puede ser enormemente lesivo. Esto implica que las consecuencias van a ser peores”, avisa.
Acoso presencial estabilizado
El 6,5% de los alumnos asegura que en su clase hay un caso de acoso presencial, que sufren más los que tienen entre 11 y 12 años. El 42,8% (-4,5 puntos respecto al curso anterior) lo padece durante meses, y el 28,2% (+1,6 puntos), durante más de un año. La media está en los 13 meses, más de un curso.
Aumentan 8,7 puntos las agresiones físicas, y ya suponen el 30,9% de las formas de acoso presencial. Este dato preocupa enormemente por lo que supone de "normalización de la violencia"Predominan los insultos, motes y burlas (84,8%, aunque bajan 2,8 puntos), y el aislamiento (44,8%, +2,2 puntos). También se incrementa la difusión de rumores (+2,6, hasta el 29,4%), las amenazas (+0,5, 21,4%) y el robo o rotura de objetos (13,2%, +1,8).
Se acosa al otro por las cosas que hace o dice (60,1%), por su aspecto físico (54,9%), problemas personales (27,1%), porque huele mal o viene sucio (22,6%), cultura, raza o religión (19,5%), es nuevo (17,7%), por sus notas (15,7%) o por su orientación sexual (9,4%).
Las agresiones en grupo siguen siendo las más frecuentes (42,6%), aunque bajan 7,2 puntos. Sube del 15,6% al 16,4% el acto con un solo agresor.
“Los escolares ya saben lo que es el acoso, no lo están confundiendo con una riña, pelea o problema puntual. Saben muy bien lo que es el acoso escolar y lo que lleva consigo”, subraya Lorenzo Cooklin. “Hay entre uno y dos casos de acoso por clase. Los alumnos lo ven más que el ciberacoso, y por eso aparecen más en las estadisticas", añade.
Un punto más de inacción
Otro dato que preocupa es que sigue creciendo, en este año casi un punto (aunque el anterior fue de +3,2 puntos), el porcentaje de alumnos que no hacen nada ante una situación de acoso.
“El mal existe, es innato a la naturaleza humana. Lo que sí se trata es de paliar los efectos, ayudar a las víctimas”, insiste Benjamín Ballesteros.
Entre los síntomas de un posible acoso, una actitud pasiva, soledad, aislamiento, incapacidad para pedir ayuda, problemas de sueño, bajo rendimiento escolar, problemas de alimentación, conductas agresivas.
Entre las consecuencias, tristeza, ansiedad, baja autoestima, problemas de seguridad y autoimagen, desesperanza o indefensión, problemas de relación social.
El informe resalta que hay que actuas ante las primeras señales de acoso, para que el problema no se agrave, y no lleve a trastornos de estrés postraumático, problemas de autoestima, dificultades de afrontamiento o de relaciones sociales en la edad adulta.
La visión de los profesores
El 15% de los profesores conocen un caso de acoso escolar, 5,9 puntos menos que el año anterior. En el 46,3% de los casos se conoce porque lo cuentan testigos, y en el 44,4%, la víctima. En el 70,9% es acoso presencial; en el ciberacoso es el 7,3%, y en ambos, el 21,8%.
Consideran que el acoso escolar se produce por la presión del grupo de amigos/as (89,9%), el uso indebido de las nuevas tecnologías/redes sociales (89,9%), la falta de respeto a las diferencias (88,5%) y la normalización de la violencia (88%).
Los agresores se caracterizan por la agresividad, falta de control, impulsividad, normalización de la violencia (82,5); el sentimiento de superioridad (79,6%), los problemas familiares (75,8%) y la falta de habilidades sociales (73,5%).
Aumenta en casi 7 puntos respecto al curso anterior la opinión entre el profesorado de que los centros solo intervienen “a veces” (64,5%) frente al acoso escolar, especialmente en secundaria (71%). Por el contrario, disminuye 7 puntos la de aquellos (32,5%) que consideran que los centros intervienen de forma adecuada.
Las barreras que citan que tienen los centros escolares para intervenir en casos de acoso escolar son la falta de recursos (88,9%), los problemas burocráticos (65,2%) y la falta de formación entre el profesorado (51,8%).
Según Benjamín Ballesteros, el aumento de las ratios de número de alumnos por profesor, la falta de tiempo de los docentes y la burocracia a la que se tienen que enfrentar son cuestiones que dificultan un mejor abordaje del acoso. "Los profesores hacen todo lo que pueden y más", añade Lorenzo Cooklin.