Las refinerías de EEUU son las mayores compradoras de petróleo barato, viscoso y sulfuroso que produce Venezuela, adquiriendo el 40% de todo el petróleo exportado por el régimen de Maduro en 2024.
Los aranceles a todos los países que gravan las importaciones de EEUU pueden fragmentar los mercados internacionales, reducir la eficiencia y perturbar las cadenas de suministro establecidas.