Con el inicio del nuevo curso escolar vuelve la preocupación de muchas familias en España sobre la posibilidad de que sus hijos e hijas puedan ser víctimas de acoso y ciberacoso escolar. En este contexto, onLygal, la compañía especializada en soluciones legales de protección jurídica y servicios legales, vuelve a dar las claves necesarias sobre sobre cómo actuar ante estas situaciones de violencia cuyas consecuencias pueden llegar a ser devastadoras: ansiedad, depresión, aislamiento social, incluso pensamientos o prácticas suicidas.
Convencidos de que la rápida intervención de los padres es fundamental para tomar medidas cuanto antes de cara a cesar la conducta de acoso que está afectando a sus hijos, los expertos de onLygal les recomiendan, en primer término, estar alerta ante la más mínima sospecha, bien por cambios en el comportamiento de su hijo/a, aislamiento, síntomas físicos, excusas para no ir al colegio, etc., y hablar con él/ella mostrándole comprensión y respaldo.
A ello añaden, recabar la máxima información acerca de qué está ocurriendo, desde cuándo y dónde, y quién o quiénes son los acosadores. Esto es fundamental para reunir todas las pruebas que puedan ser necesarias –correos electrónicos, grabaciones de conversaciones, vídeos, fotografías o capturas de pantallas de WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales–, y documentar una cronología de los hechos. Importante también es guardar partes de lesiones o informes de psicólogos y/o psiquiátricos si los hubiera.
Toda esta información deberá ser aportada en una reunión con el tutor/a del menor para poner los hechos en su conocimiento y pedir al centro la debida protección y la investigación correspondiente. Este debe confirmarles tanto las medidas protectoras como sancionadoras activadas de acuerdo con el protocolo de actuación oficial, que el centro escolar debe seguir en estos casos para frenar el acoso y asegurar el bienestar del menor. Una vez puesto en marcha este protocolo de actuación por parte del colegio o instituto, los progenitores transmitirán al centro escolar la satisfacción o desaprobación del proceso.
Si la situación no se resuelve, desde onLygal recomiendan trasladar toda la documentación disponible al Servicio de Inspección Educativa de su comunidad autónoma para que examinen el caso de forma detallada y, de confirmarse la evidencia, implanten un plan de intervención con un seguimiento pormenorizado. Si el problema persiste, el siguiente paso es elevarlo a la Dirección Provincial de Educación, y, en casos de extrema gravedad, dirigirlo a la Fiscalía de Menores.
“En cualquiera de los casos, desde onLygal recomendamos a las familias buscar siempre el asesoramiento y acompañamiento de abogados especializados en este tipo de casos. Su función durante todo el proceso de resolución no solo protege el desarrollo y bienestar del menor, sino también la tranquilidad y la seguridad de los padres y que, en la medida de lo posible, la familia pueda mantener sus rutinas habituales”, explica Natalia Mañas, responsable del Centro de Asistencia Jurídica de onLygal.
Por último, agotadas todas las anteriores vías sin resultado positivo, los expertos de onLygal aconsejan acudir en última instancia a los juzgados e interponer una denuncia por vía civil y/o vía penal. Muchas veces el acoso escolar va acompañado de otras conductas delictivas tales como amenazas o agresiones físicas, cuyas penas deben ser fijadas por la vía penal.
Según datos de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar, España encabeza el ranking mundial de acoso y ciberacoso escolar, con más de 300.000 casos registrados cada año. A este dato se suma que, de acuerdo con un Informe reciente de onLygal, entre las preocupaciones y necesidades legales de los padres españoles de hijos menores de edad, destacan el acoso escolar en la niñez (67%) y el ciberacoso (69%) en la adolescencia.
“Estamos ante un problema acrecentado por la utilización masiva que hacen menores y adolescentes de las redes sociales. Por ello, este tipo de actos no desaparecen en el periodo vacacional, pero es en la escuela o en el instituto donde se multiplican las formas de ejercer violencia y vulneración de derechos”, concluye Mañas.