14 Sep
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Miguel Ángel Valero

José Fernández López. Un empresario sin miedo al riesgo, de Marisa Gallero (492 páginas, LID Editorial) es mucho más que la biografía del fundador de Zeltia, Transfesa, y Pescanova, entre otros muchos proyectos. Es, sobre todo, una recuperación de un pasado que no se debe perder, por mucho que la obra comience con una cita de Julian Barnes en El loro de Flaubert: "¿Cómo contamos el pasado? ¿Llegamos a atraparlo alguna vez?".

Es también un trabajo que ofrece la posibilidad de aprender de los errores y de los aciertos de quien, según el prólogo de Bieito Rubido, director de El Debate, es "uno de los cinco grandes empresarios del siglo XX", por su "vocación de hacer más grande su país, de servir a los demás". Por hacer realidad eso de que "quien no vive para servir, no sirve para vivir".

Un libro, iniciativa del hijo del biografiado, José María Fernández Sousa-Faro, presidente de PharmaMar, una de las pocas empresas españolas que sobresalen en el mundo por su investigación, desarrollo e innovación. Y que debía escribir Rubido, entonces director de ABC, y que cedió el testigo a Marisa Gallero.

En un trabajo que, en ocasiones, abruma por tanto detalle, podemos descubrir que la clave del éxito de ese "autentico visionario que supo adelantarse a su tiempo", como lo describe la autora, está una decisión poco habitual, y menos en Galicia: los hijos de Antón de Marcos (Concepción, Manuel, José y Antonio) decidieron no dividir el legado paterno y continuar juntos en los negocios como socios a partes iguales. A partir de ahí, de esa visión, los Fernández de Lugo comienzan a forjar uno de los imperios empresariales más notables de la España del siglo XX.

Para el hijo, "una de las razones de su gran éxito como empresario es que fue capaz de rodearse de un buen equipo, transmitirle sus valores y tenerlo adecuadamente motivado". Uno de los lemas de José Fernández era "hacer que hacer lo lo malo, bueno, y de lo bueno, lo mejor".

Otra de las lecciones que deja este empresario es que las delegaciones de sus empresas funcionen por comisiones de lo que vendan, como si fueran independientes, cerrando las agencias que, por su volumen real de negocio, no justificaban los gastos fijos que en ellas se originaban. "Creía en responsables que dirigen", con una cuenta de resultados que mida éstos "de una forma objetiva, y no por pelotear a nadie". Crea un sistema para medir la gestión y la responsabilidad, lo que "motivaba más al personal".

También sabe reestructurar la gama de productos para centrarse en los de mayor valor añadido. Y llevar al máximo la regla de la diversificación, "más de un país por especie, más de una especie por país", para depender lo menos posible de unos y de otros.

Pero lo que caracteriza a José Fernández López  es su mirada larga: "el resultado económico del ejercicio debe medirse, no por las cifras cuantitativas obtenidas, sino por el fortalecimiento económico-financiero conseguido, que nos permitirá encaramar ejercicios sucesivos con distinta perspectiva y rentabilidad".

La obra de Marisa Gallero, merecedora del Premio LID de Biografía Empresarial 2025, pone el dedo en la llaga al denunciar la situación real de la documentación de las empresas: "Como la vida, llena de contradicciones, así es la documentación. O mucha o nada. ¡Lástima que a veces sea tan escasa! La mayoría, perdida", critica la autora. "Incluso organismos institucionales todavía no han catalogado al documentación del siglo XX. El valor de la memoria está sepultado en documentos que nadie ha podido desembalar, clasificar y digitalizar".


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