Miguel Ángel Valero
En Sintra (Portugal), los mayores bancos centrales del planeta y principales garantes de la estabilidad de precios se reúnen para intercambiar impresiones. En el discurso inaugural, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde defendía que la geopolítica actual obliga a tomar decisiones más rápido y adaptadas al contexto. Defiende el objetivo de inflación del +2%, pero con una gestión más flexible que en el pasado.
Christine Lagarde ha presentado una actualización del marco de política monetaria del BCE, que, según afirmó, permitirá una mejor incorporación de los riesgos y una respuesta más ágil ante shocks inflacionarios. Esta revisión surge a raíz del repunte de precios en 2021, un episodio con el que la propia Lagarde se ha mostrado crítica porque haber debilitado la credibilidad de la autoridad monetaria. Según explicó, de haber contado entonces con este nuevo enfoque, se habría evitado transmitir una falsa sensación de certeza al público. Con esta estrategia, el BCE se compromete a actuar frente a acelerones en los precios, independientemente de su origen, incluso en casos considerados temporales, que antes se solían ignorar por temor a intervenir demasiado tarde.
Por su parte, el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, defiende la nueva estrategia de política monetaria del BCE en el Blog de la institución: "Los bancos centrales nacionales del Eurosistema -entre ellos el Banco de España- y el Banco Central Europeo- hemos colaborado durante un año en la actualización de nuestra estrategia de política monetaria, solo cuatro años después de la revisión previa. El objetivo es adaptarla a los nuevos tiempos y ser más eficaces en el cumplimiento de nuestro mandato. Esta revisión no es una cuestión menor. Piense que, desde sus inicios, en 1998, solo se había revisado previamente en dos ocasiones, en 2003 y en 2021".
"La actualización llega en el momento justo. Resulta necesaria para afrontar con garantías el entorno actual, marcado por la fragmentación geopolítica, el cambio climático, el auge de la inteligencia artificial y envejecimiento poblacional. Este contexto podría hacer que las perturbaciones sobre la inflación sean más frecuentes y difíciles de anticipar. Pero también el futuro, en la medida en que todos estos factores puedan hacer que los precios cambien más de lo habitual y sea más difícil mantenerlos estables. Todo ello implica que tener nuestra 'caja de herramientas' a punto es clave para ser capaz de responder a este nuevo contexto", argumenta.
"Nuestro mandato sigue siendo el mismo: mantener la estabilidad de precios que es también nuestra mejor contribución al crecimiento de la economía del área del euro, pero para cumplirlo con la mayor eficacia hemos puesto al día nuestras herramientas. Pero este trabajo no acaba; seguiremos adaptándonos a un mundo en constante cambio y, por ello, nos comprometemos a volver a revisarla en 2030", añade el gobernador del Banco de España.
Mientras, en la zona euro, el crecimiento de la oferta monetaria se mantiene en niveles sólidos, apenas una décima por debajo de los máximos de febrero. En mayo, la M3 registró un avance del +3,9% interanual, en línea con lo observado el mes previo. Por sectores, los préstamos a empresas no-financieras se incrementaron un +2,5% interanual (vs. +2,6% en abril), mientras que los préstamos a hogares se aceleraron hasta el +2% interanual (vs. +1,9% anterior). En conjunto, estas cifras apuntan a que la reactivación del crédito privado de la región se mantiene resiliente, confirmando que la bajada de los tipos del BCE se traduce en una aceleración de los préstamos.
Ronald Temple, estratega jefe de Mercados de Lazard, estima que la inflación de la zona euro se mantendrá en el objetivo del 2% del BCE o incluso por debajo de él: “En la medida en que los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones de la zona euro acaben siendo más elevados de lo que prevén actualmente los mercados podría producirse una presión a la baja adicional sobre la inflación debido a los efectos negativos sobre las exportaciones de la zona del euro y los niveles de actividad económica en general”.