10 Dec
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Miguel Ángel Valero

Según se desprende de la segunda Evaluación de la OCDE sobre Competencias de Adultos, las competencias en comprensión lectora y matemática de los adultos han sufrido un notable retroceso o estancamiento a lo largo de la última década en la mayoría de los países de la OCDE. Los descensos han sido más acusados y generalizados en el caso de los adultos con un nivel educativo bajo.

La Evaluación midió las competencias de aproximadamente 160.000 personas de entre 16 y 65 años en 31 países, 27 de los cuales participaron en la primera Evaluación, realizada en 2013. También se analizó cómo se utilizan en el trabajo la compresión lectora, la capacidad de cálculo y la resolución de problemas. El objetivo de la Evaluación es aportar datos que demuestren que la adquisición y el uso de competencias mejoran las perspectivas de empleo y la calidad de vida, además de impulsar el crecimiento económico.

Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por los gobiernos y los interlocutores sociales para reforzar los sistemas de educación y formación de adultos en la última década, solo se han observado mejoras significativas de las destrezas de los adultos en comprensión lectora en Finlandia y Dinamarca. En cuanto a la capacidad de cálculo, ocho países mejoraron sus puntuaciones medias, con Finlandia y Singapur a la cabeza. No obstante, en la mayoría de los países ha disminuido la competencia en lectura del 10% de la población con peor nivel, y lo mismo ha ocurrido con la capacidad de cálculo. Al mismo tiempo, los resultados del 10% de la población con mayor nivel han mejorado, por lo que se han acentuado las desigualdades en materia de competencias dentro de los países. En 2023, Singapur y Estados Unidos exhibían las mayores desigualdades en competencias en lectura y capacidad de cálculo.

"Los adultos con mayores competencias en matemática tienen más probabilidades de trabajar, de ganar un salario más alto y de disfrutar de mejor salud y satisfacción con su vida que los menos dotados de estas competencias", declaró Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE. "Esta Evaluación subraya la necesidad urgente de reconsiderar en profundidad el modo en que los países promueven el desarrollo de competencias fundamentales. Ahora que la tecnología está redefiniendo muchos empleos, estas competencias son más importantes que nunca para encarar el mundo laboral del mañana. Invirtiendo en competencias, los gobiernos fomentarán la resiliencia e inclusión de los trabajadores, lo que redundará en una prosperidad sostenible para todos".
Finlandia, Japón, Países Bajos, Noruega y Suecia son los países con mejores resultados en los tres ámbitos. Once países (Chile, Corea, Croacia, España, Francia, Hungría, Israel, Italia, Lituania, Polonia y Portugal) se sitúan sistemáticamente por debajo del promedio de la OCDE en todas las categorías de competencias. 

Tras el descenso de los niveles medios de competencias subyace un aumento de las desigualdades dentro de los países. En muchos países, los adultos con peores resultados fueron los que experimentaron mayores descensos en sus competencias de comprensión lectora y, por término medio en el conjunto de los países participantes, uno de cada cinco adultos solo es capaz de comprender textos sencillos o resolver operaciones aritméticas básicas. Además, en la mayoría de los países las competencias de los adultos siguen estando muy condicionadas por el estrato social. 
Como el nivel de comprensión lectora ha descendido más entre los hombres que entre las mujeres, en muchos países se ha reducido la disparidad de género a este respecto. Por otra parte, los hombres siguen superando a las mujeres en capacidad de cálculo y resolución adaptativa de problemas. A su vez, los adultos nacidos en un país extranjero tienen menor nivel de competencias que los adultos autóctonos en casi todos los países. En algunos de ellos, el aumento observado en la última década de la proporción de adultos nacidos en el extranjero explica en parte el descenso de las puntuaciones medias obtenidas en comprensión lectora.

Pero España mejora. El resultado en lectura, 247 puntos, está ahora 13 por debajo de la media de la OCDE, cuando en 2013 eran 21. Y su rendimiento en matemáticas, 250 puntos, se halla a 15 del promedio del mundo desarrollado, cuando hace 10 años eran 23. Aunque sigue muy lejos de los mejores, que son los países escandinavos (con Finlandia, 296 puntos, a la cabeza) y Japón. En matemáticas, España empata con Estados Unidos, aventaja al resto de países del sur de Europa, y queda también a mucha distancia de los nórdicos y Japón.

Además, la mejora comparativa de España se debe a que buena parte de los países de su entorno empeoran respecto a la década anterior. En lectura, las caídas alcanzan siete puntos en Francia; 31 en Polonia. En matemáticas, Hungría pierde 17 puntos y Polonia, 21. 

Hay que tener en cuenta que España es el sexto país donde más ha crecido la población extranjera desde la anterior edición del estudio de la OCDE, y los migrantes proceden, en general, de Estados con sistemas educativos más débiles. Desde 2013, España recibió 6,5 millones de personas procedentes de otros países, de los cuales 2,6 millones eran de Latinoamérica y casi un millón de África

El 22% de los asalariados españoles está sobrecualificados para el puesto que ocupa, frente al 21% de la UE y el 23% de media en la OCDE.

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