Juan José del Valle, analista de Activotrade SV
En 2025, las small caps españolas están demostrando un notable potencial de revalorización. Aunque suelen pasar desapercibidas frente a los gigantes del IBEX 35, el índice Ibex Small Cap ha mostrado una proyección de crecimiento superior al 60%, superando a las grandes empresas del mercado.
En el ámbito bursátil español, la atención generalmente se concentra en los gigantes del IBEX 35, como Inditex, banca, Telefónica y Repsol. No obstante, en un segundo plano, existe un grupo de pequeñas empresas cotizadas que poseen un gran potencial: las small caps. Estas compañías, con una capitalización bursátil modesta (se consideran small caps aquellas con una capitalización entre 300 millones€ y 2.000 millones, aunque en España a partir de 100 millones se podría incluir en este grupo), suelen pasar inadvertidas, pero pueden ofrecer oportunidades atractivas para los inversores que estén dispuestos a explorar más allá de los focos habituales del mercado.
En España, las small caps cotizan en su mayoría en el Mercado Continuo y en el BME Growth (antes conocido como MAB). Pertenecen a sectores muy diversos: desde la salud, la tecnología y las energías renovables, hasta la industria tradicional. Suelen tener modelos de negocio más flexibles y una capacidad de adaptación rápida a los cambios del entorno.
Small caps españolas destacadas:
Estas compañías operan en campos como la tecnología, construcción, salud, defensa, energías renovables o medios, y representan la diversidad y dinamismo que muchas veces pasa inadvertido para el gran público. Cada una de ellas tiene una historia por descubrir y un camino de crecimiento que podría sorprender al mercado.
Ventajas e inconvenientes de las Small Caps
El atractivo de las small caps radica en varias claves. Primero, su potencial de crecimiento es superior al de las grandes compañías, simplemente porque parten de una base menor. Segundo, al tener menos cobertura por parte de analistas y medios, sus precios pueden reflejar ineficiencias que un inversor bien informado puede aprovechar. Y tercero, en contextos de recuperación económica, suelen comportarse mejor que las grandes.
Pero, evidentemente, no todo son ventajas. Invertir en small caps implica riesgos: su liquidez es más reducida, lo que puede dificultar la entrada o salida del capital; su cotización es más volátil; y, en algunos casos, la información financiera disponible es limitada. A todo esto debemos añadir su mayor dependencia del ciclo económico y de las condiciones de financiación.
Para invertir en small caps españolas, una opción es la compra directa de acciones a través de plataformas que den acceso al Mercado Continuo o a BME Growth. También podremos acceder a ellas a través de préstamos de valores. Otra vía, aunque menos habitual en España, es a través de fondos especializados en pequeñas compañías europeas. En cualquier caso, se recomienda un enfoque a largo plazo y un análisis exhaustivo de cada empresa.
Las small caps españolas representan una parte del mercado con mayor riesgo, sí, pero también con mayor potencial. Para el inversor paciente y curioso, pueden ser una fuente de rentabilidad y diversificación en una cartera equilibrada. Como ocurre con las semillas pequeñas, algunas de ellas podrían convertirse en los grandes árboles del futuro bursátil español.