Europa convence más que EEUU

Miguel Ángel Valero

Trump continúa jugando con los plazos como herramienta de presión en las negociaciones, tanto en el ámbito fiscal como en la búsqueda de acuerdos comerciales. La presión sobre el Senado, autoimponiéndose de plazo el 4 de julio para la aprobación definitiva de la reforma fiscal, dio sus frutos. 

El Senado aprueba por un margen mínimo el nuevo proyecto presupuestario, que contempla más déficit y deuda que la versión anterior. La Cámara Alta dio luz verde a su versión del borrador con un resultado ajustado: 51 votos a favor frente a 50 en contra, gracias al voto de desempate del vicepresidente. Tres senadores republicanos se desmarcaron de su partido y votaron en contra, alegando su desacuerdo con las nuevas restricciones al acceso al sistema sanitario o su oposición al elevado incremento del déficit.

El proyecto amplía y extiende la reforma fiscal de 2017 (TCJA), e introduce nuevas medidas como la exención de impuestos sobre las horas extra. Sin embargo, estas rebajas fiscales no se compensan completamente con otras disposiciones, como la eliminación de créditos a la energía limpia o las restricciones adicionales a la cobertura de Medicaid, lo que se traducirá en un aumento del déficit fiscal de 3,4 billones$ en la próxima década, aunque el Joint Committee of Taxation lo estima en 4,5 billones. 

Esta nueva versión del proyecto representa un aumento de entre 800.000 millones y 1 billón respecto a la propuesta previamente aprobada por la Cámara de Representantes. Estas proyecciones no incluyen el coste de los intereses, que pueden añadir otros 700.000 millones al déficit. 

Además, la norma eleva el techo de deuda estadounidense en 5 billones, frente a los 4 billones contemplados en el borrador anterior. El Tesoro ya había advertido que, de no aprobarse una ampliación del límite próximamente, el Gobierno podría quedarse sin liquidez en agosto. Por ello, Trump está presionando para que el 4 de julio se convierta en la fecha límite para dar el carpetazo final y firmar los presupuestos. No obstante, aún queda pendiente la votación en la Cámara de Representantes, que podría modificar el texto nuevamente y retrasar su aprobación definitiva. El proceso legislativo se ha visto entorpecido por intensos debates tanto entre las dos cámaras como dentro del propio partido Republicano. Cada cambio en una cámara obliga a una nueva votación en la otra, generando así un vaivén legislativo. Mientras los republicanos más conservadores exigen recortes de gasto más profundos, los sectores moderados muestran reticencias a las mayores restricciones de acceso a Medicaid. 

La “Gran y Hermosa” ley fiscal, irónicamente y pese a su denominación, tampoco convence a la opinión pública: según las encuestas, el 49% de los ciudadanos americanos se opone al proyecto, frente a un 29% que lo apoya. Ahora, la iniciativa vuelve a la Cámara de Representantes, para buscar su aprobación definitiva. Sin embargo, en caso de recibir modificaciones, la norma volvería al Senado. Los cambios introducidos por el Senado podrían poner en riesgo algunos apoyos republicanos que fueron clave para la aprobación de la versión de mayo. Por ello, se anticipa una jornada legislativa intensa.

En el frente comercial, a una semana de terminarse la moratoria, la presión recae esta vez sobre Japón. Trump ha amenazado con imponer aranceles del 30% o incluso del 35% sobre sus productos, superando el 24% establecido en la tabla del Liberation Day. El primer ministro japonés advirtió que prefiere no alcanzar un acuerdo antes que aceptar uno desfavorable, y fijó como línea roja la eliminación/reducción de los aranceles del 25% sobre los automóviles, una demanda que no parece estar contemplada en la agenda negociadora americana. Además, el presidente estadounidense reiteró que no habrá prórroga para la moratoria, como se había especulado semanas atrás. Trump usa el tiempo como arma de negociación ejerciendo presión sobre sus contrapartes. El mandatario quiere irse de vacaciones con los deberes hechos. 

Trump anuncia en su red social, Truth, que había alcanzado "personalmente" acuerdo con Vietnam, que pagará un arancel del 20% a todos los productos que exporte a Estados Unidos, salvo aquellos que tengan que efectuar transbordo como parte de su viaje, que abonarán el 40%. “A cambio, Vietnam hará algo inédito, otorgará acceso total a sus mercados comerciales, se abrirá a EEUU, lo que significa que podremos vender nuestros productos sin aranceles", según Trump.

Pero el acuerdo se queda, en la práctica, en “un marco flexible que sirva para futuras negociaciones”. EEUU seguirá sin aplicar el gravamen del 46% que anunció para Vietnam el propio Trump en un acto en la Casa Blanca el 2 de abril, en el que el país asiático era el tercero del mundo con tarifas más altas. Luego Trump abrió un periodo de 90 días para alcanzar acuerdos individuales, que se cumple el 9 de julio. Vietnam se compromete a tomar medidas para reducir el flujo de productos chinos exportados a EE UU a través de su país (se disparó desde lso aranceles a China en el primer mandato de Trump), aunque no queda claro cómo va a hacerlo. 

Además, la confianza de los empresarios manufactureros sigue débil. Pese a que el indicador ISM se situó en niveles de 49, por encima del 48,8 previsto y del 48,5 correspondiente a mayo, continúa en terreno de contracción por cuarto mes consecutivo. En cuanto a los componentes, los nuevos pedidos cedieron hasta 46,4 (vs. 47,6 previo), al igual que el empleo que se posicionó en 45 (vs. 46,8). Por su parte, el subíndice de precios pagados repuntó hasta 69,7 (vs. 69,4 anterior). Estas cifras son un claro reflejo de la incertidumbre que se vive actualmente en medio de la guerra arancelaria.

En mayo, el número de vacantes de empleo (JOLTS) sorprendió positivamente al repuntar más de lo esperado hasta máximos desde noviembre del año pasado. El número de puestos sin cubrir se elevó hasta los 7,77 millones, superando las previsiones (7,3 millones) y las cifras de abril (7,39 millones). Con ello, la ratio de vacantes sobre desempleados cerró en 1,07x, por encima del promedio de 0,93x correspondiente al periodo entre 2015 y 2019. La tasa de abandono –una medida de la confianza de los trabajadores de conseguir un nuevo y mejor empleo– escaló una décima hasta el 2,1%.

En cambio, en la zona euro, la inflación se mantiene en línea con los objetivos del BCE. El pasado mes, los precios crecieron a ritmos del 2% interanual, una décima por encima del dato de mayo, aunque aún acorde al objetivo. Este ligero peor comportamiento vino explicado casi exclusivamente por el componente de energía, que retiró 0,26 puntos al dato de junio (vs. -0,35 puntos en mayo). Por el lado de la subyacente, la variación de precios repitió niveles del mes anterior al situarse en +2,3% interanual, mínimos desde octubre de 2021.  La principal fuente de incertidumbre para el BCE viene por el lado de los aranceles.

Por el lado de la confianza de los empresarios, el PMI manufacturero de la Eurozona se ubicó en 49,5, una décima por encima del dato preliminar y el correspondiente a mayo. Aunque este indicador permanece en terreno de contracción (por debajo del umbral de 50), en los últimos meses se ha observado una cierta recuperación

Inversis: riesgo de estanflación en EEUU

El estratega jefe macroeconómico de Inversis, Ignacio Muñoz-Alonso, advierte de una creciente probabilidad de estanflación en EEUU como resultado de la política arancelaria impulsada por Trump, sumada a una inflación todavía elevada y un crecimiento económico en retroceso. La economía estadounidense muestra señales preocupantes. La contracción del PIB en el primer trimestre (-0,5% tras la última revisión) y la revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento para 2025 —que el Banco Mundial ha situado en el 1,4%— coinciden con una política comercial agresiva que ya ha empezado a drenar las exportaciones netas como consecuencia de las compras anticipadas frente al nuevo régimen arancelario. 

La inflación subyacente (2,8%), aún elevada, puede agravarse en otoño cuando comiencen a desplegarse los efectos de los nuevos aranceles sobre los precios. Lo mismo ocurre con las políticas antiinmigración que, aunque a corto plazo pueden reducir la cifra de desempleo, a largo plazo tensionan el mercado de trabajo por los salarios al alza a la vez que se reduce en parte la demanda interna en algunos Estados.

La Reserva Federal ha optado por la prudencia y mantiene los tipos en la horquilla de entre el 4,25% y 4,5%, anticipando una posible bajada significativa a final de año. Además, ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para 2025, del 1,7% al 1,4%, mientras que eleva la estimación de inflación del 2,8% al 3,1%.

Los consumidores van perdiendo confianza y los indicadores de sentimiento se mantienen en niveles bajos. La inversión se sostiene artificialmente en construcción e inventarios, mientras la bolsa americana sufre una rotación hacia activos defensivos, reflejando un claro descenso de apetito por el riesgo. 

Europa recupera su confianza

La Unión Europea, por el contrario, comienza a ofrecer señales más positivas. Aunque el impacto de los aranceles estadounidenses se dejará notar, su efecto acumulado en el PIB europeo entre 2025 y 2027 sería moderado, de -0,65% según el Banco Central Europeo (BCE). Alemania, por su parte, ha aprobado un ambicioso paquete fiscal sin precedentes que supondrá un estímulo de un billón€ durante la próxima década.

Este cambio estructural se produce en un momento crítico: Alemania intenta recuperar competitividad tras años de desinversión industrial, encarecimiento energético y declive demográfico. Las nuevas políticas comienzan a generar un efecto positivo en los índices de confianza y podrían traducirse en crecimientos cercanos al 1,5% para 2026.

El BCE tiene el trabajo más adelantado. La facilidad de depósito se encuentra en el 2% después de la última bajada de tipos, ya alineado con el objetivo de inflación. Si bien queda por determinar la estabilidad de precios teniendo en cuenta las tensiones que se avecinan, Europa igualará progresivamente su ritmo económico con el de EE.UU. hacia 2026. 

Preferencia europea y foco en calidad

En renta fija, se observa una mayor pendiente en las curvas de tipos tanto en EEUU como en Alemania, pero con motivaciones distintas: inflación en el caso estadounidense y aumento de emisiones en el europeo. Se anticipa una mayor rentabilidad del bono alemán a medio plazo, apoyado en la caída del bono americano como valor refugio. Por tanto, infra ponderación general del activo, con sesgo europeo, reduciendo exposición a deuda soberana estadounidense. También infra ponderación en investment grade, de nuevo con sesgo europeo, pero compensándolo con una sobre ponderación en high yield global, donde se observan buenas oportunidades, con foco en bonos BB de mayor calidad. Se mantienen duraciones cortas, por optimismo sobre el crecimiento europeo.

En cuanto a renta variable, la divergencia entre las dos regiones es aún más acusada. Infra ponderación en EEUU y sobreponderación en Europa. El agotamiento de los grandes valores estadounidenses ejemplificado en los 7 magníficos, contrasta con la mejora de beneficios empresariales europeos (+5,3% en el primer trimestre).

Evli: Europa es el mercado

Peter Lindahl, Head of Systematic Funds de la gestora nórdica Evli, también cree que Europa está volviendo a ser un mercado atractivo para los inversores, sobre todo en activos como los bonos corporativos y las acciones value. de sectores como bancos y defensivos. Por tanto, Europa es el mercado donde poder diversificar y descansar durante el verano que acaba de comenzar. 

Las incertidumbres geopolíticas que han sacudido los mercados en la primera mitad del año, espoleadas por Donald Trump; los estímulos que propician la recuperación de Alemania, especialmente en los sectores de Defensa e Infraestructura; el boom de la inteligencia artificial y de los centros de datos, que beneficia a Europa; la debilidad de la demanda china; y las bajadas de tipos del BCE, son los argumentos en los que se basa para transmitir su visión positiva sobre Europa como mercado atractivo para la inversión en este verano. 

Europa ha sido vista durante mucho tiempo como un mercado débil, pero los acontecimientos recientes han hecho que el viejo continente vuelva a ser atractivo. Ahora existen oportunidades para invertir en áreas como bonos corporativos y acciones value. Europa ha comenzado a atraer a los inversores de otro modo. Durante años eclipsada por Estados Unidos y Asia, ha recibido un impulso, en particular por la agitación geopolítica y la fuerte recuperación de Alemania enfocada en el sector Defensa. 

Europa está ahora de enhorabuena. Los precios de las acciones se han comportado favorablemente este año, también en comparación con otros mercados. Si se materializan las reformas estructurales, el repunte de Europa podría convertirse en una historia feliz para los inversores durante muchos años. Ya este mismo verano, los inversores se pueden encontrar con oportunidades atractivas en Europa, en áreas como bonos corporativos y acciones value.

"Para muchos inversores, Europa ha sido durante mucho tiempo una especie de museo lleno de grandes cosas, pero donde no se podía encontrar crecimiento. Pero hay un claro cambio de mentalidad en marcha, que explica en gran medida el reciente repunte en Europa y el regreso de los flujos de inversión.  Un hombre en particular, el presidente de EEUU Donald Trump, es el responsable de esta vuelta atrás. La guerra comercial, las crecientes presiones inflacionistas y la incertidumbre política, han socavado el atractivo de Estados Unidos y reforzado la moral europea", argumenta.

"El segundo mandato de Trump también ha fortalecido el sentimiento anti-ASG en EEUU. Las empresas están tratando de ganarse el favor de Trump reduciendo sus esfuerzos en sostenibilidad, lo que ha inquietado a algunos inversores de fondos de pensiones europeos, y los ha animado a buscar en otros lugares", añade.

En un momento en que el crecimiento económico de China es más lento de lo esperado, Europa está comenzando a resultar más atractivo para los inversores. También los estadounidenses también parecen estar interesados en Europa.

Alemania, finalmente, está levantándose de la cama del hospital

"Alemania ha sido percibida durante mucho tiempo como el enfermo de la economía europea. Ahora el paciente finalmente está levantándose de la cama y, con suerte, con el tiempo empezará a correr", subraya el experto de Evli. 

Hay varias razones para la recuperación de Alemania. Las reformas constitucionales permiten mayor endeudamiento, y el nuevo gobierno ha lanzado un gran paquete de estímulo. Se están invirtiendo billones de euros en defensa e infraestructuras. 

Alemania ha estado esperando mucho tiempo una recuperación. Alemania podría alcanzar tasas de crecimiento de hasta 1,5% el próximo año y 2% el año siguiente, lo que sería un impulso muy significativo. Además, la recuperación no sólo afectará a Alemania, sino también al resto de Europa. Muchas empresas europeas se beneficiarán de las inversiones en defensa y energías renovables.

En general, la economía europea en su conjunto, y el empleo, están  relativamente en buena forma. Se está viendo un impulso positivo no sólo en Alemania, sino también en otros lugares de Europa: España, por ejemplo, ya ha experimentado un buen crecimiento.

En la medida que la política arancelaria de EEUU y la debilidad de la demanda china afectan a las empresas exportadoras, las temáticas de crecimiento más interesantes se encuentran en empresas y sectores enfocados en el mercado doméstico, que pueden soportar expectativas de crecimiento más lentas. Los bancos y sectores defensivos como los operadores de telecomunicaciones y las empresas inmobiliarias pueden ofrecer oportunidades para los inversores.

Europa a menudo es vista como el perdedor en la carrera global de la IA. Puede que no tenga las mismas compañías estrella que producen procesadores o desarrollan grandes modelos de lenguaje como pasa en EEUU, pero las empresas de la región se beneficiarán de la IA de muchas maneras.

Según un análisis de Morgan Stanley, las empresas europeas están por delante de sus contrapartes estadounidenses en la adopción de IA cuando se compara el porcentaje de estas empresas en los índices de mercados. Los beneficios de la IA aún no se reflejan directamente en los resultados de las empresas, pero con el tiempo se reflejarán en sus niveles de eficiencia y la rentabilidad.

El auge de la IA también requerirá poder computacional. Se están planificando centros de datos en toda Europa a un ritmo rápido. Las inversiones en centros de datos pueden tener un impacto positivo en el crecimiento económico regional, beneficiando a las empresas locales de energía y a las empresas involucradas en proyectos de infraestructura.

La situación en Europa parece prometedora en este momento. El sentimiento ha cambiado, el estímulo alemán está inspirando confianza, y parece haber surgido un nuevo espíritu político. "Si se puede traer la paz a Ucrania y comenzar la reconstrucción, la confianza en el futuro seguramente crecerá aún más", subraya Lindahl.

Por supuesto, todavía hay riesgos. Los problemas estructurales como las ineficiencias en algunos mercados, y el alto endeudamiento en algunos países, no han desaparecido. "Probablemente, nos dirigimos hacia un entorno económico global más débil hacia el final del año, lo que también debilitará las perspectivas para Europa", avisa.

Los mercados de valores europeos han tenido rendimientos positivos este año, pero puede que se produzca una ligera pausa o incluso una caída de ahora en adelante. Por lo tanto, se recomienda precaución a corto plazo. Por otro lado, un inversor también puede aprovechar los momentos más débiles que están por llegar, y aumentar el peso de las acciones europeas en su cartera.

Tampoco se deben pasar por alto los tipos de interés, ya que los bonos corporativos en particular continúan ofreciendo rendimientos potenciales atractivos. El BCE continuará recortando tiposs, lo que fortalecerá la posición de las inversiones en renta fija. La amenaza de un alza en las tasas de default también es mucho menor que hace pocos meses. 

"Para asegurar que el verano no esté ensombrecido por los acontecimientos globales y en los mercados, cada inversor debe asegurarse de que su cartera esté cuidadosamente diversificada para cumplir con sus propios objetivos antes de dirigirse a disfrutar de la pausa veraniega. En este momento, parece que Europa ofrece no sólo piezas de museo, sino también oportunidades de crecimiento", concluye.

Fortuna SFP prefiere la gestión activa

La inversión pasiva se ha democratizado en los últimos años para convertirse en una estrategia eficiente para los inversores que busquen diversificar su cartera a nivel global, a largo plazo, sin complicaciones, replicando un índice para igualar su rendimiento. Pero ¿siguen los fondos indexados y los ETF ofreciendo buenas oportunidades? Para José Manuel Marín Cebrián, fundador de Fortuna SFP, ya no es tan interesante en el contexto actual y prefiere invertir en activos de gestión activa con sesgo de calidad.

"Durante años nos repitieron que lo mejor que podías hacer con tu dinero era no hacer nada. Literalmente. Compra un ETF del S&P 500 y deja que el tiempo obre su magia. Y sí, eso funcionó… cuando el mundo era predecible, los tipos estaban en cero, la globalización era palabra sagrada y las crisis duraban lo que tardaba la FED en parpadear. Pero se acabó. Hoy el mantra  de 'indexa y relájate' no funciona. El índice ya no representa 'el mercado', sino una distorsión masiva concentrada en siete compañías con más narrativa que márgenes sostenibles", explica. 

"Los inversores indexados hoy, probablemente están sobreexpuestos a sectores volátiles, valoraciones infladas y riesgos. Históricamente funcionó. Pero, como bien indica la advertencia de cumplimiento normativo, el rendimiento pasado no es garantía de rentabilidades futuras. La indexación moderna se ha convertido en el nuevo placebo financiero. Es cómoda, pasiva y emocionalmente adictiva. Pero peligrosa cuando se confunde con estrategia. Porque en un mundo donde todo cambia cada trimestre —reglas geopolíticas, cadenas de suministro, monedas de reserva, tipos de interés, climas, gobiernos— seguir con piloto automático no es prudencia, es pereza travestida de sabiduría", avisa.

"¿Indexarte a lo que venga… o elegir lo que valga? En 2025, invertir no es seguir la corriente. Es pensar contra ella. Frente al 'comprar todo y rezar', existe otra forma de invertir: el Quality Investment. Este enfoque no se basa en replicar índices, sino en seleccionar empresas con fundamentos sólidos, rentabilidad sostenida y visión a largo plazo, aunque no estén en las portadas de Forbes ni coticen en máximos históricos. Negocios con alta rentabilidad sobre el capital invertido. Empresas con baja deuda y balances limpios. Modelos con ventajas competitivas claras y duraderas. Líderes que piensan en décadas, no en trimestres. Valoraciones que no están infladas por modas de mercado Son compañías que no necesitan ser tendencia, sino tiempo, que resisten las crisis no por suerte, sino por estructura, que ofrecen visibilidad en medio del ruido. No es fácil encontrarlas. Ni rápido. Pero es ahí donde está la diferencia entre especular y construir. Entre comprar una narrativa o comprar un negocio real. Y aunque la gestión activa de calidad no sea tan “cool” como replicar índices con clics, tiene algo que la pasiva ya no ofrece: Control. Criterio. Convicción. No se invierte en el pasado, sino en el futuro. Y el futuro no se indexa, se elige", insiste.

Singular Bank recomienda invertir en explotaciones agrícolas sostenibles

Por su parte, Singular Asset Management SGIIC, en colaboración con Iberian Smart Financial Agro (ISFA), ha lanzado Cultiva Iberia SCR, un proyecto de inversión enfocado en el desarrollo de explotaciones agrícolas sostenibles aplicando las últimas tecnologías.
Cultiva Iberia surge en un contexto global de crecimiento sostenido de la demanda de alimentos saludables, mientras que las restricciones hídricas en otras regiones productoras clave como EEUU favorecen la competitividad de la producción en la Península. Esta combinación genera una oportunidad estratégica clave para el desarrollo agrícola tecnificado con ventajas claras en costes, calidad y acceso a mercados.

Entre los factores que refuerzan el atractivo del proyecto se encuentran la fuerte demanda global de frutos secos y frutos rojos, las ventajas competitivas de Iberia frente a otras regiones, las altas barreras de entrada debido al capital requerido, y la reducción de costes marginales gracias a la experiencia en mecanización y tecnificación de los cultivos.

Por tipo de cultivo, el almendro en la Península ofrece una ventaja estructural frente a California con una rentabilidad estimada del 12%. El pistacho, cultivo complementario, permite sinergias operativas con una rentabilidad aproximada del 13,5%. Por otra parte, el arándano destaca por su elevada rentabilidad, alcanzando una rentabilidad cercana al 20%, aunque exige una inversión inicial más alta y una logística avanzada, que incluye cadena de frío.

ISFA, entidad encargada del desarrollo de los proyectos, cuenta con experiencia en esta actividad desarrollando más de 7.000 hectáreas en cultivos similares por un importe por encima de los 250 millones de euros. El equipo promotor de ISFA posee una sólida trayectoria en los sectores de agroindustria, energía y private equity, con una notable capacidad de diversificación geográfica.

La estrategia del proyecto se centra en el desarrollo de cultivos de alto valor añadido (almendra, pistacho y arándano), en zinas estratégicas de Extremadura, Andalucía, el Valle del Ebro y el Alentejo portugués. Las fincas seleccionadas tendrán tamaños comprendidos entre 30 y 500 hectáreas, precisando, tan solo, una dotación hídrica de 6.000 metros cúbicos por hectárea lo que supone una utilización de agua altamente eficiente.

Con un objetivo de captación de 30 millones€, Cultiva Iberia nace como una Sociedad de Capital Riesgo (SCR), clasificada bajo el artículo 8 del Reglamento de sostenibilidad, dirigida a inversores que buscan oportunidades de inversión en el sector agroalimentario y acceder a interesantes rentabilidades a través de alternativas sostenibles.

La inversión se estructurará a través de seis sociedades, combinando dos modelos complementarios de negocio:

  • el modelo OPCO se basa en el arrendamiento a largo plazo de los terrenos, con inversión directa en el cultivo, 
  • el modelo PROPCO contempla la adquisición de los terrenos además del desarrollo agrícola de los mismos. 

El enfoque principal del proyecto, no obstante, será el modelo OPCO en proyectos “greenfield”, comenzado desde cero.

La rentabilidad estimada del proyecto, es de una TIR neta del 14 % con un múltiplo neto de retorno de 2,5 veces la inversión. El calendario de inversión abarca el período 2025–2027, y la salida o fechas de desinversión están previstas entre los años 2032 y 2035.

En cuanto a la gestión del riesgo, el proyecto apuesta, además de variar el tipo de cultivo, por la diversificación geográfica como mecanismo de protección, el uso de tecnología avanzada de riego y gestión agrícola, la formalización de contratos a futuro y la obtención de certificaciones de calidad. Se implementarán procesos automatizados y programas de formación continua para minimizar riesgos operativos y maximizar la eficiencia.

Victoria Diez Pérez, Responsable de Producto Private Equity de Singular AM, explica: "Con Cultiva Iberia SCR, buscamos ofrecer a nuestros inversores y clientes una oportunidad única de participar en un proyecto agrícola sostenible, de alto valor añadido y con un fuerte enfoque en la eficiencia operativa, además de diversificar sus inversiones. Aprovechamos las ventajas competitivas de la Península Ibérica, como la escasez de agua en otras regiones productoras y la creciente demanda global de alimentos saludables, para crear una inversión rentable y responsable con el medio ambiente. Nuestro objetivo es maximizar la rentabilidad de nuestra oferta de productos, mientras mantenemos altos estándares de sostenibilidad y riesgo controlado.”

Lombard Odier insiste en los fondos de gestión activa ASG

Bank Lombard Odier ha ampliado la oferta de fondos disponibles en la plataforma de arquitectura abierta PrivilEdge con la incorporación del PrivilEdge-BlueBay Investment Grade Global Government Bonds. Este fondo de gestión activa tiene como objetivo superar a su índice de referencia, el Bloomberg Global Treasury Total Return Index cubierto en dólares. Para ello, invertirá una cartera de títulos de renta fija con calificación investment grade teniendo en cuenta criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG).

Diseñado para ofrecer exposición a una cartera de deuda pública mundial gestionada activamente, el fondo aplica los análisis macroeconómicos del equipo de inversión de BlueBay para identificar oportunidades dentro de un universo de inversión formado principalmente por bonos investment grade emitidos por estados de todo el mundo y configurar una cartera líquida y diversificada compuesta por entre 40 y 45 valores.

Dentro de este marco, la selección de títulos está basada en un proceso riguroso que fusiona el análisis fundamental y ASG con una evaluación multivariable de las fuentes de alfa para incorporar diferentes oportunidades de forma controlada y ponderada por el grado de convicción. Esta forma de configurar la cartera se apoya en un enfoque de gestión y supervisión del riesgo desarrollado internamente en el que el vector principal del control del riesgo es un objetivo de tracking error del 0-2%.

Los gestores asignados a este fondo poseen una experiencia media de 20 años invirtiendo en deuda pública y recurren a interacciones regulares con responsables de políticas en los mercados desarrollados y emergentes de todo el mundo para identificar y aprovechar ineficiencias en los mercados. Este equipo cuenta con el apoyo de los más de 120 profesionales de la inversión de la plataforma de renta fija de BlueBay y que gestionan más de 130.000 millones$.

Lombard Odier lanzó la plataforma de fondos PrivilEdge en febrero de 2014 para dar acceso a los clientes a una amplia gama de fondos de gestión externa en formato OICVM. El equipo de arquitectura abierta de Lombard Odier identifica las mejores gestoras de fondos de cada clase, capaces de gestionar estrategias personalizadas que dan respuesta a las necesidades de las carteras de los inversores mediante una serie de enfoques diferenciados en todas las clases de activos.

Maxime Perrin, responsable de Arquitectura Abierta de la entidad suiza, comenta: «Lombard Odier se enorgullece de su apuesta constante por brindar nuevas fuentes de alfa a los clientes por medio de nuestra plataforma de arquitectura abierta PrivilEdge. La plataforma sigue evolucionando para atender las necesidades de los inversores y la incorporación del nuevo fondo PrivilEdge - BlueBay Investment Grade Global Government Bonds ofrecerá a los clientes una exposición de gestión activa a una cartera de deuda pública de todo el mundo".

Mike Reed, responsable de Instituciones Financieras Internacionales de RBC BlueBay, añade: "Como gestora de activos, hemos asumido el compromiso de ofrecer estrategias de inversión de gestión activa que respondan a las necesidades de nuestros clientes y que estamos convencidos de que conseguirán resultados superiores para los inversores a medio plazo. Consideramos que la inversión activa en deuda pública mundial ofrece una amplia gama de oportunidades para generar alfa poniendo el foco en los marcos políticos y normativos que determinan muchos de los movimientos de las cotizaciones de los bonos emitidos por Estados".

A 31 de mayo de 2025, la plataforma PrivilEdge mantenía más de 6.900 millones de francos suizos en activos repartidos entre 30 fondos y cada estrategia está disponible en distintas clases de acciones que se ajustan a los requisitos de registro e información de los inversores.

Portocolom critica el retroceso en ASG

En los últimos años, la inversión ASG ha experimentado cambios considerables, pasando de un ascenso prácticamente vertical a dibujar un valle. Hoy, las estrategias de inversión con criterios relacionados con la sostenibilidad atraviesan un entorno regulatorio, geopolítico y de desconfianza generalizada que amenaza su futuro. Pero, ¿es ese retroceso irreversible? Ana Quintanal, asesora en impacto en Portocolom AV, explica que durante los últimos años parecía establecerse la idea de que la incorporación de criterios relacionados con la sostenibilidad eran la brújula de las finanzas. "Sin embargo, en los últimos meses hemos visto un giro. Y es que la historia, rara vez avanza en línea recta. Allí donde antes se proclamaba la urgencia climática y la igualdad de oportunidades, hoy cobra fuerza un discurso que cuestiona la pertinencia —e incluso la legitimidad— de incorporar esos factores en la toma de decisiones económicas. Esta reacción, alimentada por tensiones geopolíticas y fatiga regulatoria, está remodelando el terreno de juego para los inversores conscientes", señala. 

Con el repliegue regulatorio y el desánimo generalizado hacia la cooperación internacional, la comunidad financiera pierde un pilar importante —la ayuda multilateral— que era fundamental para el relato de “crecimiento inclusivo”.  Este giro, tiene repercusiones en el sector privado. El abandono de compromisos climáticos se ha vuelto una tendencia. El retroceso de los esfuerzos de transición energética y de los compromisos sociales es visible, pero no sin mostrar riesgos. En este sentido, a pesar de las críticas hacia las políticas ASG y DEI (Diversidad, Equidad, Inclusión), muchas empresas están usando esa presión como impulso para reforzar aún más sus compromisos. Gigantes como Apple o Nasdaq siguen apostando por la diversidad y la sostenibilidad como pilares clave de innovación y rentabilidad. Lo mismo ocurre en sectores como el aéreo, el deporte o el retail, donde compañías como Southwest, la NFL, Costco o Salesforce defienden abiertamente sus políticas inclusivas. En Europa, firmas como Capgemini y Canon también elevan sus metas sociales y ambientales. Lejos de retroceder, estas organizaciones demuestran que integrar ESG y DEI no solo responde a valores, sino que fortalece su ventaja competitiva a largo plazo.

En Portocolom AV, creen que este contexto está funcionando como un filtro que revela qué empresas están realmente comprometidas y cuáles solo seguían la corriente. Para los inversores comprometidos con la sostenibilidad, las consecuencias son múltiples. La salida masiva de alianzas net‑zero y el relajamiento normativo amplían el margen para el ecoblanqueo y elevan la volatilidad reputacional: el mismo emisor que ayer presumía de ambición climática puede mañana desandar lo recorrido sin coste aparente. El retraso en los requisitos de reporte europeos crea, además, una zona opaca en la que será más difícil comparar trayectorias de descarbonización, por ejemplo. Y, mientras tanto, la pérdida de ayuda internacional aumenta el riesgo país en mercados emergentes que ya están expuestos a eventos climáticos extremos. 

En un contexto donde el debate en torno a la sostenibilidad ha oscilado entre la euforia desmedida y el escepticismo creciente, en Portocolom mantienen el rumbo. No fueron parte del péndulo de la euforia, y tampoco lo serán del abandono. El compromiso de Portocolom AV con la sostenibilidad ha permanecido inalterado a lo largo de todo este ciclo. Lo único que cambia es su proceso, en continua evolución y mejora, para adaptarse a los nuevos tiempos y seguir cumpliendo con su firme convicción: invertir con sentido, integrando rentabilidad, riesgo e impacto.

Ante este panorama, han iniciado una revisión exhaustiva de sus carteras y del índice de referencia que utilizan, con el objetivo de garantizar que sigue alineado con el Acuerdo de París, con sus principios y con los valores de dignidad humana que comparten sus clientes. También, están actualizando sus políticas de exclusión para incorporar un criterio explícito: la retirada voluntaria de compromisos ASG significativos por parte de una empresa será motivo de evaluación negativa. Además, refuerzan su labor con las compañías en cartera y mantienen una vigilancia activa sobre la exposición a activos excluidos. En tiempos como los actuales, esta labor de seguimiento continuo y diálogo responsable es más necesaria que nunca.La historia demuestra que los ciclos de mercado oscilan, pero los retos de la crisis climática y de las desigualdades sociales no sólo persisten, sino que, si no actuamos a tiempo, la situación sólo irá a peor. Sostener una estrategia basada en la diversificación, el análisis riguroso y la coherencia ética no solo es una cuestión de valores; es, también, la mejor forma de proteger el ahorro frente a riesgos que el corto plazo tiende a subestimar.

Triodos Bank: EEUU y Europa abandonan sus compromisos de sostenibilidad

La humanidad atraviesa un punto de inflexión caracterizado por crisis múltiples, donde el desastre ecológico, la erosión democrática y la radicalización del discurso político convergen. Esta policrisis se ve intensificada por mercados sin control y una desigualdad creciente, rasgos característicos de civilizaciones al borde del colapso. Hans Stegeman, economista jefe del Triodos Bank, explora las fuerzas que socavan la estabilidad ambiental, social y económica global, y advierte sobre la convergencia de crisis interconectadas, conocida como policrisis. 

Con una crítica clara y directa, analiza el auge del trumpismo y las fuerzas desestabilizadoras de la extrema derecha y denuncia cómo tanto EEUU como Europa abandonan sus compromisos de sostenibilidad en favor de intereses corporativos y de corto plazo. Sin embargo, dentro de esa turbulencia hay una oportunidad para que Europa asuma el liderazgo en materia climática, democrática y de bienestar para todas las personas

La sociedad está en un punto de inflexión. Ante desafíos sistémicos como la crisis climática y la degradación ambiental, las respuestas políticas y económicas son insuficientes y, en algunos casos, directamente contraproducentes. Existen (al menos) dos preocupaciones urgentes, la del aceleracionismo de Trump y la del colapso acelerado de los ecosistemas.

La transición de democracias abiertas y libres hacia democracias iliberales, así como la expansión de políticas autocráticas son síntomas de una sociedad sin contrapesos, donde las dinámicas especulativas y la desregulación han erosionado las bases de una gobernanza responsable. 

Los acontecimientos recientes en EEUU y Europa ilustran esta tendencia. El retroceso de leyes de sostenibilidad en nombre de la competitividad, el desmantelamiento de acuerdos internacionales y la creciente subordinación de la política al lobby corporativo han debilitado el tejido democrático y social.

Líderes como Donald Trump han adoptado estrategias que no pretenden preservar el orden existente, sino desestabilizarlo deliberadamente. Dicho de otro modo, lo que hace Trump encaja perfectamente en la estrategia del aceleracionismo de extrema derecha, la idea de que una crisis creciente y el caos conducirán inevitablemente al colapso del sistema. No es solo un ataque a la democracia liberal, sino también al orden económico. El desmantelamiento institucional, la polarización social y la desregulación son los ejes centrales de su política. Es una estrategia de caos dirigida a una gobernanza autocrática.

En paralelo, la crisis ecológica se agrava. Tanto es así que Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial revelan que los niveles de CO₂ son los más altos en 800.000 años, las temperaturas globales han alcanzado máximos históricos y la pérdida de masa de glaciares no tiene precedentes. Las civilizaciones no se derrumban de forma repentina, sino a través de una degradación lenta—impulsada por recursos agotados, desigualdad creciente y estructuras de poder obsoletas. Aun así, estas señales de alarma no han logrado captar la atención de los medios ni la priorización política. 

En EEUU muchas leyes ambientales han sido revocadas, se abandonó el Acuerdo de París y se suspendieron compromisos internacionales, con la consecuente erosión de la solidaridad global. Grandes instituciones financieras estadounidenses abandonaron iniciativas climáticas como la NZBA, como si siguieran las narrativas trumpistas. Otras, como Triodos Bank, se retiraron por la razón opuesta, por el debilitamiento de la ambición climática de la alianza.

Esta tendencia no se limita a EEUU. Bajo el lema de la “competitividad”, la Comisión Europea ha revertido (o planea revertir) varias leyes de sostenibilidad en un paquete llamado “Omnibus”. El lobby empresarial de los últimos años ha hecho que las regulaciones sean tan engorrosas que las políticas verdes han perdido tracción. Se confunden dos cuestiones tan distintas como la reducción de burocracia innecesaria y el desmantelamiento del progreso regulatorio que responsabiliza a las empresas por su impacto ambiental y social negativo. La primera es necesaria, especialmente para las pymes. La segunda es una regresión peligrosa. No podemos permitir que la simplificación de normativas debilite herramientas clave como la CSRD o la CSDDD, instrumentos diseñados para garantizar la transparencia y la responsabilidad corporativa en temas ESG y para mejorar la divulgación de información no financiera a personas y organizaciones inversoras, clientas y consumidoras. Son dos caras de la misma moneda y descuidar una u otra tendrá un alto costo.

La verdadera simplificación debe amplificar el impacto positivo y penalizar el negativo—no ocultarlo tras informes truncados. El verdadero coste del daño ambiental no se mide en formularios de cumplimiento, sino en sufrimiento humano y ecológico .¿El resultado? Un planeta en declive y un retroceso de las políticas diseñadas para protegerlo.

La oportunidad de Europa como contrapeso necesario

Frente a estas dinámicas, la UE tiene la oportunidad de llenar el vacío de liderazgo al abanderar un comercio justo, una acción climática ambiciosa y cadenas de valor resilientes. Fortalecer alianzas comerciales bilaterales con países como Canadá, Japón y mercados emergentes en África y Asia también es crucial. Ampliar acuerdos comerciales e invertir en estas regiones es esencial para amortiguar el proteccionismo estadounidense y asegurar el acceso estable a recursos esenciales.Europa debe convertirse ahora en un baluarte de la democracia y la sostenibilidad. 

Tal vez sea momento de repensar la economía europea. El dividendo de paz de la posguerra fría, disfrutado tan indulgentemente desde finales de los años 80, ha desaparecido. La visión transaccional de Trump sobre la geopolítica reduce incluso las alianzas en tiempos de guerra a simples negocios.

En lugar de emular el militarismo y el exceso de mercado de EEUU, Europa debería apoyarse en sus fortalezas. Un enfoque cohesivo en comercio, sostenibilidad y diplomacia es vital para mantener la estabilidad geopolítica y prevenir conflictos.

La UE debe reconocer que las disrupciones económicas, las crisis climáticas y las tensiones geopolíticas están interconectadas en una policrisis que requiere soluciones globales coordinadas. Si las medidas proteccionistas no se controlan, podrían escalar en conflictos mayores, mientras que las alianzas estratégicas y los marcos de cooperación pueden evitar que las tensiones económicas se conviertan en enfrentamientos militares.

Por lo tanto, la UE debe construir una narrativa europea convincente, basada en la integridad democrática, la equidad social y la prosperidad compartida. Esto supone el fortalecimiento de su autonomía económica, el desarrollo de políticas sociales que generen oportunidades reales, la construcción de comunidades resilientes y actuar como contrapeso a los modelos regresivos en el escenario global.En resumen, el colapso no está predestinado, pero es un riesgo creciente si las tendencias actuales continúan. Por eso es esencial un cambio de paradigma económico y social. Una sociedad donde la sostenibilidad, la equidad y la rendición de cuentas sean los pilares de un futuro viable. Transformar los sistemas financieros y de producción en modelos regenerativos no solo es deseable, sino urgente.