Los aranceles ya pasan factura al empleo en EEUU

Miguel Ángel Valero

Aunque toda la atención está puesta en la ruptura entre Trump y Elon Musk a cuenta de la reforma fiscal y de amenazas del presidente de EEUU de cancelar con el polémico empresario (hasta ahora firme aliado y socio) todos sus contratos con la Administración, y que le ha costado a Tesla un desplome del 14,3% en Bolsa, lo más preocupante es que las negociaciones en torno a los aranceles no avanzan. Y que la guerra comercial ya está pasando factura al empleo en EEUU.

Además, Trump vuelve a las andadas con la Fed. En su red social Truth llama 'Too Late' (Demasiado tarde) a su presidente, Jerome Powell, olvidando que fue él quien lo nombró en 2017, y a  dos semanas de la próxima reunión del FOMC exige una bajada de 1 punto en los tipos. Algo que solo se ha hecho en dos ocasiones extremas: en diciembre de 2008, por la quiebra de Lehman Brothers, y en marzo de 2020, por la pandemia. Pero es que los mercados de futuros le dan un 0% de probabilidad a un recorte de 25 puntos básicos (pb) en la reunión del 18 de junio; 16% en la siguiente; y 2,5% de 100 pb en total en lo que queda de año

Mientras, los aranceles siguen creando distorsiones en las publicaciones de datos macro y, por otro lado, el empleo da señales de enfriamiento. En abril se registra una fuerte reducción del déficit comercial,  revirtiendo parte del movimiento de anticipación de compras por los aranceles visto en marzo. El déficit se situó en 61.600 millones$, una reducción del 55,5% frente al dato de marzo (138.300 millones$) y que fue la principal explicación de la caída del PIB estadounidense en el primer trimestre. 

Las importaciones disminuyeron a una tasa récord del 16,3%, mientras que las exportaciones subieron un 3%. La caída de las importaciones fue especialmente fuerte en bienes farmacéuticos, lo que redujo el déficit con Irlanda, una de las principales exportadoras de estos componentes desde Europa. 

Por el lado del balance comercial con China, el déficit de bienes se redujo hasta los 19.700 millones$, el más bajo desde la pandemia. 

Es llamativo el cambio de signo del comercio con Suiza, al pasar de un déficit de 15.400 millones$ a un superávit de 3.500 millones en abril, un cambio que refleja la enorme caída de envíos de oro desde este país.

Por el lado del empleo, las peticiones de subsidio por desempleo aumentaron más de lo esperado en la última semana. Se situaron en 247.000 peticiones desde las 239.000 anteriores. Una señal más de un menor dinamismo del empleo en mayo. 

La productividad cayó un 1,5% en el primer trimestre frente al último de 2024, mientras los costes laborales se elevaron un 6,6%.

Hora y media de conversación entre Trump y Xi Jinping

Finalmente llegó la llamada telefónica entre los mandatarios de Estados Unidos y China. La conversación telefónica ha durado hora y media y, según Trump, se centró exclusivamente en cuestiones comerciales: tras la tregua de 90 días acordada el 12 de mayo en Ginebra, se aplazaron las subidas de los aranceles, pero en las últimas jornadas está creciendo la tensión con acusaciones cruzadas de incumplimiento de los acuerdos por ambas partes. 

EEUU acusa a China de estar restringiendo las exportaciones de tierras raras”. Y China trata de conseguir concesiones en los controles a las exportaciones desde EEUU de semiconductores de última generación, y también se muestra molesta con la retirada de visados a estudiantes chinos. 

Trump parece que visitará China en respuesta a la invitación de Xi Jinping y ambos líderes acordaron iniciar una nueva ronda de negociaciones lo antes posible. Mirando al pasado, las negociaciones entre las dos potencias suelen extenderse en el tiempo y además están habitualmente marcadas por avances y retrocesos: en 2018 durante el primer mandato de Trump, las negociaciones se extendieron 18 meses hasta que se cerró la firma de la Fase 1 del acuerdo comercial ya en 2020.

DWS: Trump influirá mucho en los mercados

En lo que va de año no han faltado las sorpresas, y no sólo las negativas. La imprevisibilidad sigue siendo el nombre del juego, con un presidente estadounidense hiperactivo como probable mayor fuente de sorpresas. Sin embargo, "creemos que los mercados están mejorando a la hora de lidiar con ellas. O, quizás, una mejor manera de expresarlo sería decir que los mercados y la nueva administración parecen estar mejorando a la hora de lidiar entre sí. Al menos hasta ahora, Donald Trump ha tendido a dar marcha atrás en iniciativas que eran particularmente preocupantes para los mercados de capitales, al menos una vez que el dolor se hizo severo. Como resultado, esperamos algún daño, pero no catastrófico, del aumento de los aranceles y otras incertidumbres políticas", señala un análisis de DWS.

“Durante el próximo año, la política estadounidense influirá mucho en los mercados, y el comercio mundial cambiará debido al aumento de los aranceles, lo que, en nuestra opinión, frenará inicialmente el crecimiento estadounidense. Aunque el punto álgido de la incertidumbre arancelaria puede haber pasado, es probable que los titulares relacionados con el comercio sigan afectando a los mercados”, explica Vincenzo Vedda, director de Inversiones de DWS. 

Por otra parte, las perspectivas económicas han mejorado en otros lugares, especialmente en Europa, como reflejo de unas políticas fiscales más expansivas en Alemania. Esto debería traducirse en unas perspectivas relativamente positivas para los beneficios a largo plazo en todo el mundo, lo que respaldaría a la renta variable mundial, a pesar de la posibilidad siempre presente de retrocesos temporales.

En cuanto a la renta fija, la desdolarización será un proceso muy gradual. La Fed intervendrá si los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 y 30 años suben muy por encima del 5%. "De ser así, esperamos que los bonos del Estado a corto o medio plazo y los bonos corporativos Investment Grade de otros lugares también se beneficien del apoyo implícito, mientras que un debilitamiento del dólar estadounidense frente al euro, el yen y algunas otras divisas asiáticas impulsaría los rendimientos de inversión esperados de los activos globales para los inversores estadounidenses. La solidez de los fundamentales y de los aspectos técnicos del mercado también debería servir de apoyo: en general, preferimos los bonos corporativos europeos a los estadounidenses y los de grado de inversión a los de alto rendimiento", explican en DWS

Por supuesto, todo esto presupone unas condiciones relativamente benignas en lo que respecta al orden de seguridad mundial y a la arquitectura comercial. El oro sigue siendo atractivo, "no solo porque vemos potencial para nuevas ganancias, sino también porque añade cierta diversificación a la cartera y puede actuar como cobertura frente a algunas de las amenazas geopolíticas y económicas". 

Las expectativas sobre los resultados de Trump, no solo en materia de comercio, sino también de impuestos y desregulación, ya no parecen excesivamente optimistas, lo que deja margen para sorpresas positivas. 

Los signos de aislacionismo deliberado de Estados Unidos ya han empezado a desbloquear políticas de larga data en otros lugares, con el freno de la deuda alemana como ejemplo más evidente. "Mantenemos nuestra opinión de que sigue siendo esencial una estrategia de inversión globalmente diversificada entre regiones, clases de activos y estilos, para aprovechar potencialmente las oscilaciones del mercado, al tiempo que se está preparado para la volatilidad", concluyen.