Miguel Ángel Valero
Cuando los mercados financieros se tiñen de rojo, la reacción más común —y comprensible—de muchos inversores es vender. Vender para “evitar perder más”, porque “esto no se va a recuperar”, o porque “vienen tiempos duros”. Sin embargo, la historia de los mercados y de la inversión demuestra que tomar decisiones basadas en el miedo suele salir caro. Muy caro.
La historia de los mercados está llena de episodios de volatilidad —la crisis financiera de 2008, la pandemia de COVID-19, la inestabilidad política y económica causada por la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump, entre ellos— y en todos ellos se repite un patrón: “quienes mantienen la calma y no salen del mercado, acaban saliendo reforzados. En cambio, quienes reaccionan con prisas suelen vender a pérdidas y volver al mercado cuando está más alto, perdiendo parte sustancial del potencial de recuperación”, apunta Andrea Morales, editora de inversión del comparador financiero HelpMyCash.com.
“Tomemos como ejemplo la evolución del índice MSCI World , que incluye las principales empresas de economías desarrolladas. Si un inversor hubiera colocado 100.000€ en enero de 2007—antes de la crisis financiera de 2008— y simplemente los hubiera mantenido, habría visto cómo esa cantidad crecía hasta casi 250.000€ a finales de 2024 . Incluso con una ligera corrección a comienzos de 2025, a causa de la incertidumbre por las políticas de Trump, su inversión seguiría rondando los 246.000€”, explica.
Ahora bien, si ese mismo inversor hubiera salido del mercado en septiembre de 2008 tras perder un 20% y regresado en 2013, cuando la confianza se recuperaba, su patrimonio, en marzo de 2025, apenas habría llegado a los 207.000€. Más de 39.000€ de diferencia. “Y no por elegir mal el activo, sino por salir y entrar en el peor momento”, añade la experta de HelpMyCash.
Un caso aún más llamativo es el de quien abandonó el mercado tras perder un 40% en noviembre de 2008: aunque volvió en 2013, su capital ahora sería de unos 149.000€. Habría perdido cerca de 100.000€ respecto al inversor que aguantó.
¿Por qué ocurre esto? “En gran parte, por las emociones. Muchos inversores tienden a comprar cuando todo sube, impulsados por el optimismo generalizado, y a vender cuando el mercado cae, presionados por el miedo”, señala Morales. “Cuando uno actúa en caliente, sin pensar con calma la situación, suele tomar decisiones que no responden a su interés a largo plazo. La volatilidad es inevitable, los ciclos económicos existen. Por eso es importante tener objetivos claros y evitar dejarse llevar por el impulso”, puntualiza.
Morales señala también el peligro del 'market timing', de tratar de anticiparse a los movimientos del mercado entrando y saliendo según previsiones de “supuestos gurú” o intuiciones. Más allá de intentar batir al mercado, lo verdaderamente clave es mantenerse dentro. En ese sentido, contar con una cartera diversificada yestrategia a largo plazo, adaptada al perfil de riesgo, es fundamental. Así, si un activo sufre, otros pueden compensarlo, y se reduce la necesidad de tomar decisiones drásticas.
Pero incluso con esa diversificación, la mejor estrategia en tiempos de caídas suele ser no hacer nada. “No pierdes dinero hasta que no vendas”, subraya Morales. “Invertir a largo plazo —sin tratar de adivinar el comportamiento del mercado en el corto— ha demostrado ser la fórmula más consistente para generar rentabilidad. De hecho, a lo largo de la historia, no ha habido periodos de 20 años en los principales mercados desarrollados, en los que se haya registrado un rendimiento negativo. La paciencia, en este contexto, no es solo una virtud: es una estrategia rentable”, subraya.
En estos días, en los que el nombre de Warren Buffett vuelve a los titulares tras anunciar su retirada como CEO de Berkshire Hathaway a los 94 años, su legado cobra más vigencia que nunca. Durante más de seis décadas al frente de la compañía, generó una rentabilidad acumulada del 5.502.284 %, sin dejarse llevar por modas, crisis o pánicos. Su consejo fue siempre claro: invertir con disciplina, pensar a largo plazo y, sobre todo, no vender con pánico. La historia de Buffett y los datos del mercado dicen lo mismo: la pérdida no ocurre cuando el mercado cae, sino cuando decidimos abandonarlo en ese momento. Quedarse quietopuede parecer pasividad, pero en inversión, muchas veces, es el mayor acto de inteligencia.
Tesys: empresas que demuestran su resiliencia ante cualquier situación
En este sentido, el director de inversiones de Tesys EAF, Antonio Fernández Quesada, se siente cómodo con empresas que reinvierten sus beneficios a altas tasas de retorno, que crecen recurrentemente y que han demostrado ser resilientes ante cualquier crisis o evento negativo del mercado. Lo importante para Tesys es centrarse en buenas compañías y comprarlas a buenos precios, con modelos de negocio sólidos y capacidad de generar caja de forma sostenible.
"A largo plazo, estas compañías suelen ser muy rentables, pero es necesario templanza para aguantar no solo caídas temporales, sino caídas fuertes y duraderas de vez en cuando, y estar tranquilos con nuestras posiciones”, apunta. La incertidumbre no es amiga de los inversores. Pero para Tesys, la volatilidad ofrece oportunidades para comprar las compañías favoritas con descuento y beneficiarse a largo plazo.
Valores en el radar de Tesys EAF:
Dividend Refund: invertir en dividendos europeos
Luis Blanc, director de Dividend Refund, recuerda el famoso 'Sell in May and go away', que da a entender que los mercados suelen tener un mejor comportamiento entre noviembre y abril que de mayo a octubre. Pero mayo es uno de los meses más interesantes para los inversores en dividendos europeos. Varias grandes cotizadas de la Eurozona distribuirán atractivos dividendos en las próximas semanas a sus accionistas.
Invertir en dividendos es una de las estrategias más antiguas y apropiadas para una amplia gama de inversores, independientemente de su nivel de experiencia financiera y perfil de riesgo. Consiste en adquirir acciones de una empresa con la intención de mantenerlas a largo plazo y recibir esa parte de beneficio que ésta reparte en efectivo o en acciones (scrip dividend).
En momentos de volatilidad de mercado como el actual, las compañías que pagan dividendos de manera recurrente suelen ser más estables, con mejores resultados y con una menor volatilidad que el resto que no lo hacen. La rentabilidad por dividendo ha sido históricamente una parte importante del rendimiento total obtenido en los mercados, y una estrategia defensiva en contextos económicos inciertos.
Sin embargo, un aspecto clave puede mermar los beneficios de las inversiones en empresas europeas: la doble imposición. Para evitar pagar impuestos dos veces sobre el mismo ingreso, en el país de origen y en España, se crearon convenios de doble imposición. Son acuerdos entre países que normalizan el procedimiento y permiten reclamar la devolución del impuesto retenido en el extranjero. Sin embargo, los procesos para recuperar estas retenciones no son sencillos.
Solicitar la devolución de la doble imposición puede convertirse en una odisea. Se trata de un procedimiento manual, en el que hay que lidiar con Haciendas extranjeras, trámites en distintos idiomas, formularios específicos y requisitos que varían de un país a otro. La reclamación del exceso de la retención internacional de dividendos y cupones es un aspecto clave para maximizar el retorno de las inversiones de gestoras de Instituciones de Inversión Colectiva (IIC), bancas privadas y clientes particulares.
En el mundo de la fiscalidad y las inversiones, las reglas no siempre son tan claras como parecen. En el caso de los fondos de inversión por ejemplo, la normativa española establece que éstos, al no tener personalidad jurídica, no son sujetos pasivos del Impuesto de Sociedades. En su lugar, las rentas generadas se atribuyen directamente a los socios o partícipes, manteniendo su naturaleza original. Pero ¿qué ocurre cuando entran en juego los convenios internacionales y lasexenciones? En algunos casos, el Estado donde se genera la inversión puede no estar facultado para practicar una retención, o si lo hace, puede recuperarse íntegramente. Esto aplica especialmente si una sociedad del otro Estado contratante controla, directa o indirectamente, al menos el 10% del capital de la sociedad que paga los dividendos. Este tipo de normativas subraya la importancia de contar con asesoramiento fiscal experto para optimizar las inversiones y entender a fondo el impacto de las legislaciones locales e internacionales.
Los avances tecnológicos y la digitalización de los servicios financieros están revolucionando el futuro de la recuperación de impuestos .La tecnología simplifica los largos y costosos procesos de reclamación de la doble imposición de dividendos, garantizando la eficiencia y transparencia en la gestión de las devoluciones fiscales y beneficiando así a inversores y a partícipes de fondos de inversión y de pensiones.
En un mundo donde las inversiones globales son cada vez más accesibles, el desafío de la doble retención de impuestos en dividendos internacionales cobra una relevancia creciente. La complejidad de los procesos fiscales y la diversidad de normativas entre países pueden afectar de forma significativa a la rentabilidad de las inversiones. En este contexto, la recuperación de impuestos retenidos cobra un rol crucial para proteger el retorno de las inversiones.
Lombard Odier: oro, una alternativa valiossa pero volátil
Kiran Kowshik, Global FX Strategist, y Luca Bindelli, director de Estrategia de Inversión de Lombard Odier, señalan que el precio del oro ha ganado hasta un 20% en 2025, estableciendo un nuevo récord y marcando el mejor inicio de año desde 2006. Este repunte, impulsado por las incertidumbres económicas globales y la búsqueda de diversificación fuera de los activos financieros estadounidenses, ha llevado al oro a un aumento del 50% desde marzo de 2024.
Desde 2022 hasta 2024, una narrativa alcista para el oro se centró en las tensiones geopolíticas y en los inversores que buscaban alternativas al dólar estadounidense. Durante estos tres años, los bancos centrales compraron alrededor de 1.000 toneladas de oro al año, lo que supuso un aumento del doble en el ritmo de compras respecto a la década anterior. En los primeros tres meses de 2025, esta tendencia continuó, aunque se vio interrumpida por los importadores de bienes que adelantaron envíos para evitar los aranceles de Trump que comenzaron a aplicarse en abril. Esto explica por qué el oro fue solo uno de varios productos básicos –incluidos el cobre y la plata– que tuvieron un buen rendimiento hasta el 2 de abril.
Sin embargo, desde los anuncios de aranceles de la administración Trump el 2 de abril, las preocupaciones sobre una posible recesión en EEUU y la carrera de los inversores por diversificar sus carteras han impulsado aún más los precios del oro. Estos factores se han visto amplificados por los inversores que buscan reducir su exposición al dólar estadounidense, en el marco de un debate más amplio sobre su estabilidad como moneda de reserva mundial y la fiabilidad de los activos de EEUU.
El repunte del oro alcanzó su punto máximo con un aumento del 17% en un período de dos semanas, estableciendo un récord de 3.500$ por onza el 22 de abril. A la incertidumbre existente sobre políticas comerciales y geopolíticas, se sumaron las preocupaciones sobre los ataques públicos del presidente Trump a la independencia de la Reserva Federal.
Desde entonces, el oro ha retrocedido y el dólar estadounidense se ha estabilizado frente a las principales divisas. "Si la economía de EEUU evita la recesión, como esperamos, y la administración Trump modera aún más su retórica sobre los aranceles y los tipos de interés, el oro debería estabilizarse en un rango de precios de entre 3.000-3.300$ onza a corto plazo.", señalan.
Según algunos indicadores, el sentimiento de los inversores ha alcanzado niveles extremadamente alcistas, no muy diferentes a los observados al inicio de la pandemia en 2020, cuando una recesión global amenazaba y los bancos centrales usaban herramientas de flexibilización cuantitativa. La demanda de los inversores minoristas de oro en sus carteras, visible a través delas inversiones en ETF (Fondos Cotizados en Bolsa), ha aumentado considerablemente. El ritmo de los flujos hacia los mayores ETF de oro en EEUU y Europa ha alcanzado niveles no vistos desde el shock del Covid.
De manera similar, los inventarios de metales como el oro, la plata y el cobre en la Bolsa de Mercancías de Nueva York (COMEX) aumentaron en el primer trimestre del año ante la expectativa de los aranceles estadounidenses y, desde entonces, han disminuido. La demanda de importaciones durante los primeros tres meses del año también apoyó al oro, lo que ayuda a explicar la reciente consolidación en los precios.
A pesar de su volatilidad, el oro históricamente ha tenido un buen rendimiento durante caídas pronunciadas en el S&P 500. El oro ha ganado en 11 de las principales caídas del mercado de valores desde mediados de los años 80.
Sin embargo, el oro no es el único activo financiero que ofrece cierto alivio frente a la caída de las acciones. Tanto el franco suizo como el yen japonés también han tenido un rendimiento fuerte durante las caídas del mercado de acciones. Para evaluar el rendimiento de los activos refugio, analizamos el desempeño del oro, el franco suizo y el yen japonés en el año posterior al inicio de una corrección del S&P 500 de al menos el 10%. Dividimos los episodios de corrección en aquellos acompañados de una recesión económica y aquellos que no lo estuvieron. La muestra de Lombard Odier cubre el período desde 1973, ya que antes de esa fecha, los tipos de cambio no eran flotantes y el valor del oro estaba fuertemente gestionado como parte del acuerdo monetario de Bretton Woods.
Históricamente, las ganancias iniciales en los activos refugio no han perdurado a medio plazo. En general, durante las fases de recesión económica, el oro ofrece inicialmente altos rendimientos, pero sus ganancias se desvanecen en pocos meses tras el inicio de la corrección del S&P 500. El yen japonés y el franco suizo ganaron alrededor del 5-6% en los tres meses siguientes al inicio de la caída del mercado de acciones. Un "índice de aciertos" muestra el porcentaje de eventos en los que un activo tuvo un rendimiento positivo durante las caídas del mercado de acciones. Para la comparación, se incluye el episodio de venta actual que comenzó el 19 de febrero de 2025. Este episodio más reciente sugiere un comportamiento muy similar por parte de los refugios tradicionales, aunque las ganancias del franco suizo han sido más altas que el promedio, mientras que tanto el oro como el yen han sido inferiores.
El euro y la libra esterlina también han ganado este año, lo que sugiere que, a diferencia de episodios anteriores, la debilidad del dólar estadounidense ha sido más generalizada, lo que ha agravado las pérdidas para los inversores internacionales no protegidos en acciones estadounidenses.
"Nuestra expectativa sigue siendo que EEUU evitará una recesión. Mantenemos una posición neutral sobre el oro y una perspectiva positiva sobre el franco suizo y el yen japonés, que desempeñan un valioso papel de diversificación frente a las acciones en caso de una nueva volatilidad en los mercados bursátiles. Tanto el franco suizo como el yen japonés se han fortalecido hacia o incluso más allá de sus valores justos frente al dólar estadounidense. También esperamos que el Banco Nacional Suizo reduzca sus tipos de interés a cero, y no podemos excluir el riesgo de tasas negativas o intervenciones en el mercado de divisas para apoyar las exportaciones suizas. Esto es especialmente probable si EEUU aplica aranceles punitivos a los productos farmacéuticos. La reciente fortaleza del yen japonés sugiere que el Banco de Japón mantendrá su tasa de interés en suspenso este año. Por lo tanto, nuestra perspectiva a 12 meses para los activos refugio depende de los desarrollo sen los acuerdos comerciales entre EEUU. y sus principales socios, así como del sentimiento general de riesgo en los mercados", explican estos expertos.
En el caso de caídas del mercado de acciones sin recesión, los resultados de la investigación de Lombard Odier sugieren ganancias más limitadas tanto en tamaño como en duración para estos refugios. El oro tiene un rendimiento pobre después de los primeros dos meses de una corrección en el mercado de acciones. El franco suizo tiene un rendimiento ligeramente mejor, pero luego también experimenta un descenso similar. En cambio, el yen tiene un mejor rendimiento y mantiene su valor durante hasta seis meses después del inicio de una caída en las acciones estadounidenses.
En estas circunstancias, el coste de cubrirse debe ser tenido en cuenta, ya que el franco suizo y el yen japonés son divisas de bajo rendimiento, lo que implica un coste de carry para mantener posiciones cortas en dólares estadounidenses, siempre que las tasas de interés en EEUU sean más altas, como es el caso actualmente, que en Suiza o Japón. Por lo tanto, cualquier beneficio de diversificación debe ser cuidadosamente equilibrado con el coste de mantener tales posiciones.
"Esperamos que el oro experimente un período de consolidación entre 3.000 y 3.300 $/onza en los próximos meses. Desde una perspectiva táctica, y dada su alta volatilidad, las fases de precios más débiles pueden crear oportunidades para acumular este metal precioso. Desde una perspectiva estratégica, seguimos manteniendo oro en nuestras Asignaciones Estratégicas de Activos, dado su baja correlación con las acciones de EEUU y su buen desempeño en períodos de caídas de dichas acciones, aunque sigue siendo un refugio volátil que requiere un análisis cuidadoso del sentimiento y los flujos. Otros refugios alternativos pueden ofrecer mejor rendimiento si una caída de las acciones no está seguida de una recesión. Es toes especialmente cierto para el franco suizo y, aún más, para el yen japonés, que también destaca en entornos de recesión. Sin embargo, dado el fuerte repunte de todos los activos refugio, es probable una corrección si las negociaciones comerciales reducen aranceles y los mercados internacionales se tranquilizan sobre la independencia de la Reserva Federal frente a posibles interferencias de la administración de Trump", concluyen.